Celulitis amigdalina y absceso amigdalino

PorAlan G. Cheng, MD, Stanford University
Revisado/Modificado may. 2022 | Modificado sep. 2022
VER VERSIÓN PROFESIONAL
Datos clave

La celulitis amigdalina es una infección bacteriana de los tejidos que rodean las amígdalas. Un absceso amigdalino es una acumulación de pus detrás de las amígdalas.

  • En algunas ocasiones, las bacterias que infectan la garganta proliferan y penetran profundamente en los tejidos circundantes.

  • Los síntomas característicos consisten en dolor de garganta, dolor al tragar, fiebre, inflamación y enrojecimiento.

  • El diagnóstico se basa en la exploración de la garganta y, en algunos casos, en los resultados de pruebas de diagnóstico por la imagen.

  • Los antibióticos ayudan a eliminar la infección.

  • El absceso se drena con una jeringuilla o mediante una pequeña incisión.

(Para la amigdalitis, véase Infección de garganta.)

A veces, las bacterias (en general estreptococos y estafilococos) que infectan la garganta pueden propagarse aún más profundamente en los tejidos circundantes. Esta afección se conoce como celulitis.

Si las bacterias crecen sin control, se forma una acumulación de pus (absceso). Los abscesos pueden formarse cerca de las amígdalas (periamigdalino) o en el lado de la garganta (parafaríngeo). Por lo general, un absceso periamigdalino protruye hacia la garganta, mientras que un absceso parafaríngeo pueden protruir hacia el cuello. Un absceso parafaríngeo es más extenso y más peligroso que uno periamigdalino.

La celulitis amigdalar y los abscesos amigdalares son más frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes.

Síntomas de la celulitis amigdalina y del absceso

En la celulitis amigdalina o el absceso amigdalino, la persona afectada siente al tragar un dolor intenso que a veces irradia hacia el interior del oído. También sufre una inflamación grave de la garganta, se siente enferma, tiene fiebre y es posible que tienda a inclinar la cabeza hacia el lado del absceso para aliviar el dolor. Los espasmos de los músculos de la masticación dificultan la apertura de la boca (trismo).

La celulitis causa enrojecimiento e inflamación general por encima de la amígdala y en el paladar blando.

Los abscesos periamigdalinos y algunos abscesos parafaríngeos empujan las amígdalas hacia adelante. La úvula (la proyección pequeña y blanda que cuelga de la parte posterior de la garganta) está inflamada y puede desplazarse hacia el lado opuesto al absceso. Otros síntomas frecuentes incluyen voz gangosa (llamada voz de «patata caliente», porque es como si se hablara con un bocado caliente en la boca), babeo, enrojecimiento de las amígdalas, zonas con manchas blancas (exudados), inflamación de los ganglios linfáticos del cuello y aliento fétido (halitosis).

Diagnóstico de la celulitis amigdalina y absceso

  • Evaluación médica

  • En ocasiones tomografía computarizada o ecografía

  • A veces, inserción de una aguja para comprobar si existe un absceso

Para establecer el diagnóstico de celulitis amigdalina o de absceso amigdalino, el médico explora la garganta.

No suelen realizarse pruebas, pero si el médico no está seguro de la presencia de un absceso parafaríngeo puede recurrir a una tomografía computarizada (TC) o una ecografía para identificarlo.

Si se sospecha la presencia de un absceso periamigdalino, se intenta drenar el pus introduciendo una aguja en la zona afectada.

Tratamiento de la celulitis amigdalina y de los abscesos

  • Antibióticos

  • Drenaje de pus

  • A veces, amigdalectomía

Para tratar la celulitis amigdalina o el absceso amigdalino, los médicos administran antibióticos, como penicilina o clindamicina, por vía intravenosa.

Si no hay un absceso, el antibiótico suele empezar a reducir la infección en el transcurso de 48 horas.

Si existe un absceso periamigdalino, el médico debe extraer el pus del interior con ayuda de una aguja, o drenarlo mediante una incisión. En primer lugar se insensibiliza la zona con un anestésico en aerosol o mediante inyección. El tratamiento con antibióticos se continúa por vía oral o por vía intravenosa.

Los abscesos periamigdalares tienden a repetirse. Las recidivas pueden evitarse con la extirpación quirúrgica de las amígdalas (amigdalectomía), que suele hacerse al cabo de 4 a 6 semanas después de la remisión de la infección, o antes si esta no logra controlarse con antibióticos.

Si existe un absceso parafaríngeo, suele realizarse cirugía para drenar el pus.

quizzes_lightbulb_red
Test your KnowledgeTake a Quiz!
ANDROID iOS
ANDROID iOS
ANDROID iOS