El oído medio está formado por el tímpano (membrana timpánica) y una cámara llena de aire que contiene una cadena de tres huesos (huesecillos) que conectan el tímpano con el oído interno (véase Oído medio). El oído medio actúa como un amplificador de sonidos, mientras que el oído interno es un transductor que convierte las ondas sonoras mecánicas en una señal eléctrica que se transmite al cerebro a través del nervio auditivo (nervio estatoacústico o nervio vestibulococlear).
Los trastornos del oído medio y del oído interno causan muchos síntomas similares, y un trastorno del oído medio puede provocar un trastorno del oído interno y viceversa.
Los trastornos del oído medio pueden deberse a
-
Infección (como otitis media aguda, otitis media supurativa crónica, miringitis o mastoiditis)
-
Obstrucción de la trompa de Eustaquio (que conecta el oído medio con la parte posterior de la nariz).
-
Lesión (como perforación del tímpano, barotrauma o presencia de objetos en el oído)
Los médicos basan el diagnóstico en los síntomas y en la exploración física. Los médicos examinan el canal auditivo y el tímpano con un otoscopio y a menudo realizan pruebas de audición. También examinan la nariz y las partes altas y medias de la garganta para detectar infecciones, alergias y tumores.