(Véase también Introducción a los trastornos de la alimentación).
El trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos generalmente comienza durante la infancia, pero puede desarrollarse a cualquier edad. Este transtorno puede parecerse, inicialmente, a la práctica de comer selectivamente por capricho, lo cual es común en la infancia, cuando los niños se niegan a comer ciertos alimentos o los que tienen un determinado color, consistencia o aroma. Sin embargo, los caprichos alimentarios, a diferencia del trastorno que evita/restringe la ingesta de alimentos, por lo general implica sólo unos pocos alimentos, y el apetito del niño, la ingesta general de alimentos, y el crecimiento y desarrollo son normales.
Los pacientes con trastornos de evitación/restricción de la ingesta de alimentos pueden no comer porque pierden interés en la comida o porque temen que comer conlleve consecuencias perjudiciales como asfixia o vómitos. Pueden evitar ciertos alimentos debido a sus características sensoriales (p. ej., color, consistencia, olor).
Signos y síntomas
Los pacientes con trastorno que evita/restringe la ingesta de alimentos intentan no comer o limitan su ingesta de alimentos hasta tal punto que presentan ≥ 1 de los siguientes:
Las deficiencias nutricionales pueden ser potencialmente letales, y el funcionamiento social (p. ej., participar en comidas familiares, pasar tiempo con amigos en situaciones en las que se puede comer) puede verse notablemente afectado.
Diagnóstico
Los criterios para el diagnóstico del trastorno que evita/restringe la ingesta de alimentos incluyen los siguientes:
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La restricción alimentaria lleva a una pérdida de peso significativa, a un retraso del crecimiento esperado en los niños, a una deficiencia nutricional significativa, a dependencia de soporte nutricional y/o a una alteración notable del funcionamiento psicosocial
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La restricción de alimentos no se debe a la falta de disponibilidad de alimentos, a una práctica cultural (p. ej., ayuno religioso), enfermedad física, tratamiento médico (p. ej., radioterapia, quimioterapia), u otro trastorno de la alimentación-particularmente anorexia nerviosa o bulimia nerviosa.
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No hay evidencias que avalen una percepción perturbada del peso corporal o la forma.
Sin embargo, los pacientes que tienen un trastorno físico por el cual reducen la ingesta de alimentos, pero la mantienen restringida por mucho más tiempo de lo que normalmente se espera y hasta tal punto que requieren intervención específica, pueden considerarse que sufren este trastorno de alimentación selectiva.
Cuando el paciente inicialemente se presenta, los médicos deben descartar enfermedades físicas así como otros trastornos mentales que alteran el apetito y/o la ingesta, incluyendo otros trastornos de la alimentación, depresión, esquizofrenia y trastorno facticio impuesto a otro.
Tratamiento
Conceptos clave
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El trastorno que evita/restringe la ingesta de alimentos puede causar deficiencias nutricionales potencialmente letales, y afectar en forma notable el funcionamiento social (p. ej., la participación en comidas familiares).
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Diagnóstico basado en criterios específicos, que distingue particularmente el trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos de la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa.
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Tratar con terapia cognitivo conductual, cuyo objetivo es normalizar la alimentación del paciente.