Los trastornos de la pigmentación incluyen la hipopigmentación, la despigmentación y la hiperpigmentación. Las áreas afectadas pueden ser focales o difusas. En la hipopigmentación, hay disminución del pigmento, mientras que en la despigmentación, el pigmento se pierde por completo, dejando la piel blanca.
La hipopigmentación focal suele ser casi siempre consecuencia de:
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Lesiones
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Dermatosis inflamatorias (p. ej., dermatitis atópica, psoriasis)
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Exposición a sustancias químicas (especialmente a hidroquinonas y fenoles)
La hipopigmentación o despigmentación focal también es una manifestación de vitiligo (que puede comprometer grandes regiones de piel), lepra, deficiencias nutricionales (kwashiorkor) y trastornos genéticos (p. ej., esclerosis tuberosa, piebaldismo, síndrome de Waardenburg).
La hipopigmentación difusa o despigmentación es causada con mayor frecuencia por:
La hiperpigmentación por lo general se produce después de una inflamación secundaria a diversas causas. Esta hiperpigmentación posinflamatoria por lo general es de distribución focal. La hiperpigmentación también puede ser causada por un trastorno sistémico, drogas, o cáncer; por lo general la distribución es más difusa.