En general, el útero se invierte cuando se ejerce demasiada tracción sobre el cordón umbilical en un intento por extraer la placenta. La excesiva presión sobre el fondo durante el alumbramiento, un útero flácido o una placenta accreta (placenta anormalmente adherida) pueden contribuir.
El diagnóstico de una inversión uterina es clínico.
Tratamiento
El tratamiento de un útero invertido es la inmediata reducción manual empujando el fondo hasta que el útero haya retornado a su posición normal. Si la placenta sigue adherida, el útero debe se reposicionado antes de extraer la placenta.
Debido a las molestias que provoca, a veces se necesitan analgésicos o sedantes IV, o un anestésico general. También pueden necesitarse terbutalina 0,25 mg IV o nitroglicerina 50 mcg IV.
Si los intentos por retornar el útero a su posición normal no son exitosos, puede requerirse una laparotomía; el fondo se manipula por vía vaginal y abdominal para que regrese a su posición normal. Una vez que el útero está en su lugar, las mujeres deben recibir un medicamento uterotónico (p. ej., Infusión de oxitocina) para reducir la probabilidad de reinversión y hemorragia.