Medicamentos para el tratamiento de la depresión

PorWilliam Coryell, MD, University of Iowa Carver College of Medicine
Revisado/Modificado oct. 2023 | Modificado nov. 2023
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    Se pueden indicar varios tipos de medicamentos para tratar la depresión:

    La mayoría de antidepresivos deben tomarse regularmente durante varias semanas, por lo menos, antes de que comiencen a actuar. La mayoría de la gente con depresión necesita tomar antidepresivos durante 6 a 12 meses para evitar recaídas. Las personas mayores de 50 años pueden tener que tomarlos durante un máximo de 2 años.

    Los efectos secundarios varían con cada tipo de antidepresivo. A veces, cuando el tratamiento con un fármaco determinado no alivia la depresión, se prescribe otro tipo (clase) de medicamento o una combinación de fármacos antidepresivos.

    El riesgo de suicidio después de comenzar un antidepresivo ha sido noticia. Unas cuantas personas se muestran más inquietas, deprimidas y ansiosas poco después de empezar el tratamiento con antidepresivos o tras el aumento de la dosis. En algunas personas, especialmente los niños y los adolescentes, aumenta la propensión al suicidio si estos síntomas no se detectan y se tratan con rapidez. Se informó de este hallazgo por primera vez en referencia a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pero el riesgo probablemente es similar para todas las clases de antidepresivos. Si se produce un empeoramiento de los síntomas después de iniciar la toma de antidepresivos o de aumentar la dosis (o por cualquier motivo), se debe informar de ello al médico de la persona afectada. El hecho de tener pensamientos suicidas también es un síntoma de depresión, por tanto los médicos pueden tener dificultades para determinar qué papel desempeñan los antidepresivos en los pensamientos y conductas suicidas. Algunos estudios arrojan dudas sobre la conexión.

    Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

    Los inhibidores de la recaptación selectiva de serotonina (ISRS) son, en la actualidad, el tipo de antidepresivos de uso más frecuente. Dichos fármacos son eficaces para tratar la depresión y otros trastornos de salud mental que a menudo coexisten con la depresión.

    Aunque los inhibidores de la recaptación selectiva de la serotonina (ISRS) pueden producir náuseas, diarrea, temblor, pérdida de peso y dolor de cabeza, estos efectos secundarios suelen ser leves o desaparecen con su uso continuado. La mayoría de las personas toleran los efectos secundarios producidos por los inhibidores de la recaptación selectiva de la serotonina (ISRS) mejor que los producidos por los antidepresivos heterocíclicos. La probabilidad de afectación cardíaca es menor con los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina que con los antidepresivos heterocíclicos.

    No obstante, algunas personas parecen más inquietas, deprimidas y ansiosas la primera semana después de empezar el tratamiento con inhibidores de la recaptación selectiva de serotonina (ISRS) o tras el aumento de la dosis. En dichas personas, especialmente niños y adolescentes, aumenta la propensión al suicidio si estos síntomas no se detectan y se tratan con rapidez. Las personas que siguen tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y sus familiares deben ser advertidos sobre esta posibilidad y sobre la necesidad de llamar al médico si los síntomas empeoran con el tratamiento. Sin embargo, debido a que las personas con depresión no tratada a veces también se suicidan, estas personas y sus médicos deben sopesar este riesgo con los riesgos asociados a los medicamentos prescritos.

    Además, con el tratamiento a largo plazo, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden tener efectos secundarios adicionales, como el aumento de peso y la disfunción sexual (en una tercera parte de los casos). Algunos ISRS, como la fluoxetina, causan pérdida de apetito. Durante las primeras semanas después del inicio del tratamiento con los ISRS, la persona puede sentirse adormecida durante el día, pero este efecto es temporal.

    La interrupción brusca del tratamiento con algunos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) provoca un síndrome de suspensión (síndrome de discontinuación) que consiste en mareo, ansiedad, irritabilidad, fatiga, náuseas, escalofríos y dolorimiento muscular.

    Si una persona está embarazada, el médico discutirá los riesgos y beneficios del uso de ISRS, si todavía son necesarios. Sin embargo, la paroxetina no debe utilizarse porque puede causar defectos cardíacos.

    Inhibidores de la recaptación de la norepinefrina-dopamina, moduladores de la serotonina e inhibidores de la recaptación de la serotonina-norepinefrina

    Las siguientes clases de antidepresivos son tan eficaces y seguras como los ISRS y tienen efectos secundarios similares:

    • Inhibidores de la recaptación de norepinefrina (noradrenalina)-dopamina (como bupropión)

    • Moduladores de la serotonina (como la mirtazapina y la trazodona)

    • Los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (como la venlafaxina y la duloxetina)

    Como puede ocurrir con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), el riesgo de suicidio es temporalmente mayor cuando se inicia el tratamiento con estos fármacos, y la suspensión brusca del tratamiento con inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina puede evolucionar con un síndrome de suspensión (síndrome de discontinuación).

    Otros efectos secundarios varían según el medicamento (véase la tabla Fármacos utilizados para tratar la depresión).

    Antidepresivos heterocíclicos (incluidos los tricíclicos)

    Los antidepresivos heterocíclicos, que habían sido antiguamente los más utilizados, se prescriben actualmente con poca frecuencia porque tienen más efectos secundarios que otros antidepresivos. Suelen producir somnolencia y aumento de peso. También pueden causar un aumento de la frecuencia cardíaca y una disminución de la presión arterial cuando la persona se pone en pie (denominada hipotensión ortostática). Otros efectos secundarios, denominados efectos anticolinérgicos, incluyen vista borrosa, sequedad de boca, confusión, estreñimiento y dificultad para empezar a orinar. Los efectos anticolinérgicos suelen ser más graves en las personas de edad avanzada.

    La interrupción repentina de los antidepresivos heterocíclicos, como ocurre con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), puede dar lugar a un síndrome de suspensión (síndrome de discontinuación).

    Inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO)

    Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) son muy eficaces pero rara vez se prescriben, salvo cuando otros antidepresivos no han dado resultado. Las personas que utilizan inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) deben cumplir una serie de restricciones dietéticas y tomar precauciones especiales para evitar una reacción grave que entrañe un aumento súbito de la presión arterial con un dolor de cabeza intenso y punzante (crisis hipertensiva). Esta crisis puede causar un accidente cerebrovascular. Las precauciones son las siguientes

    • No ingerir alimentos ni bebidas que contengan tiramina, como cerveza de barril, vinos tintos (incluido el jerez), licores, alimentos demasiado maduros, salami, quesos muy curados, habas, extractos de levadura, higos secos, uvas pasas, yogurt, queso, cuajada, arenques, caviar, hígado, carnes muy ablandadas y salsa de soja

    • No tomar pseudoefedrina, una sustancia contenida en numerosos medicamentos para la tos y el resfriado de venta sin receta médica

    • No tomar dextrometorfano (un antitusígeno), reserpina (un fármaco antihipertensor) o meperidina (un analgésico)

    • Tener siempre a mano un antídoto, como la clorpromazina en comprimidos; en caso de aparición de dolor de cabeza intenso y pulsátil, tomar el antídoto de inmediato y acudir al servicio médico de urgencias más cercano

    Las personas en tratamiento con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) también deben evitar tomar otro tipo de antidepresivos, incluidos los heterocíclicos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), el bupropión, los moduladores de la serotonina-noradrenalina y los inhibidores de la recaptación de la serotonina-. Administrar un inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO) junto con otro antidepresivo puede provocar una elevación peligrosa de la temperatura corporal, acompañada de degradación muscular, fallo renal y convulsiones. Estos efectos, conocidos como síndrome maligno por neurolépticos, son potencialmente mortales.

    La interrupción repentina de los IMAOs, como ocurre con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), puede dar lugar a un síndrome de suspensión (síndrome de discontinuación).

    Tabla

    Antidepresivo melatoninérgico

    La agomelatina es un antidepresivo melatonérgico que estimula los receptores de melatonina y se utiliza para tratar los episodios depresivos mayores. Tienen varios beneficios:

    • Provoca muchos menos efectos secundarios que la mayoría de antidepresivos.

    • No causa somnolencia diurna, ni insomnio ni aumento de peso.

    • No es adictivo y no causa síntomas de abstinencia.

    La agomelatina puede causar cefalea, náuseas y diarrea. También puede aumentar las concentraciones de enzimas hepáticas, por lo que los médicos miden estas concentraciones antes de comenzar el tratamiento y cada 6 semanas a partir de entonces. Las personas con problemas hepáticos no deben tomar agomelatina.

    Ketamina y esketamina

    La ketamina es un anestésico. Sin embargo, los investigadores han descubierto que los mecanismos cerebrales afectados por la ketamina desempeñan un papel en la depresión y que, cuando se administra a dosis subanestésicas, produce una mejoría rápida, aunque transitoria, de los síntomas depresivos. La esketamina, una forma de ketamina, también está disponible para personas con trastorno depresivo mayor que no han respondido a los tratamientos tradicionales. Se administra en forma de aerosol nasal. Se usa en dosis más bajas que las administradas para anestesia.

    La mayoría de las personas que reciben ketamina o esketamina presentan una disminución en los síntomas de depresión al cabo de 3 a 4 horas. Se trata de una respuesta muy rápida en comparación con la de la mayoría de los fármacos antidepresivos, que puede tardar varias semanas en ser efectivos. En la mayoría de los casos, el efecto de la ketamina o de al esketamina comienza a disminuir en 1 o 2 semanas. Repetir la dosis cada semana más o menos a menudo ayuda, pero puede dejar de funcionar transcurridos unos meses, si bien algunas personas pueden mantener su mejoría con un solo tratamiento al mes.

    Los efectos secundarios pueden aparecer al cabo de 1 o 2 horas de la administración del fármaco y consisten en aumento de la presión arterial, náuseas y vómitos y efectos mentales, como una sensación de desconexión de uno mismo (desrealización), sensación de distorsión del tiempo y el espacio y delirios. Estos medicamentos generalmente se administran en el consultorio de un médico o en un departamento hospitalario a fin de que los médicos puedan controlar la aparición de efectos secundarios durante unas horas y porque pueden ser adictivos y a veces se usan de forma inadecuada.

    Otros tratamientos

    Los psicoestimulantes, entre ellos el metilfenidato y la dextroanfetamina, se suelen prescribir junto con los antidepresivos. Los psicoestimulantes se utilizan para aumentar el estado de alerta mental y la conciencia.

    El hipérico (hierba de San Juan), una planta utilizada como suplemento dietético, se usa en algún caso para aliviar la depresión leve, aunque no se ha comprobado su efectividad. Debido a la existencia de interacciones potencialmente nocivas entre el hipérico y muchos tratamientos farmacológicos, las personas interesadas en tomar este suplemento dietético deben consultar con su médico sobre las posibles interacciones con su medicación.

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