El hígado produce la bilis, un líquido verde-amarillento, espeso y viscoso. La bilis ayuda a la digestión al facilitar la absorción de colesterol, de otras grasas y de vitaminas liposolubles desde el intestino. La bilis también ayuda a eliminar ciertos productos de desecho del organismo (principalmente la bilirrubina y el exceso de colesterol), así como subproductos de la descomposición de los fármacos.
Las vías biliares están compuestas por pequeños conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar, y después al intestino delgado. La vesícula biliar es un órgano pequeño, con forma de pera, situado bajo el hígado. Almacena la bilis. Cuando el organismo necesita bilis, como cuando una persona come, la vesícula biliar se contrae y empuja la bilis a través de las vías biliares hacia el interior del intestino delgado.
El flujo de la bilis puede obstruirse por lo siguiente:
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Cálculos biliares que se expulsan de la vesícula biliar hacia el interior de los conductos biliares
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Una lesión de las vías biliares producida en el transcurso de una intervención quirúrgica de la vesícula biliar
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El estrechamiento de los conductos biliares causado por factores tales como las infecciones relacionadas con el SIDA y la colangitis esclerosante primaria
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Enfermedades del páncreas, que pueden estrechar las vías biliares cuando atraviesan el páncreas
Si las vías biliares están obstruidas, la vesícula biliar puede inflamarse (colecistitis).
También puede aparecer dolor biliar sin cálculos (dolor biliar alitiásico).