Cáncer de pulmón

(Carcinoma de Pulmón)

PorRobert L. Keith, MD, Division of Pulmonary Sciences and Critical Care Medicine, University of Colorado School of Medicine
Revisado/Modificado dic. 2022 | Modificado dic. 2023
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Datos clave

El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres. Alrededor del 85% de los casos están relacionados con el tabaquismo.

  • La tos persistente o un cambio en las características de una tos crónica son síntomas comunes.

  • Las radiografías de tórax pueden detectar la mayoría de los cánceres de pulmón, pero se requieren otras pruebas de diagnóstico por la imagen y biopsias para confirmar el diagnóstico.

  • Para tratar el cáncer de pulmón pueden utilizarse cirugía, inmunoterapia, quimioterapia, agentes dirigidos a dianas específicas y radioterapia.

En 2022, la American Cancer Society (Sociedad Estadounidense del Cáncer) estimó que en Estados Unidos se diagnosticarán 236 740 nuevos casos de cáncer de pulmón (118 830 en mujeres y 117 910 en hombres) y 130 180 personas morirán a causa de la enfermedad. La incidencia del cáncer de pulmón ha disminuido en los hombres a lo largo de las últimas 3 décadas y ha comenzado a disminuir en las mujeres. Estas tendencias reflejan una disminución en el número de fumadores en los últimos 30 años.

El cáncer de pulmón primario es un cáncer que se origina a partir de células pulmonares. El cáncer pulmonar primario puede iniciarse en las vías respiratorias que se ramifican a partir de la tráquea para ventilar los pulmones (bronquios) o en los pequeños sacos aéreos del pulmón (alvéolos).

El cáncer de pulmón metastático es un cáncer que se ha extendido al pulmón desde otras partes del cuerpo (con mayor frecuencia desde las mamas, el colon, la próstata, los riñones, la glándula tiroidea, el estómago, el cuello del útero, el recto, los testículos, los huesos o la piel).

Hay 2 categorías principales de cáncer de pulmón primario:

  • Cáncer de pulmón no microcítico: alrededor de un 85 de los cánceres de pulmón se encuentran en esta categoría. Este cáncer crece más lentamente que el cáncer pulmonar microcítico (o de células pequeñas). Sin embargo, aproximadamente el 40% de las personas diagnosticadas presentan un cáncer que ya se ha diseminado a otras partes del organismo, fuera del tórax. Los tipos más frecuentes de cáncer pulmonar no microcítico son el carcinoma de células escamosas (carcinoma epidermoide), el adenocarcinoma y el carcinoma macrocítico (o de células grandes).

  • Cáncer pulmonar microcítico: este cáncer, a veces también denominado carcinoma de células en avena, representa un 15% de todos los cánceres pulmonares. Es muy agresivo y se extiende rápidamente. La mayoría de las personas, en el momento en que son diagnosticadas, presentan ya un cáncer que se ha extendido a otras partes del organismo.

Los cánceres de pulmón poco comunes incluyen

Causas del cáncer de pulmón

Fumar cigarrillos es la principal causa de cáncer pulmonar y representa aproximadamente el 85% de todos los casos de cáncer de pulmón. El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón varía en función del número de cigarrillos fumados y del número de años durante los que sea ha fumado. Sin embargo, algunos grandes fumadores no desarrollan cáncer de pulmón. En las personas que dejan de fumar, el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón disminuye, pero los ex-fumadores continúan presentando un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de pulmón que las personas que nunca han fumado.

Entre un 15% y un 20% de las personas que desarrollan cáncer de pulmón nunca han fumado o han fumado muy poco. En estas personas, se desconoce la razón por la que desarrollan cáncer de pulmón, pero podría ser debido a ciertas mutaciones genéticas.

Otros posibles factores de riesgo son

  • Contaminación del aire

  • Exposición al humo del cigarro

  • Exposición al humo de tabaco ajeno

  • La exposición a carcinógenos, como asbesto, radiación, radón, arsénico, cromatos, níquel, éteres clorometílicos, hidrocarburos policíclicos aromáticos, gas mostaza, emisiones de estufas de carbón: la exposición a dichas fuentes puede darse en el puesto de trabajo.

  • Uso exclusivo de fuegos abiertos para cocinar y calentar

El riesgo de contraer cáncer de pulmón es mayor en las personas que están expuestas a estas sustancias y, además, fuman cigarrillos.

El riesgo de cáncer de pulmón relacionado con los sistemas de suministro de nicotina, como los cigarrillos electrónicos, aún no se ha determinado, si bien los médicos creen que las sustancias creadas en la combustión del tabaco más probablemente sean la causa del cáncer más que la propia nicotina.

Se desconoce si fumar marihuana aumenta el riesgo de cáncer de pulmón.

Existen controversia acerca de si la exposición al radón doméstico aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, y en caso afirmativo hasta qué punto lo hace. Sin embargo, muchos informes sugieren que la exposición al radón es un factor de riesgo para el cáncer de pulmón.

En casos contados aparecen cánceres de pulmón, especialmente adenocarcinoma y carcinoma bronquioloalveolar (un tipo de adenocarcinoma también conocido como adenocarcinoma in situ), en personas cuyos pulmones presentan cicatrices causadas por otros trastornos pulmonares, como la tuberculosis. Además, los fumadores que toman suplementos de beta-caroteno pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

¿Sabías que...?

  • Aunque fumar causa la mayoría de los casos, las personas que nunca han fumado también pueden padecer cáncer de pulmón.

Síntomas del cáncer de pulmón

Los síntomas del cáncer de pulmón dependen de su tipo, de su localización y de la manera en la que se extiende hacia el interior de los pulmones, a las áreas que los rodean o a cualquier otra parte del cuerpo. Algunas personas no presentan síntomas en el momento del diagnóstico.

Uno de los síntomas más frecuentes es una tos persistente o, en personas que tienen tos crónica, un cambio en las características de la tos. Algunas personas expectoran sangre o esputo manchado con sangre (hemoptisis). En raras ocasiones, el cáncer de pulmón crece en un vaso sanguíneo subyacente y causa una hemorragia grave.

Otros síntomas adicionales no específicos de cáncer de pulmón son pérdida de apetito, pérdida de peso, cansancio, dolor torácico y debilidad.

Complicaciones del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón puede estrechar la vía respiratoria y provocar sibilancias. Si un tumor obstruye una vía respiratoria, parte del pulmón ventilado por esa vía puede colapsarse; dicho trastorno se denomina atelectasia. Otras consecuencias de la obstrucción de una vía respiratoria son dificultad respiratoria (disnea) y neumonía, que puede evolucionar con tos, fiebre y dolor torácico.

Cuando el tumor crece en el interior de la pared torácica, puede causar un dolor torácico persistente que no logra aliviarse. En el espacio entre el pulmón y la pared torácica puede acumularse líquido que contiene células cancerosas (lo que se conoce como derrame pleural maligno). La acumulación de una cantidad importante de líquido produce dificultad respiratoria y el dolor torácico. Si el cáncer se extiende por los pulmones, las concentraciones de oxígeno en la sangre disminuyen, lo que provoca dificultad respiratoria y, finalmente, hipertrofia del lado derecho del corazón con posible insuficiencia cardíaca (un trastorno denominado cor pulmonale).

El cáncer de pulmón puede afectar a ciertos nervios del cuello, haciendo que un párpado quede semiabierto, la pupila se contraiga y la transpiración en un lado de la cara quede reducida. Estos síntomas, en conjunto, se conocen como síndrome de Horner.

El cáncer en la parte alta del pulmón puede afectar a los nervios que controlan el brazo, produciendo dolor, entumecimiento y pérdida de fuerza en el brazo o el hombro. Los tumores con esta localización suelen denominarse tumores de Pancoast. Si el tumor crece en los nervios de la zona central del tórax, puede resultar dañado el nervio de la laringe, lo que produce una voz ronca; el nervio hacia el diafragma puede resultar dañado, lo que provoca dificultad respiratoria (disnea) y bajos niveles de oxígeno en sangre.

El cáncer de pulmón puede crecer en el esófago o cerca de él, haciendo difícil o dolorosa la deglución.

También puede crecer hacia el corazón o la región torácica media (mediastínica), lo que da lugar a anomalías en el ritmo cardíaco, obstrucción del flujo sanguíneo a través del corazón o aparición de líquido en el saco que envuelve el corazón (saco pericárdico).

El cáncer puede crecer hacia el interior de una de las grandes venas del tórax (la vena cava superior) o comprimirla. Este trastorno se denomina síndrome de la vena cava superior. El bloqueo de la vena cava superior provoca reflujo sanguíneo en las otras venas de la parte superior del cuerpo. Las venas de la pared del tórax se agrandan. La cara, el cuello y la parte superior del tórax, incluidas las mamas, se inflaman y se enrojecen, causando dolor. La enfermedad también produce dificultad respiratoria, dolor de cabeza, visión borrosa, mareo y somnolencia. Estos síntomas suelen empeorar cuando la persona se inclina hacia adelante o se acuesta.

El cáncer de pulmón también puede propagarse por el torrente sanguíneo hacia otras partes del organismo, con mayor frecuencia hacia el hígado, el cerebro, las glándulas suprarrenales, la médula espinal o los huesos. La extensión del cáncer pulmonar puede ocurrir en la primera fase de la enfermedad, especialmente si se trata del cáncer pulmonar microcítico o de células pequeñas. Algunos síntomas, como dolor de cabeza, confusión, convulsiones y dolores óseos, pueden producirse antes de que cualquier otra anomalía pulmonar sea evidente, lo cual complica un diagnóstico precoz.

Los síndromes paraneoplásicos son efectos causados por el cáncer que aparecen en sitios alejados del mismo, como nervios y músculos. Estos síndromes no tienen relación con el tamaño o la localización del cáncer pulmonar y no indican que este se haya propagado más allá del tórax. La causa de estos síndromes está en las sustancias segregadas por el cáncer (como hormonas, citocinas y otras proteínas diversas). Entre los efectos paraneoplásicos comunes del cáncer de pulmón se incluyen

Diagnóstico de los trastornos pulmonares

  • Pruebas de diagnóstico por la imagen

  • Examen microscópico de las células tumorales

  • Análisis genético del tumor

  • Estadificación

Los médicos valoran la posibilidad de un cáncer de pulmón cuando el individuo, especialmente si es fumador, tiene accesos de tos persistente que empeoran, otros síntomas pulmonares (como dificultad respiratoria o expectoración de esputo teñido de sangre) o pérdida de peso. También puede ser preocupante el hecho de que la persona afectada parezca haber sufrido neumonía pero su radiografía siga sin tener un aspecto normal después de haber recibido un ciclo de antibióticos.

Pruebas de diagnóstico por la imagen

La radiografía torácica suele ser la primera prueba. La radiografía de tórax permite detectar la mayoría de los tumores pulmonares, aunque los más pequeños pueden pasar desapercibidos. A veces, una anomalía detectada en una radiografía de tórax hecha con otra finalidad (como, por ejemplo, un estudio preoperatorio) proporciona el primer indicio, aunque este tipo de anomalía no constituyen una prueba inequívoca de cáncer.

A continuación se puede realizar tomografía computarizada (TC). La TC puede mostrar patrones característicos que ayudan a realizar el diagnóstico. Pueden además mostrar pequeños tumores que no son visibles en las radiografías y revelar si los ganglios linfáticos del interior del tórax han aumentado de tamaño.

Nuevas técnicas, como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la tomografía PET-TC, que combina la tecnología PET y TC en una sola máquina, se utilizan cada vez más para evaluar a las personas con sospecha de cáncer y a menudo se utilizan para ayudar a detectar la enfermedad que se ha diseminado fuera del tórax. También se puede utilizar la resonancia magnética nuclear (RMN) si las imágenes de TC o PET-TC no aportan suficiente información a los médicos.

Examen microscópico

Por lo general, se necesita un examen microscópico de tejido pulmonar procedente de la zona que puede ser cancerosa para confirmar el diagnóstico. A veces, una muestra de esputo expectorado puede proporcionar suficiente material para un examen (lo que se denomina citología de esputo). Si el cáncer ha provocado un derrame pleural maligno, puede ser suficiente con extraer y analizar el líquido pleural. Por lo general, sin embargo, los médicos necesitan obtener una muestra de tejido (biopsia) directamente del tumor. Una manera frecuente de obtenerla es mediante broncoscopia. La vía aérea de la persona se observa directamente mediante un endoscopio flexible y se pueden obtener muestras del tumor. Los broncoscopios que incorporan dispositivos ecográficos pueden encontrar y biopsiar tejido que no se puede visualizar con un broncoscopio regular, como los ganglios linfáticos ubicados en el centro del tórax (mediastino). Esto ayuda a estadificar la enfermedad y guiará el tratamiento.

Si el cáncer está demasiado lejos de las vías respiratorias principales para ser alcanzado con un broncoscopio, normalmente se puede obtener una muestra insertando un instrumento a través de la piel. Este procedimiento se denomina biopsia percutánea. Algunas veces, solo se puede obtener una muestra mediante un procedimiento quirúrgico denominado toracotomía. También se puede realizar una mediastinoscopia, en la cual se toman y examinan muestras de ganglios linfáticos del centro del tórax que han aumentado de tamaño (biopsia) para determinar si el aumento de tamaño se debe a una inflamación o a un cáncer.

Prueba genética

Los médicos llevan a cabo pruebas genéticas en la muestra de tejido para ver si la causa del cáncer es una mutación cuyos efectos se puedan tratar con fármacos específicos.

Estadificación

Una vez que se ha identificado el cáncer con ayuda del microscopio, generalmente se realizan pruebas para determinar si se ha extendido. Se pueden realizar PET-TC y técnicas de imagen de la cabeza (TC o RMN cerebral) para determinar si el cáncer pulmonar se ha extendido, especialmente al hígado, las glándulas suprarrenales o el cerebro. Si no está disponible una PET-TC, se realiza TC de tórax, de abdomen y de pelvis y una gammagrafía ósea. La gammagrafía puede mostrar que el cáncer se ha extendido a los huesos.

Los cánceres se clasifican en función de

  • El tamaño del tumor

  • Si se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos

  • Si se ha diseminado a órganos lejanos

Las diferentes categorías se utilizan para determinar el estadio del cáncer. El estadio de un cáncer sugiere el tratamiento más adecuado y permite a los médicos estimar el pronóstico.

Cribado del cáncer de pulmón

Las pruebas de cribado son pruebas que se realizan en personas de alto riesgo sin síntomas para buscar indicios de una enfermedad en una etapa temprana. Las pruebas de cribado para el cáncer de pulmón incluyen tomografías computarizadas de baja dosis.

No se ha demostrado que el cribado de todas las personas (es decir, presenten o no factores de riesgo) disminuya el riesgo de muerte por cáncer de pulmón y, por lo tanto, no se recomienda. Las pruebas pueden ser caras y causar una preocupación injustificada si producen resultados falsos positivos que determinan de forma errónea la presencia de un cáncer. También puede darse el caso contrario una prueba de cribado que da un resultado negativo cuando existe realmente un cáncer.

Sin embargo, el cribado de la población de alto riesgo es recomendable. Los médicos intentan determinar con precisión el riesgo que tiene una persona de sufrir un determinado cáncer antes de realizar pruebas de cribado. Las personas que pueden beneficiarse del cribado del cáncer de pulmón son las de mediana edad y las de edad avanzada que fuman mucho o han fumado durante muchos años. Las pautas actuales recomiendan la detección sistemática en personas entre 50 y 80 años de edad que tengan un historial de tabaquismo de más de 20 paquetes por año (calculado multiplicando los años fumados por el número de paquetes por día) que aún fuman o han dejado de hacerlo en los últimos 15 años. La TC anual con una técnica que utiliza cantidades de radiación inferiores a las habituales parece encontrar bastantes tipos de cáncer que se pueden curar y salvar vidas. Sin embargo, no se recomienda la realización de radiografías torácicas ni de exámenes de esputo en estas personas con alto riesgo.

Prevención del cáncer

La prevención del cáncer de pulmón incluye dejar de fumar y evitar la exposición a sustancias potencialmente cancerígenas (carcinógenas). Las personas podrían decidir tomar medidas para reducir el radón en sus hogares. Otros agentes potenciales de prevención solo deben usarse como parte de un ensayo clínico.

Tratamiento del cáncer de pulmón

  • Cirugía

  • Radioterapia

  • Quimioterapia

  • Terapias dirigidas

Los médicos utilizan diversos tratamientos, tanto para el cáncer de pulmón microcítico como para el no microcítico. Se puede emplear cirugía, quimioterapia y radioterapia, de forma individual o conjuntamente. La combinación precisa de los tratamientos depende de lo siguiente

  • Tipo de cáncer

  • Localización del cáncer

  • Gravedad del cáncer

  • Grado en que el cáncer se ha diseminado

  • Estado de salud general de la persona

Por ejemplo, en algunas personas con cáncer de pulmón no microcítico avanzado, el tratamiento incluye quimioterapia y radioterapia antes, después o en lugar de extirpación quirúrgica.

Cirugía para el cáncer de pulmón

La cirugía es el tratamiento de elección para el cáncer pulmonar que no se ha diseminado más allá del pulmón (estadio temprano de la enfermedad). En general, la cirugía no se utiliza para el cáncer de pulmón de células pequeñas en estadio inicial, porque a menudo este cáncer agresivo se ha propagado más allá de los pulmones en el momento del diagnóstico y, por lo tanto, se trata con quimioterapia y radioterapia. La cirugía para el cáncer de pulmón no microcítico probablemente no será posible si el cáncer se ha propagado más allá de los pulmones, si está demasiado cerca de la tráquea o si el paciente presenta otras enfermedades graves (por ejemplo, enfermedades cardíacas o pulmonares).

Antes de la cirugía, se hacen pruebas de función pulmonar para determinar si la cantidad de pulmón preservada será capaz, después de la intervención, de proporcionar una cantidad de oxígeno suficiente y mantener la función respiratoria. La cirugía no es posible cuando los resultados de la prueba confirman que la extirpación del tejido canceroso conlleva una inadecuada función respiratoria. La porción de pulmón que hay que extirpar la decide el cirujano y varía desde una pequeña parte de un lóbulo pulmonar hasta todo un pulmón.

A pesar de que los cánceres pulmonares microcíticos pueden extirparse quirúrgicamente, el resultado no siempre es la curación. La quimioterapia complementaria (coadyuvante) después de la cirugía puede aumentar la tasa de supervivencia. Se aplica en todo tipo de cánceres, excepto los pequeños. A veces, la quimioterapia se administra antes de la cirugía (llamada terapia neoadyuvante) para ayudar a reducir el tamaño del tumor antes de que se practique la cirugía.

En el caso de que un cáncer originado en otro lugar del organismo (por ejemplo, en el colon) se propague a los pulmones, la extirpación del tumor original se realiza antes de extirpar la lesión en el pulmón. Este procedimiento solo se recomienda en contadas ocasiones, y las pruebas deben mostrar que el cáncer no se ha propagado fuera de los pulmones.

Radioterapia para el cáncer de pulmón

La radioterapia se utiliza tanto en los cánceres microcíticos como en los cánceres no microcíticos. Puede administrarse a personas que no quieren pasar por quirófano, no pueden ser sometidas a una intervención quirúrgica por presentar otros trastornos (como una enfermedad coronaria grave) o cuyo cáncer se ha propagado a estructuras cercanas como los ganglios linfáticos. Aunque la radioterapia se utiliza para tratar el cáncer, en algunas personas solo puede reducir parcialmente el tamaño del mismo o retrasar su crecimiento. La combinación de quimioterapia con radioterapia mejora aún más la supervivencia.

En las personas con un cáncer de pulmón pequeño y que han respondido bien a la quimioterapia puede ser aconsejable la radioterapia craneal para evitar que el cáncer se propague al cerebro. Si el cáncer ya se ha diseminado al cerebro, la radioterapia cerebral suele utilizarse frecuentemente para reducir síntomas como cefalea, confusión y convulsiones.

La radioterapia también es un procedimiento útil para controlar las complicaciones del cáncer de pulmón, como expectoración con sangre, dolor óseo, síndrome de la vena cava superior o compresión de la médula espinal.

Quimioterapia para el cáncer de pulmón

La quimioterapia se utiliza tanto en el cáncer de pulmón no microcítico como en el microcítico. En el cáncer de pulmón microcítico, el tratamiento principal es la quimioterapia, en ocasiones asociada a radioterapia. Se prefiere este enfoque debido a que el cáncer de pulmón microcítico es agresivo y con frecuencia se ha extendido a partes distantes del organismo en el momento del diagnóstico. La quimioterapia puede prolongar la supervivencia en personas en quienes la enfermedad se encuentra en fase avanzada. Sin tratamiento, la supervivencia media es de solo 6 a 12 semanas.

En el cáncer pulmonar no microcítico, por lo general la quimioterapia también prolonga la supervivencia y trata los síntomas. En personas en las que se ha extendido a otras partes del organismo, la supervivencia media se incrementa a 9 meses con tratamiento. Las terapias dirigidas también pueden mejorar la supervivencia de pacientes con cáncer.

Terapias dirigidas contra el cáncer de pulmón

Algunas personas con cáncer de pulmón no microcítico sobreviven significativamente más tiempo cuando son tratadas con quimioterapia, radioterapia o algunas de las terapias dirigidas. Las terapias dirigidas incluyen fármacos, como ciertos fármacos biológicos que atacan específicamente a los tumores pulmonares. Estudios han identificado proteínas dentro de las células cancerosas y los vasos sanguíneos que nutren estas células. Estas proteínas pueden estar implicadas en la regulación y promoción del crecimiento y metástasis del cáncer. Se han diseñado fármacos para afectar específicamente los efectos de la proteína anormal y potencialmente matar las células cancerosas o inhibir su crecimiento. Los fármacos que se dirigen a estas anomalías incluyen bevacizumab, gefitinib, erlotinib, crizotinib, vemurafenib y dabrafenib.

Los fármacos de inmunoterapia, que comprende nivolumab, pembrolizumab, durvalumab, ipilimumab y atezolizumab, capacitan al propio sistema inmunológico de la persona para luchar contra el cáncer. Estos fármacos se pueden usar en lugar de los medicamentos quimioterápicos habituales, en combinación con ellos o después de un tratamiento con fármacos antineoplásicos convencionales que no haya funcionado.

Terapia con láser y ablación para el cáncer de pulmón

A veces se utiliza una terapia con láser, en la cual se emplea un láser para eliminar o reducir el tamaño de los tumores pulmonares. En algunas ocasiones puede utilizarse una corriente de alta energía (ablación por radiofrecuencia) o frío (crioablación) para destruir las células tumorales en personas que tienen tumores pequeños o no pueden someterse a cirugía.

Otros tratamientos

Las personas con cáncer de pulmón a menudo necesitan tratamientos adicionales. Muchos de estos tratamientos, denominados tratamientos paliativos, tienen como objetivo mitigar los síntomas y mejorar la calidad de vida, más que curar el cáncer.

Dado que muchas personas afectadas de cáncer de pulmón sufren una disminución sustancial de la función pulmonar, estén o no bajo tratamiento, la oxigenoterapia y los broncodilatadores (fármacos que ensanchan las vías respiratorias) ayudan a respirar.

El dolor a menudo requiere tratamiento. Los opiáceos se utilizan a menudo para aliviar el dolor, pero pueden causar efectos secundarios, como estreñimiento, que también requieren tratamiento.

Pronóstico del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón tiene un mal pronóstico. En promedio, las personas con cáncer pulmonar no microcítico avanzado que no han recibido tratamiento sobreviven 6 meses. Incluso con tratamiento, las personas con cáncer de pulmón microcítico extendido o cáncer de pulmón no microcítico avanzado tienen un pronóstico especialmente malo, con una tasa de supervivencia de 5 años inferior al 1%. El diagnóstico precoz mejora la supervivencia. Las personas con cáncer pulmonar no microcítico temprano tienen una supervivencia de 5 años del 50 al 70%. Sin embargo, las personas que son tratadas de un cáncer de pulmón en estadio temprano y sobreviven, pero continúan fumando, tienen un alto riesgo de desarrollar otro cáncer de pulmón.

Los supervivientes deben hacerse revisiones regulares que incluyen radiografías de tórax y TC periódicas para asegurarse de que el cáncer no se ha reproducido. Por lo general, si el cáncer se reproduce, lo hace dentro de los 2 primeros años. Sin embargo, se recomiendan revisiones frecuentes durante los 5 años posteriores al tratamiento contra el cáncer de pulmón y realizar controles anuales durante el resto de la vida.

Dado que muchas personas fallecen por cáncer de pulmón, es necesario prever la atención de la enfermedad terminal. Los avances en el tratamiento del enfermo terminal, en especial, reconocer que la ansiedad y el dolor son frecuentes en personas con cáncer incurable de pulmón y que estos síntomas pueden aliviarse con fármacos adecuados, ha permitido a un número cada vez mayor de personas morir confortablemente en su propio domicilio, con prestación de servicios de cuidados paliativos o sin ellos.

Más información

Los siguientes recursos en inglés proporcionan información y apoyo a los pacientes y a sus cuidadores. El MANUAL no se hace responsable del contenido de estos recursos.

  1. American Cancer Society: Asociación estadounidense contra el cáncer [ACS por sus siglas en inglés]: información general sobre todos los tipos de cáncer, incluyendo prevención, pruebas, tratamientos e información para las personas que viven con cáncer y sus cuidadores

  2. American Cancer Society: Lung Cancer: (Asociación estadounidense contra el cáncer [ACS por sus siglas en inglés]: cáncer de pulmón): información más específica de la ACS sobre el cáncer de pulmón, incluidos los tipos, el cribado y los tratamientos

  3. American Lung Association: (Asociación estadounidense del pulmón [ALA por sus siglas en inglés]): información general sobre todos los tipos de enfermedades pulmonares, incluyendo el cáncer de pulmón y cómo dejar de fumar

  4. American Lung Association: Lung Cancer: (Asociación Estadounidense del Pulmón [ALA por sus siglas en inglés]: cáncer de pulmón): información más específica del ALA sobre el cáncer de pulmón, incluyendo qué hacer después de un diagnóstico de cáncer de pulmón

  5. CancerCare: (cuidado del cáncer): información general sobre todos los tipos de cáncer, incluyendo recursos para asesoramiento y grupos de apoyo

  6. CancerCare: Lung Cancer: (cuidado del cáncer: cáncer de pulmón): información más específica de Cancer Care (Cuidado del cáncer) para personas con cáncer de pulmón, incluyendo servicios de apoyo y enlaces a recursos adicionales

  7. National Cancer Institute: (Instituto nacional del cáncer): recurso del gobierno de Estados Unidos sobre el cáncer, incluida la investigación actualizada e información sobre ensayos clínicos

  8. National Cancer Institute: Lung Cancer: (Instituto nacional del cáncer [NCI por sus siglas en inglés]: cáncer de pulmón): información más específica del NCI sobre el cáncer de pulmón, especialmente sobre los avances en el tratamiento y los últimos hallazgos de la investigación

  9. National Coalition for Cancer Survivorship: (Coalición nacional para la supervivencia del cáncer): defiende una atención de alta calidad para todas las personas con cáncer

  10. Consumer's Guide to Radon Reduction: (Guía sobre la reducción de la exposición al radón para el consumidor) US Environmental Protection Agency (Guía de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) para analizar y reducir la exposición al radón en el hogar

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