Ronquidos

PorRichard J. Schwab, MD, University of Pennsylvania, Division of Sleep Medicine
Revisado/Modificado may. 2022 | Modificado ene. 2023
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Datos clave

El ronquido es un sonido ronco producido en la nariz y la garganta durante el sueño. Es bastante frecuente y se va haciendo aún más frecuente a medida que se envejece. Alrededor del 57% de los hombres y el 40% de las mujeres roncan. Sin embargo, lo que se califica como ronquido depende de la persona que lo escucha, y lo alto que una persona ronca y cuánto ronca varían de una noche a otra. Por lo tanto, el porcentaje de personas que roncan es solo una estimación.

(Véase también Introducción al sueño.)

En muy pocos casos el ronquido es ligero, normalmente suele ser notable y a veces es lo suficientemente fuerte para ser escuchado desde otra habitación. El ronquido suele molestar solo a otras personas, por lo general un compañero de cama o de habitación que intenta dormir. Las personas que roncan difícilmente saben que lo hacen a menos que otra persona se lo diga. Sin embargo, algunas personas pueden escuchar su propio ronquido cuando se despiertan.

El ronquido puede tener consecuencias sociales importantes. Con frecuencia causa estrés entre la persona que ronca y el compañero de cama o los compañeros de habitación.

Según la causa de los ronquidos pueden presentarse otros síntomas como: despertarse con frecuencia, dificultad respiratoria durante el sueño, somnolencia diurna excesiva y cefalea matinal.

Los ronquidos son consecuencia del aleteo de los tejidos blandos en la garganta, sobre todo los del velo del paladar (la parte posterior del paladar). El hecho de que no se ronque cuando se está despierto sugiere que la causa del ronquido estriba en parte en la relajación de los músculos durante el sueño. Se cree que dicha relajación disminuye la rigidez del tejido, haciéndolo más propenso al aleteo (de igual modo que una bandera de tela ondea más al viento que una bandera equivalente de metal). Además, la relajación del tejido estrecha las vías respiratorias altas, aumentando la tendencia al aleteo.

Causas del ronquido

El ronquido primario es el que no provoca que la persona se despierte con más frecuencia de lo normal durante la noche. Durante el sueño, la cantidad de flujo de aire en los pulmones y el nivel de oxígeno en sangre son normales. Como consecuencia, no se produce somnolencia diurna excesiva.

Trastornos respiratorios del sueño

El ronquido es a menudo un síntoma de algún tipo de trastorno respiratorio del sueño. Estos trastornos pueden ir desde el síndrome de resistencia de las vías aéreas superiores al síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). Estas enfermedades se diferencian principalmente en cuanto al grado de obstrucción de las vías respiratorias (o vías aéreas) y en la ubicación de la obstrucción. Estos efectos son principalmente trastornos del sueño y/o del flujo de aire.

Las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueño sufren cinco o más episodios breves durante cada hora de sueño, en los que dejan de respirar o cuando su respiración es muy superficial. También presentan una o más de una de las siguientes circunstancias:

  • Somnolencia diurna, quedarse dormido de forma involuntaria, sueño no reparador, fatiga o insomnio

  • Despertarse con apnea inspiratoria (contención de la respiración), respiración boqueante o sensación de asfixia

  • Notificación por parte de un compañero de cama de ronquidos fuertes, interrupciones de la respiración o ambas cosas durante el sueño de la persona afectada

El síndrome de resistencia de las vías aéreas superiores provoca somnolencia diurna excesiva u otros síntomas, pero no la totalidad de síntomas requeridos para el diagnóstico del síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). Por ejemplo, a diferencia de lo que ocurre en el síndrome de apnea obstructiva del sueño, en este síndrome no se interrumpe la respiración ni esta se vuelve superficial muchas veces durante el sueño.

Complicaciones

No está claro si el hecho de roncar, por sí mismo, tiene efectos adversos. No obstante, las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueño presentan un mayor riesgo de sufrir hipertensión, accidentes cerebrovasculares, trastornos cardíacos y diabetes.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para el ronquido son

  • Edad avanzada (más de 50 años)

  • Obesidad, especialmente cuando hay acumulación de grasa en el cuello o en el estómago

  • Consumo de alcohol (una causa muy frecuente de ronquidos) u otros sedantes

  • Congestión nasal crónica

  • Mandíbula inferior pequeña o retraída

  • Menopausia

  • Sexo masculino

  • Embarazo

  • Anomalías que pueden bloquear el flujo de aire, tales como unas amígdalas hipertrofiadas, una lengua hipertrofiada, un velo del paladar hipertrofiado, un tabique nasal desviado y pólipos nasales

El ronquido es con frecuencia hereditario.

Evaluación de los ronquidos

Para los médicos, el objetivo principal de la valoración es la identificación de las personas que sufren un riesgo elevado de padecer síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). No todas las personas que roncan sufren síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). Sin embargo, la mayoría de las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueño roncan.

Signos de alarma

Los síntomas siguientes son motivo de preocupación:

  • Episodios de ausencia de respiración o de asfixia durante el sueño (que puede atestiguar un compañero de cama)

  • Dolor de cabeza (cefalea) al despertar por la mañana

  • Somnolencia durante el día

  • Obesidad

  • Ronquidos constantes y muy fuertes

  • Hipertensión arterial

Estos síntomas pueden sugerir apnea del sueño.

Cuándo acudir al médico

Las personas con signos de alarma deben acudir pronto al médico porque puede ser necesario que se sometan a pruebas diagnósticas.

No es probable que se soliciten pruebas diagnósticas cuando no hay signos de alarma, de modo que se pueden probar las medidas generales para ayudar a reducir los ronquidos antes de llamar a un médico. Si estas medidas no tienen éxito y el ronquido es muy molesto para su compañero de cama, debe ver a su médico.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los ronquidos y otros síntomas y a continuación sobre la historia clínica (anamnesis). Debido a que existen varias signos importantes que solo pueden notificar otras personas que no son la propia persona afectada, el médico trata de entrevistar al compañero de cama o a los compañeros de habitación siempre que sea posible. A continuación, realiza una exploración física. A partir de los antecedentes clínicos y la exploración física el médico decide si están indicadas las pruebas diagnósticas para el síndrome de apnea obstructiva del sueño.

Se determina la intensidad del ronquido. Por ejemplo, se puede preguntar al compañero de cama

  • Si la persona ronca todas las noches y, si no, cuántas noches ronca

  • Si la persona ronca toda la noche y, si no, que porcentaje de la noche ronca

  • Cómo de fuerte es el ronquido

También se pide a la persona que ronca y al compañero de cama que describan

  • Cuántas veces parece que se despierta durante la noche

  • Si la persona ha dejado de respirar o ha tenido episodios de respiración boqueante o sensación de asfixia

  • Si el sueño no parece reparador o si se tienen dolores de cabeza (cefaleas) matutinos

  • Si hay somnolencia diurna y en qué grado

El médico también pregunta acerca de los trastornos que puedan estar relacionados con el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), especialmente la hipertensión arterial, las dolencias cardíacas, el derrame cerebral, el reflujo ácido, la fibrilación auricular (una arritmia cardíaca), la depresión y la diabetes. Asimismo pregunta por la cantidad de alcohol que se toma y por la proximidad de esta ingesta a la hora de acostarse. También es importante saber si se consume algún fármaco sedante o algún relajante muscular.

Durante la exploración física, se mide la altura y el peso a fin de calcular el índice de masa corporal (IMC). Cuanto más alto es dicho índice, mayor es el riesgo de sufrir síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). Puede medirse también el diámetro (grosor) del cuello. El síndrome de apnea obstructiva del sueño es más probable cuando el diámetro del cuello supera aproximadamente los 40 cm para las mujeres y los 43 cm para los hombres.

El médico también examina la nariz y la boca en busca de signos de obstrucción de las vías respiratorias y de factores de riesgo para los ronquidos, por ejemplo: pólipos nasales, desviación del tabique nasal, congestión nasal crónica, paladar alto y arqueado, mandíbula inferior pequeña o retraída; también busca signos de hipertrofia en la base de la lengua, las amígdalas o la úvula (la estructura que cuelga en la parte posterior de la garganta, también denominada campanilla). Se debe medir también la presión arterial, porque el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es más probable cuando la presión arterial es alta.

Aunque no se puede predecir con total exactitud, cuantos más factores de riesgo y signos de alarma presenta la persona afectada, mayor es la probabilidad de sufrir síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS).

Pruebas complementarias

Cuando el médico sospecha la presencia de un síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), por lo general indica la realización de una prueba diagnóstica.

Esta prueba se denomina polisomnografía. Para su realización, la persona tiene que pasar la noche en una unidad del sueño, de modo que se pueda controlar la respiración y otras funciones. Una unidad del sueño puede estar ubicada en un hospital, una clínica, una habitación de hotel u otra instalación que esté equipada con una cama, un baño y un equipo de monitorización. La polisomnografía se puede hacer en el propio hogar (estudio domiciliario del sueño) si la persona que ronca no sufre muchos más trastornos coexistentes. Sin embargo, debido a que los ronquidos son tan comunes y la polisomnografía es costosa y requiere mucho tiempo, los médicos pueden no recomendarla para todas las personas que roncan. La realización de pruebas está especialmente indicada en personas que presentan signos de alarma (en particular las que presentan episodios de ausencia de respiración presenciados por otra persona) y personas que presentan varios factores de riesgo.

No se practica habitualmente cuando no se presentan signos de alarma y cuando no parecen tener otros trastornos del sueño aparte de los ronquidos. Sin embargo, sí deben programarse controles regulares para estas personas, a fin de que se pueda detectar la posible evolución de otros trastornos del sueño.

Tratamiento del ronquido

Algunas de las causas de los ronquidos, como la obstrucción nasal crónica y el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), pueden tratarse.

El tratamiento para los ronquidos en sí consiste en medidas generales para eliminar los factores de riesgo y métodos físicos para abrir la vía respiratoria superior y/o endurecer las estructuras afectadas.

Medidas generales

Existen diversas medidas generales que pueden ayudar a reducir el ronquido primario. Sin embargo, ninguna de ellas es eficaz para todo el mundo, aunque algunas personas sí se pueden beneficiar. Estas medidas son

  • Dormir con la cabeza elevada

  • Acostarse de lado (en lugar de acostarse boca arriba)

  • Adelgazar

  • Evitar el consumo de alcohol y fármacos sedantes durante las horas previas a acostarse

  • Adelgazar

  • Tratamiento de la congestión nasal, por ejemplo con descongestivos y/o un aerosol nasal con corticoesteroides

La mejor manera de elevar la cabeza es poner bloques debajo de las dos patas superiores de la cama o bien usar una almohadilla en forma de cuña para que la parte superior del cuerpo quede inclinada. No deben usarse almohadas que sirvan para elevar solo la cabeza.

A los compañeros de cama les puede resultar útil el uso de tapones para los oídos o de aparatos de ruido blanco. A veces es necesario disponer de alternativas a la hora de dormir (como un dormitorio adicional).

Aparatos orale

Los aparatos orales se usan solo durante el sueño. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Férulas de avance mandibular

  • Aparatos de retención de la lengua

Estos aparatos, que deben ser ajustados individualmente por un dentista especializado, pueden ayudar a mantener abiertas las vías respiratorias durante el sueño en las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueño y, por tanto, a reducir los ronquidos.

Las férulas de avance mandibular son unos pequeños aparatos de plástico que se ponen dentro de la boca, como un protector bucal o un retenedor de ortodoncia. Tiran el maxilar inferior (mandíbula) y la lengua hacia delante y por lo tanto ayudan a mantener abiertas las vías respiratorias durante el sueño. Muchos de estos aparatos se puede ajustar en incrementos pequeños para garantizar los mejores resultados. Los aparatos ajustables son más eficaces que los que no lo son.

Los aparatos de retención de la lengua utilizan la succión para mantener la lengua hacia adelante. Si la lengua se desplaza hacia atrás en la cavidad bucal, puede bloquear las vías respiratorias. Estos aparatos son más incómodos que las férulas de avance mandibular.

Los aparatos orales se pueden usar solos o con otros tratamientos para los trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como el control de peso, la cirugía o la presión continua positiva en las vías respiratorias.

Los aparatos orales pueden causar incomodidad y exceso de salivación, además de que los dientes pueden desalinearse. No obstante, la mayoría de la gente los tolera bien.

Presión continua positiva en las vías respiratorias

Con la presión continua positiva en las vías respiratorias, la persona respira a través de una mascarilla sobre la nariz o sobre la nariz y la boca. La mascarilla está conectada a un dispositivo que suministra aire a una presión que ayuda a impedir que las vías respiratorias se estrechen o se colapsen en la inspiración (que es cuando se producen la mayor parte de ronquidos).

Este procedimiento proporciona un alivio muy efectivo a las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) y ayuda a reducir sus ronquidos, pero su uso es muy poco frecuente para tratar los ronquidos en ausencia de apnea obstructiva del sueño. Algunas personas encuentran que los dispositivos de presión positiva continua en la vía aérea son incómodos o poco prácticos, pero la mayoría de las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueñose sienten cómodas utilizándolos. Es necesario un seguimiento estricto por parte de un profesional de la salud las 2 primeras semanas de uso para garantizar un ajuste apropiado de la mascarilla para la presión positiva continua en la vía aérea y animar a la persona mientras aprende a dormir con ella. Las personas con síndrome de apnea obstructiva del sueño tienden a estar más motivadas para usar la presión positiva continua en la vía aérea que aquellas cuyo único problema es el ronquido, ya que una apnea obstructiva del sueño no tratado puede ocasionar síntomas importantes e incrementar el riesgo de sufrir trastornos cardíacos y derrames cerebrales.

Cirugía

Algunas obstrucciones de las vías respiratorias superior que contribuyen a los ronquidos, como pólipos nasales, amígdalas hipertróficas y un tabique nasal desviado, pueden tratarse quirúrgicamente. Sin embargo, no se ha demostrado concluyentemente si estos procedimientos reducen los ronquidos y, si lo hacen, hasta qué punto.

Además, se han desarrollado una serie de procedimientos quirúrgicos que tratan de forma específica el síndrome de apnea obstructiva del sueño, y algunos de ellos pueden ser efectivos para tratar los ronquidos. En estos procedimientos se remodelan los tejidos del paladar y/o de la úvula (campanilla) o bien se endurece el paladar mediante implantes o inyecciones. Estos procedimientos son: la uvulopalatofaringoplastia, la uvuloplastia con láser, la roncoplastia con inyección, la ablación por radiofrecuencia y los implantes palatinos. Se necesitan más estudios para determinar si estos procedimientos quirúrgicos tratan los ronquidos de forma eficaz y a largo plazo.

En la uvulopalatofaringoplastia, los tejidos del paladar y de la úvula (campanilla) se remodelan quirúrgicamente; se elimina el exceso de tejido y la vía respiratoria se ensancha. Este procedimiento requiere anestesia general e ingreso hospitalario. Puede reducir los ronquidos, pero sus efectos pueden durar solo unos pocos años.

Los siguientes procedimientos no requieren hospitalización y solo requieren anestesia local.

En la uvuloplastia con láser, se utiliza un dispositivo láser o microondas de alta energía para remodelar el tejido, por lo que este procedimiento es menos agresivo que la uvulopalatofaringoplastia. Sin embargo, no se ha demostrado que pueda reducir los ronquidos, si bien parece ser efectivo en algunos casos.

En la roncoplastia con inyección (una forma de escleroterapia), se inyecta en el velo del paladar una sustancia que irrita los tejidos y provoca la formación de una cicatriz fibrosa. Como resultado, el velo del paladar y la úvula (campanilla) se endurecen y son menos propensos a vibrar. No se ha estudiado suficientemente si este procedimiento puede reducir los ronquidos.

En la ablación con radiofrecuencia se utiliza una sonda que suministra calor (a partir de una corriente eléctrica) al velo del paladar. Como resultado, los tejidos se encogen y se endurecen. Puede reducir los ronquidos, pero se necesitan más estudios para valorar su efectividad.

Los implantes palatinos de polietileno se pueden insertar quirúrgicamente en el velo del paladar para endurecerlo. Se utilizan tres implantes pequeños. No se ha demostrado si estos implantes son efectivos solo para controlar el ronquido.

Recientemente se ha desarrollado un estimulador muscular de la lengua extraíble destinado a ayudar a un mejor funcionamiento de los músculos de la lengua en personas con ronquidos o con síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). El dispositivo se lleva en la boca y contiene electrodos que estimulan los nervios y los músculos de la lengua. Se puede utilizar durante el día. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar su eficacia.

Conceptos clave

  • No todas las personas que roncan sufren síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), pero la mayoría de las personas que lo tienen, roncan.

  • Los signos de alarma, como episodios de falta de respiración o de sensación de asfixia durante el sueño, somnolencia diurna y obesidad, contribuyen a identificar a las personas vulnerables a sufrir síndrome de apnea obstructiva del sueño y que, por tanto, necesitan someterse a una polisomnografía.

  • Las medidas generales para controlar los ronquidos son: evitar el consumo de alcohol y fármacos sedantes antes de acostarse, dormir con la cabeza elevada, perder peso y, por parte del compañero de cama, usar tapones para los oídos y disponer de un dormitorio adicional.

  • Entre los tratamientos específicos para el ronquido se encuentran los dispositivos para mantener abiertas las vías aéreas (como las férulas de avance mandibular) y la cirugía.

  • Los médicos también tratan las causas de los ronquidos, como la obstrucción nasal crónica y la apnea obstructiva del sueño, que pueden tratarse con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).

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