Fracturas pediátricas de la fisis (cartílago de crecimiento)

PorDanielle Campagne, MD, University of California, San Francisco
Revisado/Modificado dic. 2022
Vista para pacientes

El cartílago de crecimiento abierto en los niños suele estar comprometido en las fracturas. El diagnóstico se realiza con radiografía simple. El tratamiento es con reducción cerrada e inmovilización o reducción abierta con fijación interna.

(Véase también Generalidades sobre las fracturas).

El hueso crece como tejido que se añade en el disco epifisario (placa de crecimiento), que esta rodeada por la metáfisis a nivel proximal y la epífisis a nivel distal (véase figura Clasificación de Salter-Harris de las fracturas de disco epifisarios [placa de crecimiento]). La edad de cierre de la placa de crecimiento e interrupción del crecimiento óseo varía según el hueso, aunque en general está cerrada en todos los huesos a la edad de 20 años (véase figura Discos epifisiales (placas de crecimiento).

Antes del cierre, la placa de crecimiento es la zona más frágil del hueso y por ello se rompe con frecuencia. Las fracturas de la placa de crecimiento pueden extenderse hacia la metáfisis y/o epífisis; los diferentes tipos se clasifican por el sistema de Salter-Harris. El riesgo de crecimiento con discapacidad aumenta a medida que las fracturas progresan de tipo I al tipo V. En Inglés, una regla nemotécnica útil para los tipos es SALTR:

  • Salter I: S = Straight (recto) (la línea de fractura va directo a través de la placa de crecimiento)

  • Salter II: A = ABove (encima) (la línea de fractura se extiende por encima o fuera de la placa de crecimiento)

  • Salter III: L = Lower (inferior) (la línea de fractura se extiende por debajo de la placa de crecimiento)

  • Salter IV: T = a Través (la línea de fractura se extiende a través de la metáfisis, la placa de crecimiento, y la epífisis)

  • Salter V: R = Rammed (la placa de crecimiento ha sido aplastada)

Los niños con lesiones que involucran la epífisis, así como la placa de crecimiento (Salter tipos III y IV), o que comprimen la placa de crecimiento (Salter tipo V), tienden a tener un peor pronóstico.

Clasificación de Salter-Harris de las fracturas de disco fisarios (placa de crecimiento)

Los tipos I al IV son separaciones fisiarias; la placa de crecimiento está separada de la metáfisis. El tipo II es el más común y el tipo IV, el menos común.

Discos epifisiales (placas de crecimiento)

Los primeros números son la edad en que la osificación aparece por primera vez en la radiografía; los números entre paréntesis son la edad en que se produce la unión.

Diagnóstico de las fracturas diafisarias pediátricas

  • Radiografías simples

Las fracturas de la placa de crecimiento se sospechan en niños que tienen dolor e inflamación localizada sobre la placa de crecimiento o que no pueden mover o colocar peso sobre el miembro afectado.

El métopdo de diagnóstico de elección es la radiografía simple. Si los resultados son no concluyentes, puede ser útil la comparación con radiografías del lado opuesto. A pesar del uso de proyecciones con fines comparativos, las radiografías pueden parecer normales en los tipos Salter I y V. Si las radiografías parecen normales, pero se sospecha de una fractura de la placa de crecimiento, se asume que los pacientes tienen una fractura, se les aplica una férula o yeso, y los pacientes se vuelven a examinar en varios días. Dolor y sensibilidad continúa sugieren una fractura de la placa de crecimiento.

Tratamiento de las fracturas diafisarias pediátricas

  • La reducción cerrada (si es necesaria) y la inmovilización o la reducción abierta con fijación interna (RAFI), dependiendo de la fractura

Dependiendo de la fractura particular, la reducción cerrada suele resultar suficiente para las fracturas de tipos I y II, mientras que a menudo se precisa una RAFI en las de tipos III y IV.

Los enfermos con lesiones de tipo V deben ser remitidos a un ortopeda pediátrico, porque casi siempre se producen alteraciones del crecimiento.

Conceptos clave

  • Debido a que la placa de crecimiento es más frágil en los niños, a menudo se rompe antes de que otras estructuras de estabilización (p. ej., los principales ligamentos).

  • El pronóstico tiende a ser peor en los niños con Salter tipo III, IV, y V que para aquellos con tipos I y II.

  • Considere la posibilidad de comparación con radiografías del lado sano si se sospecha de fractura, pero que no es visible en las radiografías de la parte lesionada.

  • A menudo se precisa una RAFI para los tipos III y IV.

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