El corazón es un músculo que late y bombea la sangre hacia el resto del cuerpo a través de una red de arterias. La fuerza de la sangre ejerce una presión constante sobre las paredes internas de los vasos sanguíneos. Esto se conoce como "presión arterial". Se mide la presión arterial para evaluar la fuerza y la cantidad de sangre que se bombea desde el corazón, así como la flexibilidad y el estado de los vasos. La presión arterial puede verse afectada por muchos factores diferentes, como

La presión arterial está estrechamente regulada por sustancias químicas del cuerpo que modifican el diámetro de los vasos sanguíneos según las necesidades del cuerpo: los ensanchan para permitir que circule más sangre o los estrechan para permitir que circule menos sangre. Por ejemplo, la norepinefrina (noradrenalina) es una hormona que provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos. La glándula suprarrenal libera norepinefrina (noradrenalina), que circula por el torrente sanguíneo y se une a las proteínas, llamadas receptores alfa-adrenérgicos, en la superficie de los músculos lisos dentro de los vasos sanguíneos. Una vez unidas, las células del músculo liso se tensan, disminuyendo el diámetro del vaso sanguíneo. La estimulación de estos receptores alfa puede dar lugar a un aumento de la presión arterial.

La hipertensión, o presión arterial elevada, es una afección en la que la presión arterial se mantiene anormalmente elevada. Si no recibe tratamiento, la hipertensión puede dañar gravemente el corazón y los vasos sanguíneos al aumentar su carga de trabajo. Esto último puede provocar insuficiencia cardíaca congestiva, accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, daño renal, aneurismas o incluso la muerte. Muchos factores pueden hacer que la presión arterial permanezca elevada, en concreto las enfermedades que causan el estrechamiento de los vasos sanguíneos.