(Véase también Generalidades sobre las fracturas).
El hueso crece como tejido que se añade en el disco epifisario (placa de crecimiento), que esta rodeada por la metáfisis a nivel proximal y la epífisis a nivel distal (véase figura Clasificación de Salter-Harris de las fracturas de disco epifisarios [placa de crecimiento]). La edad de cierre de la placa de crecimiento e interrupción del crecimiento óseo varía según el hueso, aunque en general está cerrada en todos los huesos a la edad de 20 años (véase figura Discos epifisiales (placas de crecimiento)).
Antes del cierre, la placa de crecimiento es la zona más frágil del hueso y por ello se rompe con frecuencia. Las fracturas de la placa de crecimiento pueden extenderse hacia la metáfisis y/o epífisis; los diferentes tipos se clasifican por el sistema de Salter-Harris. El riesgo de crecimiento con discapacidad aumenta a medida que las fracturas progresan de tipo I al tipo V. En Inglés, una regla nemotécnica útil para los tipos es SALTR:
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Salter I: S = Straight (recto) (la línea de fractura va directo a través de la placa de crecimiento)
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Salter II: A = ABove (encima) (la línea de fractura se extiende por encima o fuera de la placa de crecimiento)
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Salter III: L = Lower (inferior) (la línea de fractura se extiende por debajo de la placa de crecimiento)
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Salter IV: T = a Través (la línea de fractura se extiende a través de la metáfisis, la placa de crecimiento, y la epífisis)
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Salter V: R = Rammed (la placa de crecimiento ha sido aplastada)
Los niños con lesiones que involucran la epífisis, así como la placa de crecimiento (Salter tipos III y IV), o que comprimen la placa de crecimiento (Salter tipo V), tienden a tener un peor pronóstico.
Diagnóstico
Las fracturas de la placa de crecimiento se sospechan en niños que tienen dolor e inflamación localizada sobre la placa de crecimiento o que no pueden mover o colocar peso sobre el miembro afectado.
El métopdo de diagnóstico de elección es la radiografía simple. Si los resultados son no concluyentes, puede ser útil la comparación con radiografías del lado opuesto. A pesar del uso de proyecciones con fines comparativos, las radiografías pueden parecer normales en los tipos Salter I y V. Si las radiografías parecen normales, pero se sospecha de una fractura de la placa de crecimiento, se asume que los pacientes tienen una fractura, se les aplica una férula o yeso, y los pacientes se vuelven a examinar en varios días. Dolor y sensibilidad continúa sugieren una fractura de la placa de crecimiento.
Tratamiento
Dependiendo de la fractura particular, la reducción cerrada suele resultar suficiente para las fracturas de tipos I y II, mientras que a menudo se precisa una RAFI en las de tipos III y IV.
Los enfermos con lesiones de tipo V deben ser remitidos a un ortopeda pediátrico, porque casi siempre se producen alteraciones del crecimiento.
Conceptos clave
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Debido a que la placa de crecimiento es más frágil en los niños, a menudo se rompe antes de que otras estructuras de estabilización (p. ej., los principales ligamentos).
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El pronóstico tiende a ser peor en los niños con Salter tipo III, IV, y V que para aquellos con tipos I y II.
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Considere la posibilidad de comparación con radiografías del lado sano si se sospecha de fractura, pero que no es visible en las radiografías de la parte lesionada.
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A menudo se precisa una RAFI para los tipos III y IV.