La congestión y la secreción nasal son problemas muy comunes que con frecuencia ocurren juntos, pero de vez en cuando se producen de forma independiente.
Causas
Causas frecuentes
Las causas más frecuentes de la congestión y secreción nasal son las siguientes:
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Infecciones víricas de las vías respiratorias altas (resfriados)
Causas menos frecuentes
Las causas menos frecuentes son
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Infección de los senos paranasales (sinusitis)
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Objeto extraño (cuerpo extraño) en la nariz
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Utilización excesiva de aerosoles descongestionantes
La secreción a veces drena del seno infectado.
Los niños a veces se introducen un objeto extraño en la nariz. Si los adultos no han visto cómo el niño introducía el objeto, el primer signo puede ser una secreción nasal maloliente debido a la infección y la irritación causada por el cuerpo extraño. En raras ocasiones, adultos con trastornos mentales pueden introducir objetos en su nariz.
Las personas que utilizan aerosoles descongestionantes nasales más de 3 a 5 días a menudo experimentan una importante congestión de rebote (la congestión es peor que la previa) cuando los efectos del fármaco desaparecen. Los afectados, entonces, continúan utilizando el descongestionante en un círculo vicioso persistente, lo que empeora la congestión. Esta situación (rinitis medicamentosa) puede persistir durante algún tiempo, y el paciente la puede malinterpretar como una continuación del problema original y no como una consecuencia del tratamiento.
Las personas con rinitis vasomotora sufren una secreción nasal acuosa recurrente, cuyo desencadenante se desconoce.
Algunas causas y características de la congestión y secreción nasal
Causa |
Características comunes* y pruebas |
Sinusitis aguda (infección en los senos que acaba de comenzar) |
Secreción con moco y pus, a menudo de solo un lado de la nariz A veces un sabor desagradable o metálico en la boca, dolor facial o dolor de cabeza, y enrojecimiento o sensibilidad en las mejillas o sobre las cejas Ausencia de prurito, irritación ocular o inflamación de garganta Si el paciente presenta diabetes, un sistema inmunológico debilitado o signos de una enfermedad grave, el médico puede solicitar una tomografía computarizada (TC) |
Secreción acuosa, estornudos y escozor ocular o lagrimeo La membrana que recubre la nariz (mucosa nasal) aparece pálida, blanda e hinchada durante la exploración Los síntomas suelen presentarse durante ciertas épocas del año o después de la exposición a los posibles factores desencadenantes |
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Sobreuso de aerosoles descongestionantes |
La congestión reaparece cuando se deja de utilizar el descongestionante (congestión de rebote) Mucosa nasal pálida y muy hinchada Ausencia de secreción |
Cuerpo extraño en la nariz, sobre todo en niños |
A menudo secreción maloliente, a veces teñida de sangre por un lado de la nariz |
Secreción acuosa recurrente, estornudos y mucosa nasal roja e inflamada Sin desencadenantes identificables |
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Infecciones víricas de las vías respiratorias altas |
Secreción acuosa o pegajosa, dolor de garganta, malestar general y enrojecimiento de la mucosa nasal |
*Las características incluyen los síntomas y los resultados del examen realizado por el médico. Las características que se mencionan son habituales, pero no siempre están presentes. |
Valoración
No todos los episodios de congestión y secreción nasal requieren una evaluación inmediata por un médico. La siguiente información puede ser útil a la hora de decidir cuándo es necesaria la valoración por parte de un médico, así como para saber qué puede esperarse durante esa valoración.
Signos de alarma
Cuándo acudir al médico
Los pacientes con signos de alarma y aquellos cuyos cuidadores consideran que el paciente pudo haberse introducido algún objeto en la nariz deben ver a un médico de inmediato. Los pacientes con congestión nasal y secreción, pero sin signos de alarma deben llamar a su médico. Es posible que no sea necesario que el médico les vea, sobre todo si tienen síntomas típicos de resfriado y, por lo demás, están sanos.
Actuación del médico
En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico y, a continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren una causa de la congestión y secreción nasal y las pruebas que pueden ser necesarias realizar.
Durante la historia clínica, el médico pregunta sobre:
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La naturaleza de la secreción (por ejemplo, si es líquida, pegajosa, con pus o sangre) y si está presente la mayor parte o todo el tiempo (crónica) o es intermitente
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Síntomas de posibles causas, incluyendo fiebre y dolor facial (sinusitis); escozor ocular o lagrimeo (alergias); dolor de garganta, malestar general, fiebre y tos (infección vírica de las vías respiratorias altas)
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Si el paciente tiene alergia, diabetes o un sistema inmunitario debilitado y si ha estado utilizando aerosoles descongestionantes
Si la secreción es intermitente, el médico trata de determinar si está relacionada con el domicilio del paciente, la estación del año o la exposición a posibles desencadenantes (tales como mascotas o polvo).
Durante la exploración física, el médico observa lo siguiente:
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La cara del paciente, buscando zonas enrojecidas sobre los senos, justo por encima de las cejas (senos frontales) y de los pómulos (senos maxilares)
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El color (rojo o pálido) y la inflamación de la membrana que recubre la nariz (mucosa nasal), el color y la naturaleza de la secreción, y (sobre todo en niños) si existe algún objeto extraño
También presiona con el dedo sobre los senos para ver si hay sensibilidad.
Pruebas complementarias
Por lo general no es necesario realizar pruebas en caso de síntomas nasales agudos a menos que se sospeche una sinusitis grave en un paciente con diabetes o un sistema inmunológico debilitado o un paciente con síntomas que no desaparecen con el tratamiento. En estos pacientes por lo general se debe obtener una tomografía computarizada (TC).
Tratamiento
La mejor manera de tratar una congestión nasal con secreción es tratar el trastorno subyacente. Hay dos enfoques básicos para el alivio de los síntomas:
Los aerosoles descongestionantes generalmente contienen oximetazolina. Los descongestionantes orales incluyen pseudoefedrina. Los aerosoles descongestionantes no se deben usar durante más de un día o dos para evitar el problema de la congestión de rebote.
Los antihistamínicos pueden administrarse ante síntomas debidos a una infección vírica y a reacciones alérgicas. El médico suele recomendar difenhidramina en pacientes resfriados. En los pacientes con alergia, se utilizan otros antihistamínicos que tienen menos efectos secundarios, tales como fexofenadina. Los aerosoles nasales con corticoesteroides (como la mometasona) también ayudan en trastornos alérgicos.
Los descongestionantes y los antihistamínicos no son recomendables en menores de 6 años de edad.
Tratamiento en las personas mayores
Los antihistamínicos pueden tener efectos sedantes y anticolinérgicos (por ejemplo, confusión, visión borrosa y pérdida del control de la vejiga). Estos efectos son más comunes y más problemáticos en personas mayores. Es conveniente evitar los antihistamínicos o utilizarlos en dosis más bajas. La pseudoefedrina, un descongestionante, aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. En caso de que sea necesaria se debe utilizar a la dosis eficaz más baja.
Conceptos clave
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La mayoría de las congestiones y secreciones nasales están causadas por una infección de las vías respiratorias altas o por alergias.
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En los niños, se debe considerar la posibilidad de un cuerpo extraño en la nariz.
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También se debe considerar la posibilidad de una congestión de rebote en los pacientes que abusan de aerosoles descongestionantes.