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No comer suficientes frutas y verduras frescas puede causar esta carencia.
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Provoca cansancio, debilidad e irritabilidad.
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En caso de carencia grave, lo que se denomina escorbuto, aparecen hematomas, problemas dentales y gingivales, piel y cabello secos, y anemia.
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El diagnóstico se basa en los síntomas, y a veces en análisis de sangre.
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Por lo general, se corrige consumiendo más frutas y verduras frescas, o tomando suplementos de vitamina C por vía oral.
La vitamina C (ácido ascórbico) es esencial para la formación, el crecimiento y la reparación de los huesos, de la piel y del tejido conjuntivo (que une otros tejidos y órganos y está formado por tendones, ligamentos y vasos sanguíneos). También es esencial para el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos. La vitamina C ayuda a mantener sanos los dientes y las encías, además de colaborar con el organismo en la absorción del hierro, lo que es necesario para producir glóbulos rojos (eritrocitos), y contribuye a la curación de quemaduras y de heridas. Entre los alimentos que constituyen un buen aporte de vitamina C se incluyen los cítricos, los tomates, las patatas, el brécol o brócoli, las fresas y los pimientos. (Véase también Introducción a las vitaminas.)
Como la vitamina E, la vitamina C es antioxidante: protege las células contra el daño de los radicales libres, que son subproductos de la actividad normal de las células y que participan en las reacciones químicas en el interior de estas. Algunas de estas reacciones producir daños a lo largo de la vida.
Causas
En los adultos, la carencia de vitamina C suele ser el resultado de
Por ejemplo, puede ser consecuencia de comer pocas frutas y verduras frescas. Además, cocinar los alimentos destruye parte de la vitamina C que contienen.
Los siguientes trastornos y situaciones pueden aumentar considerablemente tanto la demanda de vitamina C del organismo como el riesgo de su carencia:
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Embarazo
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Lactancia
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Trastornos que causan inflamación o fiebre elevada
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Hiperactividad de la glándula tiroidea (hipertiroidismo)
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Diarrea que persiste durante mucho tiempo
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Cirugía
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Quemaduras
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Tabaquismo: el hecho de fumar aumenta la demanda de vitamina C un 30%.
Escorbuto
Una carencia grave de vitamina C produce escorbuto. Este trastorno es poco frecuente en los lactantes, ya que la leche materna aporta una cantidad suficiente y las fórmulas infantiles comerciales están enriquecidas con esta vitamina. Es muy poco habitual en los países desarrollados, pero puede aparecer en alcohólicos y en ancianos malnutridos.
Síntomas
Cuando la dieta no contiene suficiente cantidad de vitamina C, los adultos se sienten cansados, débiles e irritables; pierden peso y tienen un dolor indefinido en los músculos y en las articulaciones.
Los síntomas del escorbuto aparecen al cabo de algunos meses de carencia. Pueden producirse hemorragias bajo la piel (sobre todo alrededor de los folículos pilosos o en forma de hematomas o moratones), en las encías y en el interior de las articulaciones. Las encías adquieren un tono púrpura, se hinchan y se vuelven esponjosas; con el tiempo, los dientes se aflojan. El cabello se vuelve seco, quebradizo y enroscado (como un sacacorchos) y la piel aparece seca, áspera y escamosa. Puede acumularse líquido en las piernas. Puede evolucionar a anemia. Pueden aparecer infecciones y que las heridas no curen bien.
Los lactantes se muestran irritables, sienten dolor al moverse, pierden el apetito y no ganan peso al ritmo que deberían hacerlo. Tanto en los lactantes como en los niños pequeños, el crecimiento óseo es inadecuado y se producen sangrados y anemia.
Diagnóstico
El diagnóstico de escorbuto se basa en los síntomas. Medir la concentración de vitamina C en la sangre ayuda a establecer el diagnóstico, pero no siempre puede realizarse esta prueba.
Para comprobar la presencia de anemia pueden realizarse análisis de sangre.
A los niños se les hacen radiografías para verificar si está afectado el crecimiento óseo.
Prevención
Tratamiento
El escorbuto se trata con dosis elevadas de suplementos diarios de vitamina C, seguidas de una dieta nutritiva que proporcione de 1 a 2 veces la cantidad diaria recomendada de vitamina C. La dieta debe incluir un consumo elevado de frutas y verduras frescas.
La mayoría de los síntomas desaparecen al cabo de 1 o 2 semanas. Los problemas en las encías (problemas gingivales) pueden persistir durante mucho tiempo.