Los aneurismas son dilataciones anormales de las arterias como consecuencia del debilitamiento de la pared arterial. Las causas comunes incluyen hipertensión, aterosclerosis, infecciones, traumatismos, enfermedades reumáticas sistémicas y trastornos del tejido conectivo (p. ej., síndrome de Marfan, síndrome de Ehlers-Danlos). Los aneurismas suelen ser asintomáticos, pero también pueden causar dolor y provocar isquemia, tromboembolia, disección espontánea y rotura, que pueden ser mortales. El diagnóstico se basa en estudios de diagnóstico por la imagen (p. ej., ecografía, angiografía por TC, angiografía por resonancia magnética, aortografía). Los aneurismas no rotos pueden abordarse con tratamiento médico o repararse, según los síntomas, el tamaño y la localización del aneurisma. El tratamiento médico incluye la modificación de los factores de riesgo (p. ej., control estricto de la presión arterial) más imágenes de vigilancia programadas. La reparación puede realizarse con un abordaje quirúrgico abierto o endovascular. El tratamiento de los aneurismas rotos es la reparación inmediata.
La aorta nace en el ventrículo izquierdo, distal a la válvula aórtica, transcurre hacia arriba (aorta torácica ascendente) hasta emitir su primera rama (tronco arterial braquiocefálico), forma un arco sobre y detrás del corazón (arco o cayado aórtico) y luego desciende desde un sector distal a la arteria subclavia izquierda (aorta descendente) a través del tórax (aorta torácica) y el abdomen (aorta abdominal). En su porcion final, la aorta abdominal se bifurca en las arterias ilíacas comunes derecha e izquierda.
Esta imagen muestra la aorta torácica ascendente (flecha roja) que emerge del ventrículo izquierdo (flecha azul).
© 2017 Elliot K. Fishman, MD.
Esta imagen muestra la aorta abdominal (flecha roja) que se divide en la arteria ilíaca común derecha (flecha azul) e izquierda (flecha verde).
© 2017 Elliot K. Fishman, MD.
Esta imagen muestra la aorta torácica ascendente (flecha roja) con la aorta torácica descendente (flecha azul). La arteria pulmonar principal (flecha verde) se divide en la arteria pulmonar derecha (flecha púrpura) e izquierda (flecha amarilla).
© 2017 Elliot K. Fishman, MD.
La flecha blanca muestra un injerto de prótesis endovascular dentro de un aneurisma abdominal (flecha roja).
© 2017 Elliot K. Fishman, MD.
La pared de la aorta se compone de tres capas:
Íntima: capa fina revestida por endotelio
Medios: una gruesa capa de fibras elásticas dispuestas en formación helicoidal
Adventitia: una delgada capa fibrosa que contiene los nutrientes para los medios
Los aneurismas son dilataciones anormales de las arterias que se definen como un aumento ≥ 50% en el diámetro arterial comparado con los segmentos normales. Se deben al debilitamiento de la pared arterial, en forma específica de la media. Los aneurismas verdaderos comprometen las 3 capas de la arteria (íntima, media y adventicia). La enfermedad aneurismática no suele ser un problema focal (p. ej., a menudo como resultado de múltiples factores) y puede extenderse a lo largo de la aorta con el tiempo.
Un seudoaneurisma (aneurisma falso) es una comunicación entre la luz arterial y el tejido conectivo subyacente provocada por la rotura de la arteria; en este caso, se forma una cavidad llena de sangre fuera de la pared vascular, que sella la pérdida cuando se trombosa.
Los aneurismas se clasifican en
Fusiforme: ensanchamiento circunferencial de la arteria
Sacular: trasplantes localizados, típicamente asimétricos, en la pared de la arteria
El trombo de varias capas (laminar) puede tapizar las paredes de ambos tipos de aneurismas como resultado de alteraciones del flujo dentro del segmento aneurismático.
Los aneurismas pueden aparecer en cualquier arteria. Las más frecuentes y significativas son
Los aneurismas de las ramas principales de la aorta (arterias subclavias y esplácnicas) son mucho menos frecuentes. Los aneurismas de las arterias periféricas y del sistema cerebrovascular (que causan accidente cerebrovascular) se analizan en otro apartado.