Las carencias de cromo son poco frecuentes en los países desarrollados y pueden ser consecuencia de una alimentación administrada por vía intravenosa (nutrición parenteral total) empleada durante mucho tiempo.
(Véase también Introducción a los minerales.)
El cromo permite que la insulina (que controla la concentración de azúcar en sangre) actúe de forma adecuada y, además, participa en el procesamiento (metabolismo) y en el almacenamiento de hidratos de carbono (carbohidratos), proteínas y grasas. Sin embargo, no está claro si el cromo debe considerarse un oligoelemento esencial (requerido). Aún no se ha determinado si los suplementos de cromo son eficaces para la diabetes. Si se padece diabetes, no deben tomarse suplementos de cromo excepto bajo supervisiòn de un experto en diabetes.
Solo se absorbe una pequeña cantidad de cromo de los alimentos. El cromo se absorbe mejor cuando se ingiere con alimentos que contienen vitamina C o bien niacina.
Los suplementos de cromo no aumentan el tamaño ni la fuerza de los músculos.
Los síntomas de la carencia de cromo pueden consistir en adelgazamiento, confusión, pérdida de la coordinación y disminución de la tolerancia al azúcar (glucosa) presente en la sangre, lo que aumenta el riesgo de diabetes.
El tratamiento de la carencia de cromo puede comportar el consumo de complementos de cromo.