Ese antiguo cliché “suave como las nalgas de un bebé” no siempre es cierto. Uno de cada cinco niños padecen dermatitis atópica, un tipo de eccema, que provoca picazón, enrojecimiento, descamación y parches de piel seca. Se observa con mayor frecuencia en lactantes y niños pequeños, pero puede afectar a personas de cualquier edad.
Y aunque es común, es incómodo y puede ser vergonzoso para los niños más grandes y los adultos. A veces es un signo de advertencia de otras afecciones que vale la pena vigilar. Muchos padres tienen preguntas sobre qué es lo que lo causa y cuál es la mejor manera de tratarlo. Aquí se presenta una lista de algunas de las preguntas más frecuentes que tienen los padres sobre el eccema y lo que necesitan saber para mantener la enfermedad a raya.
¿Cómo puedo saber si la erupción de mi hijo es eccema?
Hay tres signos que revelan la presencia de eccema.
- La ubicación: En niños menores de dos años, el eccema tiende a aparecer en la cara y en las superficies extensoras de las extremidades. En los niños más grandes y en los adultos, se encuentra más comúnmente en los pliegues de codos y rodillas y en las manos.
- La picazón: El eccema tiende a provocar más picazón que otras afecciones cutáneas como la psoriasis.
- Los brotes: El eccema es crónico, lo que significa que las exacerbaciones llegan y pasan con el tiempo.
¿Es el eccema una alergia?
El eccema no es una reacción alérgica a un alimento o sustancia específica. Por ejemplo, en la mayoría de los casos, simplemente eliminar la leche de fórmula para bebés u otros alimentos como los lácteos de la dieta no eliminará el eccema.
Pero existe una estrecha conexión entre la afección cutánea y las alergias. Los niños con dermatitis atópica tienen más probabilidades de sufrir alergias alimentarias en etapas posteriores de la vida. También es más probable que desarrollen asma en la infancia y alergias estacionales en la adolescencia. Un eccema más intenso hace que esta conexión sea aún más fuerte. Los padres y los pediatras deben prestar mucha atención a esta progresión, a menudo llamada “progresión atópica”. Es una oportunidad para identificar estos problemas en forma más temprana, y los padres deben hablar con el pediatra de su hijo sobre qué se debe vigilar.
¿Es el eccema genético?
El eccema en sí no es estrictamente genético de la misma manera que los trastornos puramente genéticos como la anemia drepanocítica o la fibrosis quística. Sin embargo, hay un componente genético en el eccema. Los niños tienen muchas más probabilidades de sufrir eccema si el padre, la madre o un hermano lo tiene. Además, los antecedentes familiares de afecciones alérgicas como el asma o la fiebre del heno (también llamada rinitis alérgica con secreciones nasales, estornudos, obstrucción nasal) es un factor de riesgo importante para el eccema.
¿Cuáles son las causas de las exacerbaciones del eccema?
Los desencadenantes ambientales más comunes son el sudor y el calor. Otros factores varían según la persona, pero pueden incluir:
- Contacto con tejidos ásperos como la lana y las alfombras
- Ácaros del polvo
- Caspa de los animales
- Fragancias fuertes
- Estrés
Los baños extendidos frecuentes pueden secar la piel. A menudo, reducir el tiempo de juego en la bañera y mantener los baños dentro de los 10 minutos con agua ligeramente más fría puede ayudar a reducir los síntomas del eccema.
¿Cómo debo tratar el eccema de mi hijo?
Debido a que el eccema es crónico, se producirán exacerbaciones. Los padres deben centrarse en prolongar el tiempo entre estas exacerbaciones. Además de evitar los desencadenantes, estas son tres cosas que pueden hacer los padres:
- Cuidar bien de la piel: Bañar a su hijo solo una vez al día con un limpiador suave (no con jabón fuerte) y agua tibia (no caliente).
- Aplicar tratamientos cutáneos: Después de bañarlo, aplíquele una crema humectante. Habitualmente, los pediatras también recetan una pomada o crema con corticosteroides que se debe usar una o dos veces al día. Utilice los tratamientos hasta que los signos del eccema hayan desaparecido completamente. Con demasiada frecuencia, los padres detienen el tratamiento cuando hay signos de mejora y ausencia de picazón. Sin embargo, detener el tratamiento demasiado pronto puede provocar exacerbaciones recurrentes.
- Esté atento a los signos tempranos de una exacerbación: A menudo se produce picazón en la piel antes de que se desarrollen manchas. Esté atento a las áreas de la piel en las que los niños se rascan o sobre las que se quejan. El tratamiento temprano de esas exacerbaciones puede minimizar la cantidad de medicación necesaria.
¿Son peligrosos los corticosteroides?
Los corticosteroides son un componente importante de muchas estrategias de tratamiento del eccema. El uso de muchos corticosteroides en la piel durante un tiempo prolongado puede causar efectos adversos, especialmente en lactantes. Sin embargo, cuando se utilizan en la dosis adecuada durante la cantidad de tiempo adecuada, el potencial de efectos secundarios es mínimo. Los padres también deben saber que se están investigando y desarrollando varias opciones nuevas de tratamiento del eccema. Es importante tener conversaciones frecuentes con el pediatra o especialista de su hijo. Hable con el médico sobre las opciones de tratamiento emergentes y cómo cambia el eccema de su hijo a medida que crece.
Consulte la página sobre eccema de los Manuales para obtener más información y prepararse para una visita con el médico de su hijo.