Artritis por pirofosfato cálcico

(Pseudogota; enfermedad por depósito de cristales de pirofosfato cálcico; enfermedad por depósito de cristales de pirofosfato cálcico dihidratado)

PorSarah F. Keller, MD, MA, Cleveland Clinic, Department of Rheumatic and Immunologic Diseases
Revisado/Modificado nov. 2022
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La artritis por pirofosfato cálcico (antiguamente llamada seudogota) es un trastorno causado por el depósito de cristales de pirofosfato de calcio dihidratado en el cartílago articular, lo que ocasiona crisis intermitentes con inflamación dolorosa de la articulación similar a la gota o el desarrollo de una artritis crónica similar a la artritis reumatoide.

  • Los cristales se acumulan en el líquido sinovial y en los cartílagos de las articulaciones y causan distintos grados de inflamación y lesión tisular.

  • El diagnóstico se confirma al encontrar cristales de pirofosfato cálcico en el líquido sinovial.

  • El tratamiento consiste en medicamentos para aliviar el dolor y la hinchazón causados por la inflamación, aunque ninguno reduce los depósitos de cristales de pirofosfato cálcico en las articulaciones.

La artritis por pirofosfato cálcico suele aparecer en personas mayores y afecta por igual a hombres y mujeres.

Causas de la artritis por pirofosfato cálcico

Se desconoce por qué razón los cristales de pirofosfato cálcico se depositan en las articulaciones de los afectados. Los cristales suelen producirse en los sujetos que presentan:

Sin embargo, muchas personas con artritis por pirofosfato cálcico (seudogota) no sufren ninguno de estos trastornos. El trastorno rara vez puede ser hereditario.

Los cristales de calcio puede ocurrir con frecuencia en las articulaciones afectadas por artrosis y las razones por las que esto sucede no están claras. Sin embargo, los depósitos de calcio en una articulación pueden no causar síntomas.

Síntomas de la artritis por pirofosfato cálcico

Los síntomas de la artritis por pirofosfato cálcico son muy variables. Algunas personas sufren crisis de inflamación articular dolorosa (artritis) similares a los brotes de gota, habitualmente en las rodillas, las muñecas u otras articulaciones relativamente grandes. Otras presentan dolor crónico y rigidez persistentes en las articulaciones de los brazos y de las piernas, que pueden ser similares a los de la artritis reumatoide o la artrosis.

En comparación con los brotes de gota, los ataques de artritis por pirofosfato cálcico varían más en intensidad, tienden a durar más tiempo y suelen ser más difíciles de tratar. Al igual que en la gota, las crisis de artritis por pirofosfato cálcico pueden causar fiebre. Algunos afectados no sufren dolor entre crisis, y otros no la sufren en ningún momento a pesar de presentar grandes depósitos de cristales.

A diferencia de la gota, en la que suelen formarse acumulaciones de cristales en los tejidos situados alrededor de las articulaciones, en la artritis por pirofosfato cálcico (seudogota) no suelen desarrollarse nódulos duros de cristales (tofos).

Diagnóstico de la artritis por pirofosfato cálcico

  • Examen microscópico del líquido sinovial

  • A veces, radiografías o ecografías

Los médicos sospechan artritis por pirofosfato cálcico en personas mayores con artritis, sobre todo cuando las articulaciones están hinchadas de forma intermitente, calientes y son dolorosas. El diagnóstico se confirma al extraer líquido de una articulación inflamada con ayuda de una aguja (artrocentesis). Los cristales de pirofosfato cálcico se encuentran en el líquido de las articulaciones. Estos pueden distinguirse de los cristales de ácido úrico (que causan gota) utilizando un microscopio especial de luz polarizada.

Las radiografías pueden mostrar masas de cristales en el cartílago de una articulación, lo que sugiere el diagnóstico. La ecografía puede mostrar cristales en el cartílago articular y sugiere fuertemente el diagnóstico de artritis por pirofosfato cálcico.

Pronóstico de la artritis por pirofosfato cálcico

A menudo, las articulaciones inflamadas se curan sin problemas residuales. Sin embargo, algunas personas pueden desarrollar con el tiempo artritis crónica y daño articular permanente, y algunas articulaciones resultan tan gravemente dañadas que puede confundirse con artropatía neurógena (articulaciones de Charcot).

A diferencia de la gota, la artritis crónica por pirofosfato cálcico es difícil de tratar porque no existe una terapia que elimine o reduzca eficazmente la cantidad de cristales de dihidrato de pirofosfato cálcico. Las personas que tienen brotes frecuentes, especialmente las más jóvenes, a menudo se evalúan para detectar enfermedades subyacentes.

Tratamiento de la artritis por pirofosfato cálcico

  • El drenaje del líquido de la articulación y la inyección de un corticosteroide

  • Medicamentos para aliviar el dolor y el hinchazón que resulta de la inflamación

  • Fisioterapia

El tratamiento de la artritis aguda por pirofosfato cálcico es similar al de la gota aguda. Habitualmente, el tratamiento puede detener las crisis agudas y prevenir nuevas crisis, aunque no puede revertir las alteraciones en las articulaciones ya dañadas. Se puede drenar el exceso de líquido de la articulación e inyectar un corticoesteroide en su interior para reducir la inflamación y el dolor de forma rápida.

Los medicamentos que se toman por vía oral ayudan a tratar la artritis por pirofosfato de calcio. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son los utilizados con mayor frecuencia para reducir el dolor y la inflamación en las crisis agudas.

Para tratar de limitar la cantidad de brotes, se puede administrar la colquicina (véase la tabla Fármacos para el tratamiento de la gota) por vía oral en dosis bajas diarias (por lo general 1 o 2 pastillas).

Los corticoesteroides por vía oral son eficaces en el tratamiento de los brotes de artritis aguda por pirofosfato cálcico y son particularmente útiles para algunas personas que no deben tomar AINE o colquicina.

Si la persona no puede tolerar los corticoesteroides, los AINE o la colquicina, pueden ser eficaces los fármacos que inhiben el sistema inmunitario y la inflamación (como las inyecciones diarias de anakinra).

A diferencia de lo que sucede con la gota, no se dispone de ningún tratamiento específico efectivo a largo plazo para la artritis por pirofosfato cálcico. Sin embargo, la fisioterapia (como los ejercicios de fortalecimiento muscular y los de amplitud de movilidad articular) son útiles para mantener la función en las articulaciones.

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