Herpes genital

PorKenneth M. Kaye, MD, Harvard Medical School
Revisado/Modificado dic 2023
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Datos clave

El herpes genital es una infección de transmisión sexual causada por el virus del herpes simple que causa episodios recurrentes de ampollas pequeñas, dolorosas y llenas de líquido en los genitales y a su alrededor.

  • Esta infección vírica es muy contagiosa y se transmite por contacto directo con las úlceras o, a veces, con una zona afectada cuando no hay ulceración.

  • El herpes genital causa ampollas o llagas en los genitales o alrededor de los mismos y, a menudo con la primera infección, fiebre y sensación general de enfermedad.

  • Algunas veces el virus infecta otras partes del cuerpo, como la boca, el esófago, los ojos y el cerebro.

  • Por lo general, los médicos pueden reconocer fácilmente las úlceras causadas por el herpes, pero a veces es necesario analizar una muestra obtenida de una úlcera o realizar análisis de sangre.

  • Ningún medicamento puede eliminar la infección, pero los antivirales ayudan a aliviar los síntomas y a hacer que desaparezcan un poco antes.

El herpes simple es uno de los diversos tipos de virus del herpes. Existen 2 tipos de virus herpes simple (HSV):

  • El VHS-1, que suele ser la causa de aparición de vesículas en los labios (herpes labial) y úlceras en la córnea del ojo (queratitis por herpes simple).

  • El VHS-2, que suele ser la causa de herpes genital (aunque el VHS-1 también puede causar herpes genital)

Tras la primera infección (primaria), el VHS, al igual que otros virus del herpes, permanece inactivo (latente) en el cuerpo durante el resto de la vida. Una infección latente puede no volver a causar síntomas o bien reactivarse periódicamente y causar síntomas.

La infección primaria por VHS produce una erupción de ampollas diminutas. Después de remitir la erupción de ampollas, el virus permanece en un estado inactivo en el interior de las células nerviosas (ganglios nerviosos) cerca de la médula espinal que aportan las fibras nerviosas a la zona infectada. Periódicamente el virus se reactiva en el ganglio nervioso, vuelve a multiplicarse y viaja por las fibras nerviosas en sentido inverso, hacia la piel, para producir la erupción de ampollas en la misma zona de piel afectada por episodios anteriores. Algunas veces el virus está presente en la piel o en las membranas mucosas aunque no haya ampollas visibles.

El virus puede reactivarse muchas veces.

Síntomas del herpes genital

La primoinfección genital por VHS (herpes genital) puede ser grave y prolongada, con numerosas ampollas dolorosas en el área genital y/o anal. En mujeres, pueden desarrollarse ampollas internas en la vagina o en el cuello uterino. Las ampollas internas son menos dolorosas y no son visibles. Las ampollas aparecen de 4 a 7 días después de la infección. Las ampollas causadas por una primera infección genital suelen ser más dolorosas, duran más y están más extendidas que las causadas por una infección recurrente.

Son frecuentes la fiebre y la sensación de malestar general, y algunas personas tienen sensación de quemazón al orinar, dificultad para orinar o estreñimiento. En ocasiones, una persona infectada puede no presentar síntomas.

La recidiva de un herpes genital suele comenzar con síntomas locales (como hormigueo, molestia, prurito o dolor en la ingle) que preceden a las ampollas entre varias horas y 2 o 3 días. En la piel o las membranas mucosas de los genitales aparecen ampollas dolorosas con un borde rojizo, que se rompen rápidamente y forman úlceras. También pueden aparecer ampollas en los muslos, las nalgas o alrededor del ano. En las mujeres, pueden aparecer ampollas genitales en la vulva (la zona que rodea la abertura de la vagina). Suelen ser evidentes y muy dolorosas. La recidiva característica del herpes genital dura 1 semana.

En ocasiones las bacterias infectan las úlceras genitales causadas por el VHS. Estas úlceras pueden verse más irritadas, o presentar una secreción espesa o con olor fétido.

Imágenes del herpes genital
Herpes genital en la vulva
Herpes genital en la vulva

Esta foto muestra ampollas en la vulva de una mujer que sufre herpes genital.

© Springer Science + Business Media

Herpes genital que causa úlceras
Herpes genital que causa úlceras

Esta foto muestra llagas abiertas en la vulva de una mujer que sufre herpes genital.

© Springer Science + Business Media

Herpes genital en el pene
Herpes genital en el pene

Esta foto muestra un grupo de ampollas en el pene de un hombre que sufre herpes genital.

© Springer Science + Business Media

Diagnóstico del herpes genital

  • Prueba de una muestra tomada de la úlcera

La infección por el virus del herpes simple suele ser fácilmente indentificable para el médico. Si no está seguro, el médico usa una torunda para tomar una muestra de material de la úlcera y la envía al laboratorio para realizar un cultivo e identificar el virus.

El material de la llaga también se puede analizar mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para identificar el ADN del herpes simple. La PCR es una prueba más sensible que el cultivo viral, lo que significa que la PCR perderá menos casos del virus.

A veces se observa al microscopio el material raspado de las ampollas. Aunque el virus en sí mismo no es visible, el raspado a veces contienen células infectadas agrandadas (células gigantes) que son características de la infección por un virus tipo herpes.

Los análisis de sangre para la detección de anticuerpos frente al virus herpes simplex también pueden ser de utilidad. (El sistema inmunitario produce anticuerpos para ayudar al organismo a defenderse contra un atacante en particular, como el virus del herpes simple.)

Ciertos análisis de sangre permiten diferenciar entre una infección por VHS-1 y una infección por VHS-2;

Tratamiento del herpes genital

Medicamentos antivíricos

Las infecciones primarias por herpes simple genital se tratan con un fármaco antivírico como aciclovir, valaciclovir o famciclovir (véase la tabla Algunos fármacos antivíricos para infecciones por virus del herpes). Los tres medicamentos antivirales pueden ayudar a aliviar los síntomas y a acortar la duración de la enfermedad. En la actualidad no se dispone de medicamentos antivíricos que puedan eliminar la infección por VHS, y el tratamiento de una primera infección genital no previene la infección latente de las células nerviosas.

Las infecciones recurrentes se pueden tratar con medicamentos antivíricos, como aciclovir, valaciclovir o famciclovir, que pueden aliviar ligeramente las molestias y ayudar a resolver los síntomas uno o dos días antes (véase la tabla Algunos medicamentos antivíricos para las infecciones por el virus del herpes). El tratamiento es más eficaz si se inicia con rapidez, en pocas horas desde la aparición de los síntomas, preferiblemente a la primera señal de hormigueo o malestar, antes de que aparezcan las ampollas. En las personas que tienen crisis dolorosas frecuentes, el número de brotes se reduce mediante un tratamiento con fármacos antivirales (denominado terapia de supresión) continuo (se toman antivirales cada día durante un período de tiempo indefinido). Sin embargo, el hecho de tomar fármacos antivíricos (antivirales) no impide que las personas infectadas transmitan la infección. Estos medicamentos antivíricos solo están disponibles con receta médica.

Las infecciones graves por VHS, como las que pueden ocurrir en personas inmunodeprimidas, se tratan con aciclovir por vía intravenosa.

Otros tratamientos

Para las personas con molestias mínimas, el único tratamiento necesario para el herpes genital recurrente es mantener limpia la zona infectada mediante un lavado suave con agua y jabón.

Para calmar el dolor pueden tomarse analgésicos.

Prevención del herpes genital

Como la infección por VHS es contagiosa, las personas con herpes genital deben usar condones en todo momento ya que, incluso en ausencia de vesículas visibles o de síntomas, el virus puede estar presente en los genitales y trasmitirse a la pareja sexual. Los condones protegen solo el pene y las zonas que tienen contacto con el pene, por lo que otras zonas de los genitales siguen corriendo riesgo, incluso cuando se usan condones. Por ejemplo, una llaga de herpes en los labios de la vulva de una mujer puede causar una infección en la piel cercana al pene.

Las mujeres embarazadas deben comunicar a su médico una infección por herpes genital anterior al embarazo o una nueva infección durante el embarazo. Las mujeres que sufren un brote de herpes genital en cualquier momento durante el embarazo deben recibir tratamiento con antivíricos a partir de las 36 semanas de embarazo para reducir el riesgo de un brote en el momento del parto. Si la mujer sufre un brote de herpes genital en el momento del parto, se indica un parto por cesárea para prevenir la transmisión al recién nacido.

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