Entre las causas de que un trabajo de parto progrese muy lentamente se encuentran las siguientes:
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El feto es demasiado grande para avanzar por el canal del parto (pelvis y vagina)
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El feto está mal colocado
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El canal del parto es demasiado estrecho
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Las contracciones uterinas son demasiado débiles o no tienen la suficiente frecuencia para mantener el feto en movimiento
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Algunas veces, las contracciones son demasiado intensas o demasiado frecuentes.
Los médicos calculan el tamaño del feto y del canal de parto, y comprueban la posición del feto. También valoran la fuerza y frecuencia de las contracciones. Estos son los factores que determinan el tratamiento.
Si el canal del parto es lo bastante grande para el feto, pero el parto no progresa, se administra a la mujer oxitocina intravenosa para que las contracciones del útero sean más enérgicas. Si la oxitocina no da resultado, puede ser necesario realizar una cesárea. Si el feto está ya en posición para la expulsión, pueden utilizarse fórceps o una ventosa.
Si el feto es demasiado grande, se realiza una cesárea.