Aspergilosis

PorPaschalis Vergidis, MD, MSc, Mayo Clinic College of Medicine & Science
Revisado/Modificado nov. 2023
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La aspergilosis es una infección, principalmente de los pulmones, causada por el hongo Aspergillus.

  • En los pulmones o en los senos paranasales puede formarse una bola de micelios (fibras micóticas), coágulos de sangre y glóbulos blancos (leucocitos).

  • Los afectados pueden no tener síntomas o presentar expectoración de sangre, fiebre, dolor torácico y dificultad respiratoria.

  • Si los hongos se extienden al hígado o a los riñones, pueden producir disfunción en dichos órganos.

  • El diagnóstico suele basarse en los resultados del cultivo de una muestra de material infectado y, a veces, en una radiografía o una tomografía computarizada.

  • Se realiza un tratamiento con fármacos antifúngicos, y en algunos casos es necesaria la cirugía para extirpar las bolas de hongos.

(Véase también Introducción a las infecciones fúngicas.)

Los aspergillos son muy frecuentes en el entorno, tanto interior como exterior, y suelen estar presentes en los montones de abono, en los conductos de ventilación y en partículas de polvo suspendidas en el aire. El contacto con estos hongos resulta, por tanto, inevitable.

Por lo general, la aspergilosis es causada por la inhalación de esporas de Aspergillus. La mayoría de personas inhalan estas esporas todos los días sin ningún tipo de problema. Pero si el sistema inmunitario está debilitado, la infección es más probable, dado que la aspergilosis es una infección fúngica oportunista (es decir, un tipo de infección que se produce aprovechando que el sistema inmunitario se encuentra deprimido). El sistema inmunológico puede debilitarse por lo siguiente:

  • Trastornos que afectan el sistema inmunológico (incluido el sida y algunos trastornos hereditarios)

  • Cáncer

  • Fármacos como los corticoesteroides (si se toman dosis altas durante mucho tiempo), quimioterapia contra el cáncer, o medicamentos que se usan para prevenir el rechazo de un órgano trasplantado.

La aspergilosis puede adoptar varias formas:

  • Aspergilosis pulmonar: la aspergilosis suele afectar a los espacios abiertos del organismo, como las cavidades que se forman en los pulmones debido a enfermedades pulmonares preexistentes. En los pulmones, la aspergilosis se manifiesta normalmente como una masa redondeada (aspergiloma) compuesta por una maraña de fibras micóticas, coágulos de sangre y glóbulos blancos (leucocitos). La masa de hongos aumenta progresivamente de tamaño, destruyendo el tejido pulmonar durante el proceso, pero no suele extenderse a otras zonas.

  • Aspergilosis sinusal: la infección también puede desarrollarse en los senos paranasales. En los senos paranasales, la aspergilosis suele desarrollarse como un aspergiloma.

  • Aspergilosis invasiva: con menor frecuencia, la aspergilosis es muy agresiva y rápidamente se extiende por los pulmones y a menudo a través del torrente sanguíneo hacia el encéfalo, el corazón, el hígado y los riñones. Esta rápida diseminación aparece principalmente en personas con deficiencias graves del sistema inmunitario.

  • Aspergilosis broncopulmonar alérgica: algunas personas con asma o con fibrosis quística desarrollan una reacción alérgica crónica con tos, sibilancias y fiebre si Aspergillus coloniza el revestimiento de sus vías aéreas.

  • Aspergilosis superficial: esta forma es poco frecuente. Puede aparecer en quemaduras, bajo los vendajes, después de una lesión ocular o en los senos paranasales, la boca, la nariz o el conducto auditivo.

Síntomas de la aspergilosis

Aspergilosis pulmonar

La masa micótica localizada en los pulmones puede no causar ningún síntoma y ser descubierta en una radiografía de tórax realizada por otras razones, o bien puede provocar expectoración persistente de sangre y rara vez una hemorragia grave, incluso mortal.

Aspergilosis sinusal

La aspergilosis de los senos paranasales causa sensación de congestión y a veces dolor, hemorragias o secreciones nasales. Los afectados pueden presentar fiebre, dolor de cabeza y secreción nasal. Pueden aparecer úlceras en la nariz o los senos paranasales, o en las encías o el paladar. Los afectados también pueden desarrollar un coágulo de sangre (trombosis) en el seno cavernoso (una vena grande situada en la base del cráneo).

Aspergilosis invasiva

Esta forma es una infección rápidamente invasiva en los pulmones suele producir tos, fiebre, dolor torácico y dificultad respiratoria. Sin tratamiento, la aspergilosis invasiva es mortal.

La aspergilosis que se extiende a otros órganos produce una enfermedad grave, cuyos síntomas incluyen fiebre, escalofríos, choque (shock), delirio y coágulos de sangre. El paciente puede sufrir insuficiencia renal o hepática (dando lugar a ictericia), y dificultad respiratoria. Este tipo de infección puede ser rápidamente mortal.

Diagnóstico de la aspergilosis

  • Examen, análisis y cultivo de una muestra de material infectado

Los médicos sospechan aspergilosis basándose en los síntomas.

Para identificar el hongo, el médico por lo general tiene que obtener una muestra de material infectado y enviarla al laboratorio para realizar un cultivo, examinarlo y proceder a su análisis. Puede utilizarse un tubo de visualización (broncoscopio o rinoscopio) para obtener el material de los pulmones o de los senos paranasales. En algunos casos se necesita una biopsia para obtener una muestra.

Una radiografía de tórax o una tomografía computarizada (TC) del tórax o de los senos paranasales también proporciona pistas para establecer el diagnóstico.

Tratamiento de la aspergilosis

  • Medicamentos antifúngicos

  • En algunos casos es necesaria cirugía para extraer el tejido infectado por el hongo.

La aspergilosis presente solo en un seno paranasal o en una única zona del pulmón requiere tratamiento, pero no supone un peligro inmediato porque progresa lentamente. Sin embargo, si la infección es generalizada o la persona se encuentra gravemente enferma o tiene un sistema inmunitario debilitado, el tratamiento se inicia de inmediato.

La aspergilosis invasiva se trata con los medicamentos antifúngicos voriconazol, isavuconazonium o posaconazol. Los tratamientos alternativos son la anfotericina B o una combinación de medicamentos.

Siempre que sea posible, se debe corregir cualquier afección que debilite el sistema inmunológico. Por ejemplo, los médicos pueden aconsejar el abandono del tratamiento con corticoesteroides (que deprimen el sistema inmunológico).

Las bolas fúngicas en los pulmones o senos paranasales (aspergilomas) no suelen requerir tratamiento con medicamentos y por lo general no responden a los mismos. Si estas bolas causan sangrado (lo que hace que las personas afectadas puedan toser sangre) u otros síntomas, es posible que se tengan que extirpar quirúrgicamente. La cirugía cura la infección, pero a menudo es arriesgada porque muchas personas con aspergilomas sufren además otros trastornos.

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