Inicio de la alimentación sólida en lactantes

PorDeborah M. Consolini, MD, Thomas Jefferson University Hospital
Revisado/Modificado sept 2023
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    El momento de empezar con la alimentación sólida depende de las necesidades del lactante y de su predisposición. En general, los lactantes necesitan alimentos sólidos cuando son lo bastante grandes como para necesitar una fuente más concentrada de calorías que la leche materna o la leche de fórmula. Esto se detecta cuando un lactante toma un biberón entero y queda satisfecho pero pasadas 2 o 3 horas vuelve a tener hambre, o cuando consume más de 40 onzas (unos 1200 mililitros) de fórmula cada día. Esto suele ocurrir entre los 4 y los 6 meses de edad. Otros signos de que un bebé está listo para comer alimentos sólidos son un buen control de la cabeza y el cuello, la capacidad de sentarse en posición vertical cuando está apoyado, el interés por la comida, abrir la boca cuando se le ofrece comida con una cuchara y tragar alimentos en lugar de expulsarlos. La mayoría de los bebés comienzan a mostrar estos signos a los 6 meses de edad.

    Muchos lactantes toman alimentos sólidos después del pecho o de tomar el biberón, lo que satisface ambas necesidades: la de succión y la de calmar el apetito con rapidez. No se recomienda la introducción de alimentos sólidos antes de los 4 meses de edad. Los lactantes menores de 4 meses de edad no necesitan alimentos sólidos para la nutrición, no pueden tragar con facilidad alimentos sólidos y no deben ser alimentados a la fuerza con una cuchara o mezclando alimentos para bebés con fórmula en un biberón.

    Los alimentos para los lactantes incluyen cereales de un solo grano (por ejemplo, cereal de arroz enriquecido con hierro) y una variedad de puré de frutas, verduras y carne. Los médicos ya no piensan que tenga importancia el orden en el que se introducen estos alimentos. Cuando se introduce un nuevo alimento, pueden ser necesarios varios intentos durante un periodo de semanas antes de que el bebé comience a disfrutar del nuevo alimento, por lo que es importante que los progenitores no abandonen después del primer o el segundo intento si parece que al bebé no le gusta un nuevo alimento en particular.

    La comida debe ofrecerse en una cuchara para que el lactante aprenda la nueva técnica de alimentación. A la edad de 6 o 9 meses, los lactantes son capaces de tomar la comida con la cuchara y llevársela a la boca, y se les debe animar a que colaboren cuando se les da la comida. Los purés caseros son menos caros que las papillas comerciales y proporcionan una adecuada nutrición. Sin embargo, para los bebés menores de 1 año de edad se prefieren las preparaciones comerciales con zanahorias, remolachas, nabos, col rizada y espinacas, ya que son cribadas para detectar nitratos. Los niveles altos de nitratos, que pueden causar metahemoglobinemia (un trastorno que afecta la capacidad de la sangre para transportar oxígeno) en los niños pequeños, se encuentran en las verduras que se cultivan usando suministros de agua contaminados por fertilizantes.

    Aunque a los lactantes les gustan los alimentos dulces, el azúcar no es un nutriente esencial y solo debe ser aportado (en caso de que se decida hacerlo) en pequeñas cantidades. Los postres edulcorados preparados para bebés no les aportan ningún beneficio. El jugo es una fuente insuficiente de nutrición, contribuye a la caries y debe limitarse entre 80 y 100 gramos diarios o evitarse por completo.

    Los alimentos a evitar son

    • La miel debe evitarse (hasta que el bebé tenga un año) porque puede contener esporas de Clostridium botulinum, que son inofensivas en los niños mayores y los adultos, pero que pueden causar botulismo en los lactantes

    • Los alimentos que pueden causar fácilmente asfixia o ser inhalados (hasta la edad de 2 o 3 años), incluidas las nueces enteras o frijoles, los caramelos duros, la soja, las palomitas, los perritos calientes, la carne (a menos que sea en puré) y las uvas (a menos que se corten en trozos muy pequeños)

    Los lactantes pueden desarrollar alergias alimentarias. Si se dan muchos alimentos diferentes en un periodo breve, es difícil detectar cuál puede haber sido el responsable de la reacción. A causa de esta dificultad, los padres deben introducir los nuevos alimentos constituidos por un único ingrediente de uno en uno cada 3 a 5 días aproximadamente. Una vez está claro que un alimento se tolera bien puede introducirse otro nuevo.

    Para evitar el desarrollo de alergias alimentarias, muchos padres evitan dar a sus bebés alimentos comunes que producen alergias, como huevos, mantequilla de maní, pescado, mariscos, fresas y trigo. Sin embargo, las pruebas científicas recientes sugieren que la introducción de estos alimentos después de los 4 meses de edad pero antes del final del primer año de vida podría, en realidad, ayudar a proteger contra el desarrollo de alergias alimentarias. Las pruebas no son definitivas pero, para la mayoría de los lactantes mayores de 4 meses de edad, no es necesario que los progenitores esperen antes de introducir ningún alimento sólido específico. Sin embargo, sólo se debe introducir un único alimento nuevo cada 3 a 5 días para asegurarse de que es tolerado. Pruebas científicas recientes sugieren que la alimentación de los lactantes con maní después de los 4 meses de edad pero antes del final del primer año de vida debe recomendarse, ya que retrasar la introducción de alimentos que contengan maní puede aumentar el riesgo de desarrollar una alergia al maní. Incluso a los lactantes que presentan eccema grave, una alergia al huevo o ambos se les debe introducir alimentos que contengan maní (cacahuete) apropiados a su edad a partir de los 4 a 6 meses de edad, con objeto de reducir el riesgo de desarrollar alergia al maní (cacahuete), siempre que los resultados de ciertas pruebas cutáneas y de sangre indiquen que pueden tomar dichos alimentos. Los progenitores deben comentar con el pediatra cuándo y cómo introducir varios alimentos sólidos.

    A partir de 1 año de edad, los niños pueden comenzar a beber leche entera de vaca. A los 2 años de edad, los niños pueden pasar a la leche baja en grasa, ya que su dieta se asemeja en líneas generales a la del resto de la familia. Los padres deben limitar la ingesta de leche de 380 a 600 gramos al día en niños pequeños. Los niños que toman mucha leche pueden no obtener suficientes nutrientes de otros alimentos importantes y pueden desarrollar carencia de hierro.

    Cuando el niño tiene alrededor de 1 año de edad, la tasa de crecimiento por lo general se desacelera. Los niños requieren menos alimento y pueden rechazarlo en algunas comidas. Para determinar la cantidad de alimento que está tomando el niño, los padres deben revisar lo que come en el transcurso de una semana en lugar de en el transcurso de una sola comida o durante un solo día. La alimentación insuficiente de alimentos sólidos solo es preocupante cuando los niños no cumplen con los percentiles de peso esperados a un ritmo constante.

    (Véase también Introducción a la alimentación de recién nacidos y lactantes.)

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