(Véase también Eritema nodoso).
La paniculitis puede ser clasificada como lobulillar o septal, dependiendo del sitio principal de inflamación en el tejido adiposo.
Etiología
Existen múltiples causas de paniculitis, incluidas:
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Infecciones (la más frecuente)
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Factores físicos (p. ej., frío, traumatismos)
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Trastornos proliferativos
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Trastornos del tejido conjuntivo (p. ej., lupus eritematoso sistémico, esclerosis sistémica)
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Trastornos pancreáticos
La paniculitis idiopática suele recibir el nombre de enfermedad de Weber-Christian.
Signos y síntomas
La paniculitis se caracteriza por la presencia de nódulos subcutáneos dolorosos a la palpación, eritematosos, que se localizan en las extermidades y, en ocasiones, en el dorso, área abdominal, mamas, cara y glúteos. Raras veces, los nódulos pueden comprometer el mesenterio, los pulmones, el escroto y el cráneo. Puede haber signos de inflamación sistémica acompañando la paniculitis.
En la enfermedad de Weber-Christian, el compromiso sistémico puede causar fiebre y signos de disfunción orgánica, incluidas insuficiencia hepática, pancreática y medular, que puede ser fatal.
Diagnóstico
Tratamiento
Se tratan todas las causas subyacentes. No existe un tratamiento específico papa la paniculitis. Se han utilizado varias estrategias con resultados modestos, incluidos medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, antipalúdicos, dapsona y talidomida. Se utilizan corticoides (1 a 2 mg/kg por vía oral o IV 1 vez al día) y otros fármacos inmunosupresores o quimioterápicos para tratar a los pacientes con síntomas progresivos o signos de compromiso sistémico.
Conceptos clave
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Las causas de paniculitis pueden variar ampliamente.
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La paniculitis se diagnostica por evaluación clínica (incluida la presencia de nódulos subcutáneos dolorosos de color rojo) y se confirma con la biopsia escisional.
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La paniculitis se trata con medidas sintomáticas, y se deben considerar fármacos antiinflamatorios o inmunosupresores, sobre todo si las manifestaciones son graves.