Evaluación ginecológica general

PorDavid H. Barad, MD, MS, Center for Human Reproduction
Revisado/Modificado mar. 2021
Vista para pacientes

La mayoría de las mujeres, especialmente las que consultan por atención preventiva general, requieren una anamnesis y un examen físico completos así como una evaluación ginecológica.

La evaluación ginecológica puede ser necesaria para estimar un problema específico como dolor pelviano, sangrado vaginal o flujo. Las mujeres también requieren evaluaciones ginecológicas de rutina, que pueden ser proporcionadas por un ginecólogo, un internista o un médico de familia; se recomenda realizarlas una vez por año para todas las mujeres sexualmente activas o > 18 años. La evaluación obstétrica se enfoca en los temas relacionados con el embarazo. Una evaluación ginecológica u obstétrica puede incluir un examen pelviano cuando esté indicado sobre la base de la anamnesis o los síntomas y con el acuerdo del paciente (1).

Muchas mujeres esperan que su ginecólogo les proporcione atención general y ginecológica. Además de la detección sistemática y el posible examen físico, una consulta de rutina debe incluir asesoramiento y discusión sobre las vacunas necesarias de acuerdo con la edad y los factores de riesgo. Esta visita puede incluir asesoramiento sobre salud general y pruebas de cribado habituales para:

Para obtener más información, véase American College of Obstetricians and Gynecologists’ Committee on Gynecologic Practice: Well-Woman Visit.

Referencia general

  1. 1. American College of Obstetricians and Gynecologists’ Committee on Gynecologic Practice: Opinion No. 754: The utility of and indications for routine pelvic examination. Obstet Gynecol 132 (4):e174–e180, 2018. doi: 10.1097/AOG.0000000000002895

Anamnesis

La anamnesis ginecológica consiste en una descripción de los problemas que motivan la consulta (síntoma más importante, antecedentes de la enfermedad actual), de los antecedentes menstruales, obstétricos y sexuales, y de los síntomas, los trastornos y los tratamientos ginecológicos.

Síntomas actuales: se exploran usando preguntas abiertas seguidas de preguntas específicas sobre lo siguiente:

  • Dolor pelviano (localización, duración, carácter, calidad, factores desencadenantes y que lo alivian)

  • Sangrado vaginal anormal (cantidad, duración, relación con el ciclo)

  • Flujo vaginal (color, olor, consistencia) o irritación

A las pacientes en edad reproductiva, se les pregunta la presencia de signos de embarazo (p. ej., náuseas matutinas, dolor mamario, retraso de la menstruación).

Antecedentes menstruales, incluidos los siguientes:

  • Edad de la menarca

  • Número de días de la menstruación

  • Longitud y regularidad del intervalo entre ciclos

  • Día de comienzo del último período menstrual (fecha de la última menstruación)

  • Fechas del período precedente (período menstrual previo)

  • Color y volumen del flujo

  • Cualquier síntoma que aparezca durante la menstruación (p. ej., calambres, diarreas)

En general, el flujo menstrual es rojo oscuro no rutilante, y dura 5 (± 2) días, con 21 a 35 días entre las menstruaciones; el promedio de sangre perdida es de 30 mL (rango, 13 a 80 mL), y la mayor pérdida se produce el segundo día. Una toalla higiénica o un tampón saturados absorben unos 5 a 15 mL. Los calambres son comunes el día anterior y el primer día de la menstruación. Un sangrado vaginal escaso, indoloro y oscuro, anormalmente corto o prolongado, o que ocurre en intervalos irregulares sugiere ausencia de ovulación (anovulación).

Los antecedentes obstétricos incluyen fechas y resultados de todos los embarazos y previos embarazos ectópicos o molares.

Antecedentes sexuales: deben obtenerse de una manera profesional y sin emitir juicios, e incluyen lo siguiente:

  • Frecuencia de la actividad sexual

  • Número y sexo de los compañeros

  • Método anticonceptivo

  • Participación en sexo no seguro

  • Efectos de la actividad sexual (p. ej., placer, orgasmos, dispareunia)

  • Cuestiones sobre el transgénero y la disconformidad de género (1)

Antecedentes ginecológicos: incluyen preguntas sobre síntomas ginecológicos previos (p. ej., dolor), signos (p. ej., sangrado vaginal, flujo) y diagnósticos conocidos, al igual que resultados de cualquier estudio realizado.

La evaluación de violencia doméstica debe realizarse sistemáticamente. Los métodos incluyen autoencuestas y una entrevista dirigida por un médico de planta. En pacientes que no admiten haber experimentado abusos, los siguientes son signos que sugieren su ocurrencia:

  • Lesiones cuya explicación es inconsistente

  • Retraso en la búsqueda de tratamiento por lesiones

  • Consultas por síntomas somáticos inusuales

  • Síntomas psiquiátricos

  • Consultas frecuentes en el Departamento de Urgencias

  • Lesiones en la cabeza y el cuello

  • Parto anterior de un bebé de bajo peso

Referencia de la historia

  1. 1. American College of Obstetricians and Gynecologists’ Committee on Gynecologic Practice: Opinion No. 823: Health care for transgender and gender diverse individuals. Obstet Gynecol 137 (3):e75–e88, 2021. doi: 10.1097/AOG.0000000000004294

Examen físico

El examinador debe explicar el examen a la paciente, que incluye el examen de las mamas y del abdomen. Los exámenes pelvianos deben realizarse según sea necesario sobre la base de los antecedentes médicos de la mujer o los síntomas. La paciente y su médico ginecólogo deben analizar y decidir juntos si es necesario un examen pelviano.

Para el examen pelviano, la paciente debe acostarse en decúbito supino en una mesa de examen con estribos y separar sus piernas. Usualmente es necesaria una asistente, especialmente cuando el examinador es varón.

El examen pelviano consiste en los siguientes:

  • Examen externo

  • Examen con espéculo

  • Examen bimanual

  • Tacto rectal (a veces)

Se indica un examen pelviano para

  • Pacientes sintomáticos (p. ej., aquellos con dolor pélvico)

  • Pacientes asintomáticos con indicaciones específicas (p. ej., necesidad de detección sistemática del cáncer de cuello uterino)

No hay evidencia que avale o refute la realización de exámenes pelvianos para los pacientes asintomáticos de bajo riesgo. Por lo tanto, para estos pacientes, la decisión acerca de con qué frecuencia deben realizarse estos exámenes debe hacerse después de que el profesional de la salud y el paciente analizaron los temas.

Examen externo

El área del pubis y el vello del monte de Venus se inspeccionan en busca de lesiones, foliculitis y piojos. El periné se inspecciona en busca de rubor, edema, escoriaciones, pigmentación anormal y lesiones (p. ej., úlceras, pústulas, nódulos, verrugas, tumores). Deben registrarse todas las anomalías estructurales debidas a malformaciones congénitas o mutilación del aparato genital femenino. Un introito vaginal < 3 cm puede indicar una infibulación, una grave forma de mutilación genital.

A continuación, debe palparse el introito entre el índice y el pulgar en busca de quistes o abscesos de las glándulas de Bartolino. Se separan los labios mayores y se le pide a la paciente que puje, mientras el examinador observa la abertura vaginal en busca de signos de prolapso de órganos pélvicos: una protrusión anterior (que sugiere un cistocele), una protrusión posterior (que sugiere un rectocele) y un desplazamiento del cuello hacia el introito (que sugiere un prolapso uterino).

Examen con espéculo

Antes de colocar el espéculo, se le pide a la paciente que relaje las piernas y sus caderas y que respire profundamente.

A veces, el espéculo se mantiene tibio en una almohadilla térmica y puede humedecerse o lubricarse antes de su introducción, especialmente cuando la vagina está seca. Si se va a realizar un examen de Papanicolaou (Pap) o un cultivo cervical, el espéculo se enjuaga con agua tibia; tradicionalmente se han evitado los lubricantes, pero se pueden utilizar los lubricantes acuosos de nueva generación para que la paciente tenga menos molestias.

Se introduce un dedo enguantado en la vagina para determinar la posición del cuello. Luego se introduce el espéculo con las ramas casi verticales (en horas 1 y 7 del reloj) a la vez que se ensancha la vagina presionando con 2 dedos la pared vaginal posterior (suelo del periné). El espéculo se introduce completamente en dirección al cuello, luego se rota de manera que el mango apunte hacia abajo, y se abre con suavidad; se retira lo necesario para ver el cuello.

Una vez localizado el cuello, se colocan las valvas de manera que la rama posterior se encuentre detrás (en el fondo de saco posterior) y la rama anterior descanse sobre el labio cervical anterior (en el fondo de saco anterior). El examinador debe abrir la valva anterior lenta y delicadamente para no pellizcar los labios o el periné.

En general, el cuello es rosado y brillante, y no hay flujo.

La muestra del Pap se toma del endocérvix y la parte exterior del cuello con un cepillo y una espátula plástica o con un dispositivo que puede recoger células del canal cervical y de la zona de transición simultáneamente; la muestra se enjuaga en un líquido, lo que produce una suspención celular para analizar en busca de células cancerosas y de papillomavirus humano. Las muestras para la detección de infecciones de transmisión sexual se toman del endocérvix. Se retira el espéculo, cuidando de no pellizcar los labios con las ramas.

Examen bimanual

Antes de realizar la palpación bimanual, se pide a la paciente que relaje las piernas y las caderas y que respire profundamente.

Los dedos índice y medio de la mano dominante se introducen en la vagina justo detrás del cuello. La otra mano se coloca justo encima de la sínfisis pubiana y comprime delicadamente el abdomen para determinar el tamaño, la posición y la consistencia del útero y, si es posible, de los ovarios.

Normalmente, el útero tiene unos 6 cm por 4 cm y se inclina hacia adelante (anteversión), pero puede estar inclinado hacia atrás (retroversión) en diversos grados. El útero también puede estar flexionado hacia adelante (anteflexión) o hacia atrás (retroflexión). En condiciones normales, el útero es móvil y liso; las irregularidades son sugestivas de miomas (leiomiomas).

En general, los ovarios tienen 2 cm por 3 cm en las mujeres jóvenes y no son palpables en las posmenopáusicas. Al palpar los ovarios, es normal producir unas leves náuseas y cierto dolor.

Un dolor significativo al movilizar suavemente el cuello uterino de un lado al otro es un signo sugestivo de inflamación pelviana (dolor a la movilización cervical).

Examen rectal

Después de realizar la palpación bimanual, el examinador palpa el tabique rectovaginal introduciendo un dedo en la vagina y otro en el recto.

Niños

El examen debe ajustarse de acuerdo con el desarrollo psicosexual de la niña y en general se limita a la inspección de sus genitales externos. Las niñas pequeñas deben ser examinadas en el regazo de su madre. Las más grandes pueden ser examinadas en posición genupectoral (rodilla-tórax) o en decúbito lateral con una rodilla flexionada contra el pecho. Así puede recogerse, examinarse y cultivarse cualquier flujo vaginal presente.

A veces, se usa un pequeño catéter con una jeringa con solución fisiológica para obtener líquido de lavado de la vagina. Si se requiere un examen cervical, pueden usarse un vaginoscopio de fibra óptica, un cistoscopio o un histeroscopio flexible con solución fisiológica para lavado.

En las niñas, las masas pelvianas pueden palparse en el abdomen.

Adolescentes

Para los adolescentes que no son sexualmente activos, el examen es similar al de los niños.

Algunos expertos recomiendan que las pacientes < 21 años se sometan a exámenes pelvianos solo cuando esté médicamente indicado (p. ej., si una paciente tiene flujo vaginal persistente, sintomático).

Todas las niñas sexualmente activas y las que ya no están activas, pero tienen el antecedente de una infección de transmisión sexual deben someterse a un examen pelviano. Sin embargo, los médicos a menudo pueden hacer pruebas para infecciones de transmisión sexual utilizando una muestra de orina o un hisopado vaginal y así evitar hacer el examen con espéculo.

Las niñas sexualmente activas también deben ser evaluadas anualmente para detectar la infección por Chlamydia y gonorrea.

Se evaluó el estado puberal.

Durante la visita, se debe ofrecer información sobre anticoncepción como apropiada, y se deben analizar las recomendaciones acerca de la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV). Los médicos deben dar tiempo para que las niñas hablen en privado acerca de las preocupaciones personales (p. ej., anticonceptivos, sexo seguro, problemas menstruales).

Estudios complementarios

Los estudios por realizar dependen de los síntomas presentados.

Prueba de embarazo

En la mayoría de las mujeres en edad reproductiva y que tienen síntomas ginecológicos, debe realizarse una prueba de embarazo.

Las pruebas urinarias que buscan la subunidad beta de la gonadotropina coriónica humana (beta-hCG) son específicas y extremadamente sensibles; se vuelven positivas dentro de la semana de la concepción. Las pruebas séricas son específicas y aún más sensibles.

Pruebas de cribado para el cáncer de cuello uterino

Las pruebas usadas para detectar en forma sistemática el cáncer de cuello uterino incluyen

  • Prueba de Papanicolaou (Pap)

  • Prueba del papilomavirus humano (HPV)

Las muestras de células cervicales tomadas para un estudio de Pap se examinan en busca de cáncer de cuello uterino; en la misma muestra se busca HPV. Las pruebas de cribado se realizan sistemáticamente durante gran parte de la vida de la mujer (véase también Cervical Cancer Screening).

En la mayoría de las mujeres, la frecuencia de los exámenes depende principalmente de la edad y los resultados de las pruebas anteriores (1):

  • Menores de 21 años: no se requiere evaluación

  • Entre los 21 y los 29 años: por lo general, cada 3 años para la prueba de Papanicolaou (la prueba del HPV generalmente no se recomienda)

  • Edad 30 a 65: cada 3 años si es solo una prueba de Papanicolaou o cada 5 años se llevan a cabo si una prueba de Papanicolaou y una prueba de HPV (con mayor frecuencia en mujeres con alto riesgo de cáncer de cuello uterino)

  • Después de los 65 años: no se requieren más pruebas si los resultados han sido normales en los 10 años anteriores

Las pruebas de Papanicolaou deben ser reanudadas si una mujer tiene una nueva pareja sexual; se deben continuar si tiene varias parejas sexuales.

Para las mujeres con ciertas indicaciones (p. ej., las mujeres con infección por HIV o antecedentes de cáncer de cuello uterino), puede ser necesario un cribado más frecuente, y la detección puede iniciarse a una edad más joven.

Las mujeres que se han sometido a una histerectomía total no necesitan ser evaluadas a menos que se haya extirpado el cuello uterino debido a una lesión precancerosa de alto grado o cáncer cervical. Las mujeres que se han sometido a una histerectomía que no afecta el cuello uterino aún necesitan pruebas de cribado cervical.

Examen microscópico de las secreciones vaginales

Exte examen ayuda a identificar las infecciones vaginales (p. ej., tricomoniasis, vaginosis bacterianas, infecciones micóticas).

Estudios microbiológicos

Los métodos de cultivo o moleculares (p. ej., PCR) se usan para analizar microorganismos específicos de enfermedades de transmisión sexual (p. ej., Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis) si una paciente tiene síntomas o factores de riesgo; en ciertas prácticas, estos análisis se realizan siempre. Las muestras pueden obtenerse de sitios urogenitales como el endocérvix (obtenido durante la prueba de Papanicolaou) o de orina para infecciones gonocócicas o por Chlamydia. (Véase también la guía práctica del US Preventive Services Task Force Chlamydia and gonorrhea: Screening).

Inspección del moco cervical

La inspección de una muestra del moco cervical en la camilla de la paciente por un examinador entrenado puede proporcionar información sobre el ciclo menstrual y el estado hormonal; esta información puede ayudar a evaluar el estado fértil y el momento de la ovulación.

La muestra se coloca en un portaobjetos, se permite que seque y se evalúa el grado de cristalización en un microscopio (formación en helecho), que refleja los niveles de estrógenos circulantes. Justo antes de la ovulación, el moco cervical es claro y abundante con mucha formación de helechos porque los niveles de estrógenos son elevados. Después de la ovulación el moco cervical es espeso y forma pocos helechos.

Estudios de diagnóstico por imágenes

El estudio de las masas sospechosas y otras lesiones comienza con una ecografía, que puede realizarse en el consultorio; se usan tanto sondas transvaginales como transabdominales.

La RM es muy específica pero es cara.

En la actualidad, la TC se usa menos porque es menos precisa, implica más cantidad de radiación y a menudo requiere un contraste radiopaco.

Laparoscopia

La laparoscopia puede detectar anomalías estructurales demasiado pequeñas para ser detectadas por las imágenes y anomalías en la superficie de órganos internos (p. ej., endometriosis, inflamación, adherencias). También puede usarse para tomar muestras tisulares.

Culdocentesis

La culdocentesis se usa poco en la actualidad, y es la punción del fondo de saco vaginal posterior para obtener líquido del fondo de saco de Douglas intraperitoneal (detrás del útero) para cultivo y pruebas de detección de sangre debido a un embarazo ectópico roto o un quiste de ovario.

Aspiración endometrial

La aspiración endometrial se realiza si una mujer de > 35 años presenta un sangrado vaginal inexplicable. Se introduce una cureta aspirativa plástica flexible y fina a través del cuello hasta el fondo uterino; a menudo, no se requiere dilatación. Se aspira, se realizaruna rotación de 360° y se mueve el dispositivo de arriba abajo para tomar muestras de diferentes partes de la cavidad endometrial. A veces, el útero debe estabilizarse con un tenáculo.

Otras pruebas

Pueden medirse los niveles de hormonas hipofisarias e hipotalámicas y ováricas si evalúa la fertilidad o cuando se sospechan anomalías.

Se pueden indicar otras pruebas para indicaciones clínicas específicas. Incluyen las siguientes:

  • Colposcopia: examen de la vagina y el cuello uterino bajo magnificación (p. ej., para identificar las áreas que requieren biopsia)

  • Legrado endocervical: inserción de una cureta para obtener tejido del sector más profundo del canal cervical (p. ej., se utiliza con biopsia dirigida por colposcopia para diagnosticar el cáncer de cuello uterino)

  • Dilatación y legrado (D & C): separación de las paredes de la vagina con un espéculo, dilatación del cuello uterino e inserción de una cureta para extraer tejido del endometrio o el contenido uterino por raspado o con una pinza (p. ej., para el tratamiento de abortos incompletos). La dilatación y el legrado se realizan con anestesia o analgesia.

  • Histerosalpingografía: imágenes fluoroscópicas del útero y las trompas uterinas tras la inyección de un medio radiopaco en el interior del útero (p. ej., realizada para buscar lesiones pélvicas e intrauterinas, que podrían interferir con la fecundación o la implantación o causar dismenorrea)

  • Histeroscopia: inserción de un tubo de observación fino (histeroscopio) a través de la vagina y el cuello del útero (utilizado para ver el interior del útero e identificar anormalidades, además de para realizar algunos procedimientos quirúrgicos que utilizan instrumentos que se introducen a través del laparoscopio)

  • Procedimiento de escisión electroquirúrgica con ansa (LEEP): se usa un ansa de alambre delgado que conduce una corriente eléctrica para extraer tejido (p. ej., para la biopsia o como tratamiento).

  • Sonohisterografía (ecografía con infusión de solución salina): la inyección de líquido isotónico a través del cuello del útero durante la ecografía (p. ej., para detectar y evaluar pequeños pólipos endometriales, otras anormalidades uterinas, y lesiones tubarias)

Referencia de la prueba

  1. 1. US Preventive Services Task Force: Screening for Cervical Cancer: US Preventive Services Task Force recommendation statement. JAMA 320 (7):674–686, 2018. doi:10.1001/jama.2018.10897

Más información

Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.

  1. American College of Obstetricians and Gynecologists’ Committee on Gynecologic Practice: Well-Woman Visit: este sitio web proporciona pautas actualizadas para la atención de salud de la mujer sana, que debe incluir asesoramiento para el mantenimiento de un estilo de vida saludable y una minimización de los riesgos para la salud, pruebas de detección, evaluación, antecedentes completos e inmunizaciones (según la edad y los factores de riesgo).

  2. US Preventive Services Task Force: Cervical Cancer: Screening: los beneficios y los daños del cribado del cáncer de cuello uterino para los tipos de alto riesgo de papilomavirus humano (hrHPV) se revisan sistemáticamente, sobre la base de la evidencia actualizada para el cribado del cáncer de cuello uterino. La atención se centra en la eficacia de las estrategias de detección de hrHPV en comparación con el cribado basado en citología. La revisión concluyó que el cribado primario de hrHPV detectó tasas más altas de CIN 3+ en el primer cribado que en la citología.

  3. US Preventive Services Task Force: Chlamydia and gonorrhea: Screening. Esta revisión evalúa la eficacia de la detección sistemática de gonorrea e infección por clamidias, que a menudo son asintomáticas. Concluyó que las pruebas de detección pueden identificar con precisión estos trastornos, que reducen las complicaciones de estos trastornos y que causan poco o ningún daño.

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