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Los esguinces de rodilla suelen estar causados por la flexión o torsión de la rodilla cuando el pie está apoyado firmemente en el suelo.
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La rodilla suele estar dolorida e hinchada.
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El diagnóstico suele basarse en los resultados de la exploración física.
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El reposo y mantener la inmovilidad de la rodilla a menudo es el único tratamiento necesario, pero a veces las lesiones graves deben ser reparadas quirúrgicamente.
(Véase también Introducción a los esguinces y otras lesiones de las partes blandas.)
Varios ligamentos ayudan a mantener la rodilla en su posición:
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Ligamentos colaterales: estos ligamentos, situados a ambos lados de la rodilla, impiden que la rodilla se desplace en exceso de lado a lado. El ligamento colateral medial se encuentra en la parte interna de la rodilla, y el ligamento colateral lateral se localiza en la parte externa (lateral) de la rodilla.
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Ligamentos cruzados: estos ligamentos evitan que la rodilla se desplace en exceso hacia adelante o hacia atrás. El ligamento cruzado anterior (LCA) cruza por delante del ligamento cruzado posterior (LCP) adoptando una forma de X.
Las almohadillas de cartílago (meniscos) rellenan el espacio existente entre el fémur y la tibia. Ayudan a estabilizar la articulación de la rodilla.
Mantener la rodilla unida
Las estructuras que se lesionan con más frecuencia en la rodilla son
La estructura lesionada depende de la dirección de la fuerza que actúa sobre la rodilla:
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Ligamento colateral medial y ligamento cruzado anterior: se puede romper uno o ambos ligamentos cuando se produce un traumatismo lateral sobre la rodilla mientras el sujeto está apoyado sobre el pie, como ocurre durante un partido de fútbol. Es más probable la lesión si además se produce una torsión de rodilla.
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Ligamento colateral lateral y ligamento cruzado anterior: estos ligamentos se pueden romper cuando la fuerza que actúa sobre la rodilla está dirigida hacia el exterior. Este tipo de lesión puede ocurrir cuando la pierna se empuja desde la zona interna.
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Ligamentos cruzados anterior y posterior: estos ligamentos se pueden lesionar cuando se extiende la rodilla con fuerza.
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Meniscos: los meniscos se pueden romper cuando el sujeto se apoya sobre el pie y gira la rodilla.
Síntomas
A veces, la persona afectada puede oír o notar un chasquido en la rodilla al producirse la lesión. Este sonido suele indicar el desgarro de un ligamento (en especial el ligamento cruzado anterior).
La rodilla es dolorosa, está hinchada, rígida, y a veces presenta hematomas. La zona de dolor depende de la estructura lesionada. La rodilla se puede sentir inestable, y con movimientos anómalos. Pueden aparecer espasmos musculares (contracción involuntaria de los músculos que rodean la rodilla). El momento en que se desarrollen los síntomas y su gravedad dependen de la gravedad de la lesión:
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Leve: aparece una inflamación durante las primeras horas, pero puede tardar más de un día en desarrollarse. El dolor suele ser leve o moderado.
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Moderado: el dolor es moderado o severo, sobre todo cuando el paciente mueve o flexiona la rodilla.
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Grave: el dolor puede ser intenso, moderado o leve, y algunos pacientes son incapaces de caminar sin ayuda.
A veces, una rotura de menisco impide que la rodilla se flexione o se extienda (lo que se denomina bloqueo).
A veces, el traumatismo que ocasiona el esguince de rodilla también produce una fractura ósea y/o lesiona los tendones de la rodilla (lesiones del extensor de la rodilla).
Diagnóstico
Prueba de esfuerzo
El médico comprueba la rotura de los ligamentos de la rodilla al mover la pierna de cierta manera (lo que se denominan maniobras de exploración o pruebas de estrés). Por lo general, un examen completo, que incluye pruebas de esfuerzo, suele permitir a los médicos identificar las lesiones de rodilla.
Sin embargo, las pruebas de esfuerzo se acostumbran a retrasar porque, cuando los médicos valoran por primera vez al paciente, la rodilla suele estar demasiado dolorida para ser sometida a la prueba. Además, la valoración puede verse dificultada por una hinchazón considerable y espasmos musculares. Las pruebas de esfuerzo pueden realizarse unos días más tarde, cuando los síntomas disminuyen.
Pruebas de diagnóstico por la imagen
Tratamiento
Si se ha producido un derrame significativo de líquido en la rodilla, en algunas ocasiones el médico puede drenarlo para ayudar a aliviar el dolor y los espasmos musculares.
La mayoría de las lesiones leves o moderadas se pueden tratar inicialmente con protección, reposo, hielo, compresión, elevación (protection, rest, ice, compression, and elevation, PRICE), incluida la inmovilización de la rodilla con una férula o con un dispositivo que proporcione apoyo a la rodilla y evite que se doble (inmovilizador de rodilla). Los ejercicios de amplitud de movimiento se inician temprano.
Si el esguince es grave, algunos sujetos necesitan usar un inmovilizador de rodilla durante 6 semanas o más.
Algunas lesiones graves de ligamentos o meniscos requieren una reparación quirúrgica efectuada por un traumatólogo. La reparación quirúrgica se acostumbra a realizar mediante una pequeña incisión y una sonda flexible de pequeño tamaño (un procedimiento llamado cirugía artroscópica).
En personas con lesiones leves o moderadas se suelen recomendar ejercicios para fortalecer la rodilla. Si las lesiones son graves, los ejercicios de fortalecimiento se posponen hasta después de la cirugía.