(Véase también Ascitis.)
La PBE es particularmente frecuente en la ascitis cirrótica. Esta infección puede ocasionar secuelas graves o la muerte. Las bacterias que ocasionan este trastorno con mayor asiduidad son gramnegativas (Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae) y grampositivas (Streptococcus pneumoniae). En general, sólo se identifica un microorganismo causante.
Signos y síntomas
Los pacientes presentan síntomas y signos de ascitis. Por regla general hay presencia de malestar general, que suele ser generalizado, constante y entre leve y moderado.
Los signos de la peritonitis bacteriana espontánea pueden consistir en fiebre, malestar general, encefalopatía, empeoramiento de la insuficiencia hepática y deterioro clínico de origen desconocido. Pueden detectarse signos peritoneales (p. ej., hipersensibilidad abdominal a la palpación y rebote), aunque pueden estar algo amortiguados por la presencia del líquido ascítico.
Diagnóstico
El diagnóstico clínico de la peritonitis bacteriana espontánea puede ser difícil; el médico debe estar muy atento a la posibilidad de este diagnóstico y utilizar la paracentesis diagnóstica en forma liberal, incluso con cultivo. La transferencia de líquido ascítico a un medio de cultivo con sangre antes de su incubación aumenta la sensibilidad del cultivo hasta casi 70%. El recuento de PMN > 250 células/μL confirma el diagnóstico. También deben solicitarse hemocultivos. Como un solo microorganismo suele ser responsable de la peritonitis bacteriana espontánea, el hallazgo de flora mixta en un cultivo sugiere la perforación de una víscera abdominal o la contaminación de la muestra.
Tratamiento
Si se diagnostica peritonitis bacteriana espontánea, debe administrarse un antibiótico como cefotaxima en dosis de 2 g por vía intravenosa cada 4 a 8 h (mientras se aguarda la tinción de Gram y los resultados de los cultivos) durante al menos 5 días y hasta que el líquido ascítico presente < 250 PMN/μL. Los antibióticos aumentan la tasa de supervivencia. Como la peritonitis bacteriana espontánea recidiva dentro del siguiente año en hasta el 70% de los pacientes, debe indicarse la administración profiláctica de antibióticos, de los cuales las quinolonas (p. ej., 400 mg de norfloxacino por vía oral 1 vez al día) son las empleadas con mayor frecuencia.
En los pacientes con ascitis y hemorragia varicosa, la profilaxis antibiótica disminuye el riesgo de desarrollar peritonitis bacteriana espontánea.