La insuficiencia respiratoria aguda es un deterioro de la oxigenación, de la eliminación de dióxido de carbono o de ambas, que pone en peligro la vida. La insuficiencia respiratoria puede deberse a una alteración del intercambio de gases o a una disminución de la ventilación. Las manifestaciones comunes son disnea, uso de los músculos accesorios de la respiración, taquipnea, taquicardia, diaforesis, cianosis, alteraciones de la conciencia y, sin tratamiento, obnubilación, paro respiratorio y muerte. El diagnóstico es clínico, y se confirma con mediciones de gases en sangre (GSA) y radiografías de tórax. El tratamiento se realiza en unidad de cuidados intensivos y consiste en la corrección de las causas subyacentes, administración de oxígeno y ventilación mecánica si es necesario.
El aparato respiratorio oxigena la sangre y elimina CO2 de la sangre venosa. Una clasificación útil de insuficiencia respiratoria consiste en determinar si la anormalidad principal es
-
Eliminación inadecuada de dióxido de carbono (lo que significa ventilación inadecuada)
Muchos trastornos afectan ambos. Si bien existen medidas temporarias, la insuficiencia respiratoria con frecuencia requiere ventilación mecánica invasiva o no invasiva.