Las fracturas se producen en el hueso del talón (calcáneo), situado en la parte posterior del pie.
Las fracturas de talón acostumbran a ser consecuencia de un gran impacto y, por tanto, a menudo van acompañadas de lesiones en la rodilla y en la columna vertebral.
Cuando el calcáneo está fracturado, el talón está dolorido y, por lo general, el pie y el tobillo están hinchados y no soportan el peso.
Generalmente, los médicos pueden diagnosticar fracturas del talón basándose en las radiografías, pero, a veces, se necesita una tomografía computarizada.
Es necesaria la consulta con un traumatólogo para determinar el mejor tratamiento para las fracturas del talón.
El tratamiento puede consistir en protección (generalmente mediante una férula), reposo, hielo, compresión y elevación (PRICE, por sus siglas en inglés), seguidos de una escayola o de cirugía para volver a colocar y mantener los fragmentos de hueso en su lugar.
(Véase también Introducción a las fracturas.)
Sólo alrededor del 1 al 2% de todas las fracturas son fracturas del calcáneo. Sin embargo, estas fracturas pueden ocasionar problemas crónicos (como la artrosis), sobre todo si no se diagnostican y se tratan con prontitud.
Las fracturas del talón se suelen producir como consecuencia de una fuerza intensa, como al caer de pie desde cierta altura (por ejemplo al caer de una escalera). Otras causas son los accidentes de tráfico y las lesiones relacionadas con el deporte. Debido a que las fracturas del talón requieren una gran fuerza, las rodillas y/o la columna vertebral a menudo también se lesionan.
Algunas fracturas del calcáneo se extienden a la articulación, fracturando el cartílago que permite que la articulación se mueva sin problemas.
Las fracturas por estrés también pueden ocurrir en el calcáneo, especialmente en corredores de larga distancia y otros deportistas. Las fracturas por fatiga son fracturas incompletas de los huesos debidas a tensiones repetidas más que a una lesión concreta.
Ubicar el calcáneo
El hueso del talón (calcáneo) es situado en la parte posterior del pie. |
Síntomas de las fracturas del talón
El talón fracturado es doloroso. El pie y el tobillo generalmente están muy hinchados y pueden presentar hematomas. El sujeto no es capaz de apoyar peso sobre el pie.
Puede desarrollarse síndrome compartimental. Se desarrolla cuando la inflamación ejerce presión sobre los vasos sanguíneos cercanos, reduciendo o bloqueando el flujo de sangre. Como resultado, los tejidos que se ven privados de sangre pueden deteriorarse o morir. El tratamiento inmediato es fundamental.
Diagnóstico de las fracturas del talón
Radiografías
A veces una tomografía computarizada
(Véase también Diagnóstico de fracturas.)
Si los médicos sospechan que el hueso del talón está fracturado, llevan a cabo radiografías, que suelen mostrar las fracturas existentes. Pero a veces es necesaria una tomografía computarizada (TC). La TC combina los rayos X con la tecnología computarizada para obtener una imagen más detallada, tridimensional, de la zona lesionada.
Debido a que estas fracturas resultan de la aplicación de una gran energía, el médico también comprueba si hay otras lesiones, como por ejemplo fracturas de la rodilla o de la columna vertebral.
Tratamiento de las fracturas del talón
Consulta con un traumatólogo
En algunos casos protección (habitualmente con una férula), reposo, hielo, compresión y elevación
Un yeso (una vez ha bajado la hinchazón)
Posiblemente la cirugía
Fisioterapia una vez curada la fractura
Para determinar el mejor tratamiento de una fractura del talón es necesaria la consulta con un especialista (traumatólogo). Es posible que se necesite cirugía según el tipo de fractura.
Si la fractura no afecta a la articulación, el tratamiento implica la protección (por lo general mediante una férula), reposo (descarga y uso de muletas), hielo, compresión y elevación (PRICE). Después de que disminuya la inflamación, se puede colocar un yeso.
Cuando la fractura de talón afecta a la articulación, puede ser necesario el tratamiento quirúrgico. Si se requiere cirugía, se lleva a cabo una reducción abierta con fijación interna.
Se instruye a la persona afectada para que no cargue ningún peso sobre el talón hasta que se consolide la fractura. El tiempo que es necesario esperar depende de la lesión y puede ser tan prolongado como varios meses. A menudo, el médico recomienda al paciente que mueva el pie y el tobillo y, a veces que cargue peso sobre el tobillo tan pronto como pueda hacerlo sin excesivo dolor.
Se requiere fisioterapia. Ésta consta de ejercicios específicos para mejorar el rango de movimiento del pie y del tobillo afectados, y para fortalecer los músculos.
Cuando se comienza a caminar, se puede necesitar un bastón o un calzado especialmente diseñado para proteger el pie de una lesión mayor. Si no se sigue exactamente las instrucciones del médico sobre cuándo empezar a caminar y la forma de caminar, puede que el hueso no consolide de forma adecuada.
