Preparación de prótesis de extremidades

PorJan J. Stokosa, CP, American Prosthetics Institute, Ltd
Revisado/Modificado ene. 2021 | Modificado sep. 2022
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Sufrir una amputación es difícil para las personas. Perder una extremidad no es solo un desafío físico, sino que la autoimagen de una persona a menudo cambia después de perder una parte de "ella misma". Los médicos intentan preparar a las personas afectadas y a sus familias explicando por qué es necesaria una amputación y qué sucederá antes y después de la misma y durante el proceso de ajuste de la prótesis. Las personas que entienden el proceso y tienen expectativas realistas acerca de las dificultades a las que se pueden enfrentar y los resultados más probables tienen más posibilidades de perseverar y obtener un mejor pronóstico. Los médicos y los protésicos a menudo organizan una charla entre la persona amputada y otra persona que ya se ha sometido a una amputación y se ha adaptado bien a la misma.

Antes de la cirugía

Antes de la intervención quirúrgica, un cirujano, un protésico (un experto que diseña, construye, ajusta y calza prótesis) y un fisioterapeuta estudian el plan, los objetivos y los pronósticos realistas junto con la persona que va a someterse a la amputación. Trabajan juntos para completar

  • Una evaluación funcional para determinar las capacidades y objetivos actuales de la persona

  • Un plan prequirúrgico, que incluye un programa de ejercicios para comenzar antes de la cirugía

  • Un plan posquirúrgico

La curación y la rehabilitación después de una amputación son más exitosas en personas que están lo más sanas posible antes de la cirugía. Antes de la amputación, las personas afectadas deben, por ejemplo, seguir una alimentación saludable y controlar sus afecciones médicas (como diabetes y enfermedad cardíaca o pulmonar) tanto como sea posible, además de dejar de fumar.

Con independencia de la edad y el estado físico actual, las personas que se someten a una amputación deben comenzar un programa de ejercicio general y específico antes de la cirugía y continuar practicando ejercicio después de la misma. El fisioterapeuta enseña los ejercicios para mantener o aumentar la fuerza muscular, la flexibilidad y la amplitud de movimiento. Cuanto más fuerte y más flexible se encuentra una persona, más actividades puede llevar a cabo con su prótesis o sin esta. También puede ser útil un programa de terapia ocupacional cuando se anticipan dificultades para realizar las actividades diarias.

Después de la intervención quirúrgica

Después de la cirugía, el equipo clínico y la persona que se ha sometido a la amputación trabajan juntos para planificar objetivos a fin de

  • Proteger al miembro residual (muñón) de traumas accidentales (por ejemplo, de golpes y caídas)

  • Controlar la hinchazón

  • Favorecer la curación.

  • Mantener la fuerza, la resistencia cardiovascular y el grado de amplitud de movimiento de las articulaciones

Después de la cirugía, el miembro residual (muñón) necesita cicatrizarse. Los masajes, los golpecitos suaves, la vibración y la carga progresiva pueden ayudar a que el miembro residual sea menos sensible. Hay muchas opciones de apósitos para proteger el miembro residual y controlar la hinchazón. La hinchazón que se controla de manera efectiva ayuda a aumentar la circulación sanguínea, promueve la curación y reduce la intensidad del dolor postoperatorio y el dolor del miembro fantasma. Seguir una alimentación saludable también sigue siendo importante después de la cirugía.

Un fisioterapeuta trabajará con la persona antes y después del alta hospitalaria. El entrenamiento puede incluir el equilibrio de pie, caminar en barras paralelas, el uso de un andador, muletas y/o una silla de ruedas, así como habilidades de autocuidado, incluidos los traslados y la higiene personal.

El protésico controlará el progreso de la curación cada semana y evaluará la preparación de la persona afectada para una prótesis preparatoria (temporal).

Prótesis preparatoria

Cuando el miembro residual ha cicatrizado y el volumen de líquido es bastante estable, generalmente de 6 a 10 semanas después de la cirugía pero durante más tiempo si hay complicaciones, a la persona afectada se le coloca una prótesis preparatoria. Una prótesis preparatoria es una prótesis temporal que permite soportar peso progresivamente y cambiar componentes, lo cual es necesario a medida que la persona se acostumbra a caminar y a realizar otras actividades. Es posible que sea necesario volver a ajustar el receptáculo de la prótesis preparatoria varias veces durante este período.

Además de mejorar la movilidad y la independencia, las ventajas del ajuste temprano de la prótesis consisten en lograr una mejor aceptación de la amputación, restaurar la imagen corporal, reducir el dolor del miembro fantasma y mejorar la salud en general.

El miembro residual de los adultos continúa experimentando un considerable cambio de volumen y forma durante 12 a 18 meses después de la amputación. En este momento, cuando el volumen y la forma se han estabilizado en un grado razonable, se coloca una prótesis definitiva, mientras la persona amputada continúa usando la prótesis preparatoria. Una prótesis definitiva tiene componentes de mayor calidad y a menudo utiliza los mismos componentes de articulación y apéndice que se consideraron óptimos durante la fase preparatoria. Sin embargo, el volumen de líquido del miembro residual continuará fluctuando diariamente y a largo plazo. El número de cambios en el volumen de líquido varía entre los individuos y, a veces, puede ser problemático.

Aprender a usar una prótesis de miembro

Durante el proceso de adaptación, la persona aprende a funcionar con una prótesis. El proceso comporta varias citas para lograr niveles aceptables de comodidad y estabilidad.

Para los pacientes con prótesis de miembro superior, una vez lograda la comodidad y la estabilidad, el protésico ajusta las articulaciones y los apéndices para maximizar la funcionalidad. La rehabilitación con un terapeuta ocupacional o un fisioterapeuta consiste en ejercicios específicos diseñados para fortalecer los músculos del muñón y mantener su flexibilidad, así como en enseñar a la persona a utilizar la prótesis para las actividades diarias.

A las personas con prótesis de miembros inferiores, una vez lograda la comodidad y la estabilidad de los miembros residuales, se les introduce una prótesis de cadera, rodilla, tobillo y/o pie para lograr el equilibrio y la postura. Inicialmente, la persona comienza a caminar dentro de barras paralelas. A medida que la persona aprende a caminar con una prótesis, el protésico ajusta o cambia las articulaciones y los apéndices para maximizar la funcionalidad.

El asesoramiento psicológico o la psicoterapia pueden beneficiar a las personas que presentan dificultades para adaptarse a la pérdida de su miembro y al uso de prótesis.

(Véase también Introducción a los miembros protésicos.)

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