En los Estados Unidos, casi el 29% de los 46 millones de ancianos que viven en la comunidad (no institucionalizados) viven solos. Aproximadamente el 50% de los adultos muy ancianos (≥ 85 años) en la comunidad viven solos. Alrededor del 70% de las personas mayores que viven solas son mujeres y el 46% de todas las mujeres ≥ 75 años viven solas. En general, los hombres suelen morir antes que sus esposas, y los hombres viudos o divorciados tienen más probabilidades de volver a casarse que las mujeres viudas o divorciadas.
Las personas ancianas que viven solas tienden a presentar condiciones económicas menos favorables, en especial a medida que avanza su edad. Muchos pacientes informan que se sienten solos (el 60% de los > 75 años) y que se consideran afectados por el aislamiento social. En las personas con problemas de salud o deficiencias sensoriales, el surgimiento de nuevos síntomas o el agravamiento de los ya existentes pueden pasar inadvertidos. Muchos pacientes encuentran dificultades para cumplir con los regímenes terapéuticos prescritos. Dado que presentan limitaciones físicas y que la alimentación es una actividad social, algunas personas ancianas que viven solas no se preparan comidas completas y balanceadas, por lo cual la desnutrición es un problema frecuente en esta población.
A pesar de estos problemas, casi el 90% de los ancianos que viven solos expresa un deseo ferviente de mantener su independencia. Muchos de ellos tienen miedo de depender de otros y, a pesar de la soledad, quieren seguir viviendo de esa manera. Para ayudarlos a conservar su independencia, los médicos deben alentarlos a practicar actividad física y mantener interacciones sociales en forma regular, y brindar asistencia social para ayudarlos en esta misión.
Los pacientes que viven solos encuentran dificultades a la hora de coordinar y recibir los servicios necesarios durante períodos de convalecencia. Los médicos deben asegurar la disponibilidad de la atención domiciliaria y recomendar otros servicios según se considere apropiado. Un dispositivo de emergencia pasivo o a demanda puede asegurar a los pacientes que recibirán ayuda si la necesitan.