Lesiones genitales

PorNoel A. Armenakas, MD, Weill Cornell Medical School
Revisado/Modificado feb. 2023
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    La mayoría de las lesiones genitales ocurren en hombres y pueden involucrar en lesiones en los testículos, el escroto y/o el pene. Las lesiones genitales graves se producen con mayor frecuencia en el campo de batalla, por lo general a causa de explosivos terrestres.

    Varios tipos de lesiones pueden afectar el pene. El pene puede seccionarse en parte o por completo. La reinserción de un pene seccionado es posible en algunas ocasiones, aunque el grado de recuperación de la sensibilidad y de la función varía. Los anillos de constricción para el pene, aplicados para mejorar las erecciones, pueden estrangular el pene y causar un daño permanente. En estos casos solo es necesario extraer el anillo. Las lesiones penetrantes, incluyendo mordeduras de animales y humanos y heridas de bala, son menos comunes y también pueden afectar la uretra. La cirugía puede ser necesaria para tratar las lesiones del pene y las lesiones de la uretra.

    La extirpación del clítoris en las mujeres (mutilación genital femenina), que se realiza en algunas culturas, también es una forma de traumatismo genital.

    (Véase también Introducción a las lesiones de las vías urinarias y de los genitales.)

    Cortes en el pene

    La lesión del pene al pellizcarlo con la cremallera de los pantalones es frecuente, especialmente en niños, pero la herida que se produce suele curarse rápidamente. El objetivo es, simplemente, mantenerlos limpios; si se infectan, deben suministrarse antibióticos.

    Si una cremallera se atasca en la piel del pene o del escroto, se puede retirar utilizando un cortador de alambre resistente (cortador en diagonal) para cortar la barra situada en la parte superior del deslizador de cremalleras, que conecta sus placas frontal y posterior. A continuación, el deslizador se desprende en 2 piezas y los dientes de la cremallera se separan fácilmente.

    Retirar una cremallera de la piel del pene

    Fractura del pene

    La flexión excesiva puede fracturar un pene erecto. Esta flexión puede darse en el curso de una relación sexual vigorosa si el pene es golpeado contra el hueso pélvico de la pareja. La fractura del pene también puede comportar una lesión uretral. La «fractura» consiste en un desgarro en el recubrimiento (túnica albugínea) de una de las dos estructuras tubulares del pene (cuerpos cavernosos) que retienen el fluido adicional de sangre que mantiene la erección.

    La persona sufre un dolor inmediato, hinchazón, coloración y deformación del pene. Es necesaria una intervención quirúrgica temprana para reparar tales fracturas y así prevenir la aparición de curvaturas anormales en el pene o una disfunción eréctil permanente.

    ¿Sabías que...?

    • El pene puede fracturarse durante una relación sexual vigorosa.

    Lesiones del escroto y de los testículos

    La localización del escroto hace que sea más propenso a presentar lesiones. La mayoría de las lesiones se deben a golpes fuertes (por ejemplo, una patada o un aplastamiento). Sin embargo, a veces se producen heridas por disparos o armas punzantes que alcanzan el escroto y los testículos. En raras ocasiones pueden producirse infecciones graves y de evolución rápida en el escroto, como una gangrena. Si se produce gangrena, los tejidos afectados se extirpan quirúrgicamente y se administran antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa. Cuando la infección está controlada puede realizarse la cirugía.

    La lesión testicular provoca un dolor repentino grave, habitualmente acompañado de náuseas y vómitos. La utilización de bolsas de hielo, suspensorios y fármacos para reducir el dolor y las náuseas constituyen, por lo general, un tratamiento eficaz para los testículos amoratados (hemorragias en el interior y alrededor de los testículos). La exploración ecográfica se realiza para confirmar si se ha producido un desgarro de los testículos. Una rotura testicular requiere reparación quirúrgica. Una lesión en los testículos puede destruir la capacidad de producir hormona sexual (principalmente testosterona) o esperma. Si ambos testículos están lesionados, puede ser necesario un reemplazo de la testosterona. Si sólo se lesiona uno de los testículos, el testículo restante suele producir toda la testosterona que necesita el cuerpo.

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