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Las infecciones crónicas del oído medio pueden estar producidas una infección aguda del oído medio, por la obstrucción de la trompa de Eustaquio, por heridas, quemaduras, o por la colocación de los tubos a través de la membrana del tímpano.
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Los niños suelen tener pérdida de audición y secreción por el oído.
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El médico diagnostica la infección crónica del oído medio basándose en los hallazgos de la exploración.
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El tratamiento suele consistir en antibióticos administrados en forma de gotas y, a veces, por vía oral, inserción de tubos de ventilación en los oídos o ambos.
(Véase también Introducción a las infecciones del oído medio en niños pequeños y Otitis media [crónica] en adultos.)
Causas
La infección crónica del oído medio puede estar producida por una infección aguda del oído medio (por lo general múltiples), por una obstrucción de la trompa de Eustaquio (el conducto que conecta el oído medio con los conductos nasales), por lesiones contusas o penetrantes en el oído, por quemaduras térmicas o químicas, o por lesiones por explosión. Además, los niños que tienen alteraciones en la cabeza y en la cara como resultado de alteraciones cromosómicas, como el síndrome de Down o el síndrome del maullido del gato, o que tienen un paladar hendido, tienen mayor riesgo de sufrir infecciones crónicas del oído medio.
Las infecciones crónicas del oído medio pueden exacerbarse después de una infección de nariz y garganta, como el resfriado común, o tras haber entrado agua en el oído medio durante el baño o la natación en niños con un tímpano o los tubos perforados. Por lo general, estas exacerbaciones producen una secreción de pus indolora procedente del oído (véase Supuración del oído). El pus puede oler muy mal.
Complicaciones
Las exacerbaciones persistentes pueden causar
Los pólipos son unas neoplasias lisas no cancerosas (benignas), que protruyen desde el oído medio, atraviesan la perforación y llegan hasta el canal auditivo.
La infección persistente puede destruir partes de los huesos diminutos en el oído medio, que conectan el tímpano con el oído interno y que conducen los sonidos desde el oído externo hasta el oído interno (huesecillos), y causar una pérdida auditiva.
Un colesteatoma es una protuberancia no cancerosa (benigna) de yba sustancia blanca parecida a la piel en el oído medio. Un colesteatoma puede destruir los huesos y las partes blandas próximas y, por último, puede causar complicaciones tales como parálisis facial y abscesos en el cerebro o abscesos localizados entre el cerebro y el cráneo.
Síntomas
Diagnóstico
El médico diagnostica la infección crónica del oído medio basándose en los hallazgos de la exploración (por ejemplo, drena el pus a través de una perforación en el tímpano o se acumula material de aspecto córneo en la perforación o en la membrana timpánica). Las muestras de pus se envían al laboratorio para realizar un cultivo bacteriano.
Si se sospecha la presencia de un colesteatoma o de una complicación, se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen como una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN).
Tratamiento
En primer lugar, el médico retira todos los detritus del conducto auditivo. En casa, los progenitores aplican gotas para los oídos que contienen un antibiótico y, posiblemente, un corticoesteroide. A los niños que tienen una infección grave se les administran antibióticos por vía oral.
Si la infección dura o regresa a pesar del uso de antibióticos, el médico puede recomendar, al cabo de un tiempo, realizar una miringotomía con colocación de tubos de timpanostomía (ventilación o drenaje transtimpánico). Si el tímpano está dañado, puede reparse mediante cirugía (timpanoplastia).
Un colesteatoma se extirpa quirúrgicamente.