El angiofibroma juvenil es más frecuente entre los adolescentes varones. El tumor contiene muchos vasos sanguíneos. Puede crecer lentamente, extendiéndose a la zona que rodea el cerebro y en el interior de las órbitas oculares.
Por lo general, el tumor ocasiona congestión nasal o dolor de cabeza, a menudo con hemorragias nasales, que pueden ser muy graves. Se produce hinchazón de la cara o protrusión de un ojo. Puede también protruir una masa por la nariz, o bien la esta puede desfigurarse. Si el tumor crece lentamente, los síntomas son escasos.
Diagnóstico
El diagnóstico de angiofibroma juvenil se basa en los síntomas.
Para confirmar el diagnóstico, se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética nuclear (RMN).
A menudo se realiza otra prueba de imagen denominada angiografía (un estudio mediante rayos X de los vasos sanguíneos después de inyectar un contraste en una vena para hacerlos visibles) para poder bloquear (embolizar) los vasos sanguíneos del tumor antes de la cirugía, lo que reduce el sangrado.
Se puede hacer una biopsia parcial del tumor, pero suele evitarse ya que esto puede dar lugar a una hemorragia intensa.