Incontinencia urinaria en niños

PorTeodoro Ernesto Figueroa, MD, Nemours/A.I. duPont Nemours Hospital for Children;
Keara N. DeCotiis, MD, Nemours/Alfred I. duPont Hospital for Children
Revisado/Modificado sep. 2023
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La incontinencia urinaria se define como la emisión involuntaria de orina que ocurre dos o más veces al mes después de que el niño ya haya aprendido a controlar los esfínteres (ya sabe ir solo al baño). La incontinencia puede estar presente

  • Durante el día (incontinencia de día o diurna)

  • Por la noche (incontinencia nocturna, enuresis o mojar la cama)

  • Día y noche (incontinencia combinada)

Tanto la duración del proceso de control de esfínteres como la edad a la que los niños logran la continencia urinaria es muy variable. Sin embargo, más del 90% de los niños logran la continencia urinaria diurna a la edad de 5 años. La continencia nocturna puede tardar más en alcanzarse.

La incontinencia nocturna (enuresis nocturna) afecta a cerca del 30% de los niños a los 4 años, el 10% a los 7 años, el 3% a los 12 años y un 1% a los 18 años. Cerca del 0,5% de los adultos continúan teniendo incontinencia nocturna (enuresis nocturna). El médico toma en consideración estos plazos a la hora de diagnosticar la incontinencia urinaria. Dado que la duración del proceso de control de esfínteres es muy variable, no se suele considerar que los niños pequeños tienen incontinencia diurna si son menores de 5-6 años o incontinencia nocturna si son menores de 7 años de edad.

La incontinencia diurna es más frecuente en las niñas que en los niños varones. La incontinencia nocturna es más frecuente entre los niños varones y entre los niños que tienen antecedentes familiares de incontinencia nocturna. Tanto la incontinencia diurna como la nocturna son síntomas, no diagnósticos, de modo que el médico busca una causa subyacente.

El patrón de micción de una persona evoluciona y pasa del que se produce durante la infancia al que se produce durante la edad adulta. En los lactantes, las contracciones de la vejiga se producen por reflejo, de manera que la orina no se detiene por la contracción del esfínter urinario (los músculos que rodean el tubo que drena la orina desde la vejiga). En el patrón adulto, las contracciones de la vejiga son suprimidas por las señales del cerebro.

Causas de las causas de incontinencia urinaria

El patrón de incontinencia ayuda al médico a determinar la posible causa. Si el niño nunca ha tenido un periodo seco de forma constante durante el día, el médico puede considerar la posibilidad de que exista un defecto congénito, una anomalía anatómica o ciertos comportamientos que puedan derivar en incontinencia.

Varios trastornos poco frecuentes, pero importantes, afectan la anatomía normal o la funcionalidad de la vejiga, lo que puede derivar en incontinencia urinaria. Por ejemplo, un defecto de la médula espinal, como la espina bífida, puede causar una funcionalidad nerviosa anómala de la vejiga y provocar incontinencia. Algunos lactantes tienen un defecto congénito que impide que la vejiga o la uretra se desarrollen por completo, lo que lleva a una pérdida de orina casi constante (incontinencia total). Otro tipo de defecto congénito provoca que los conductos que conectan los riñones a la vejiga (uréteres) terminen en una localización anómala de la vejiga o incluso fuera de esta (como en la vagina, en la uretra o en la superficie del cuerpo), causando incontinencia (véase Uréteres fuera de lugar). Algunos niños tienen una vejiga hiperactiva que sufre espasmos o se contrae fácilmente, lo que provoca incontinencia, mientras que otros tienen dificultad para vaciar la vejiga.

Algunos comportamientos pueden conducir a la incontinencia diurna, especialmente en las niñas. Estos comportamientos consisten en orinar con poca frecuencia y orinar en una posición incorrecta (con las piernas demasiado juntas). En esta posición, la orina puede acumularse en la vagina durante la micción y, a continuación, gotear cuando la niña se pone de pie. Algunas niñas experimentan espasmos de la vejiga al reír, lo que da como resultado la «incontinencia por risa».

Si el niño ha estado seco durante mucho tiempo y la incontinencia es de nueva aparición, el médico considera situaciones que puedan provocarla. Estas situaciones incluyen el estreñimiento, las infecciones, los hábitos alimentarios, el estrés emocional y el abuso sexual. La causa de la incontinencia de nueva aparición también puede encontrarse en algunas patologías que puede desarrollar el niño.

El estreñimiento, que consiste en evacuaciones difíciles, duras o poco frecuentes, es la causa más común de los cambios repentinos en la continencia urinaria en los niños.

Las infecciones bacterianas de las vías urinarias y las infecciones víricas que conducen a la irritación de la vejiga (cistitis bacterianas o víricas) son causas infecciosas frecuentes.

Para impedir el escape de orina, muchos niños con incontinencia aprenden a cruzar las piernas o utilizar otras posiciones (maniobras de retención), como ponerse en cuclillas (a veces con la mano o el talón presionado entre las piernas). Estas maniobras de retención pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una infección urinaria.

Los adolescentes sexualmente activos pueden tener dificultades urinarias a causa de ciertas infecciones de transmisión sexual.

Las causas relacionadas con la dieta incluyen la cafeína y los jugos ácidos, como el de naranja y el de tomate, que pueden irritar la vejiga y provocar pérdida de orina.

Los eventos estresantes, como el divorcio o la separación de los padres, una mudanza o la muerte de un familiar, pueden provocar que un niño desarrolle incontinencia urinaria (por lo general de forma temporal).

Los niños que son víctimas de abusos sexuales pueden desarrollar incontinencia urinaria.

Los niños con diabetes mellitus, deficiencia de argininavasopresina (diabetes insípida central) o diabetes insípida nefrogénica pueden desarrollar incontinencia porque estos trastornos producen cantidades excesivas de orina.

Causas frecuentes de incontinencia urinaria

Las causas de la incontinencia urinaria varían dependiendo de si la se produce durante el día o principalmente por la noche.

En la incontinencia nocturna (enuresis, o mojar la cama), la mayoría de los casos no son resultado de un trastorno médico, sino de una combinación de factores, como los siguientes

  • Retraso del desarrollo

  • Control de esfínteres todavía incompleto

  • Una vejiga que se contrae antes de que esté completamente llena

  • Ingerir demasiado líquido antes de acostarse

  • Problemas para despertarse (por ejemplo, si se duerme muy profundamente)

  • Antecedentes familiares (si uno de los progenitores sufría incontinencia nocturna, cada uno de sus hijos tiene una probabilidad del 30% de sufrirla, aumentando hasta un 70% si ambos progenitores la sufrían)

Alrededor del 30% de los casos están causados por un trastorno médico subyacente. Entre los factores contribuyentes se encuentran algunos de los trastornos que causan incontinencia diurna, junto con los trastornos que aumentan la cantidad de orina. Entre estos trastornos se encuentran la diabetes mellitus, la deficiencia de argininavasopresina (diabetes insípida central), la diabetes insípida nefrogénica y la anemia de células falciformes (anemia drepanocítica o drepanocitosis) (y, a veces, rasgo de células falciformes).

En la incontinencia diurna, las causas más habituales son las siguientes

  • Una vejiga irritada a causa de una infección urinaria o porque algo la está presionando (como un recto lleno a causa del estreñimiento)

  • Una vejiga hiperactiva

  • Reflujo uretrovaginal (también llamado micción vaginal), que ocurre en niñas que orinan en una posición incorrecta o con pliegues adicionales de la piel, que pueden provocar que la orina retroceda hacia el interior de la vagina y se escape cuando se ponen de pie.

  • Anomalías anatómicas (a menudo causada por defectos congénitos, por ejemplo, un uréter fuera de lugar en las niñas o una obstrucción urinaria congénita)

  • Debilidad del esfínter urinario, que controla la salida de orina de la vejiga (por ejemplo, debido a una anomalía de la médula espinal)

  • Una vejiga que no se vacía por completo (vejiga neurógena) a causa de un defecto de la médula espinal o del sistema nervioso

En ambos tipos de incontinencia (nocturna y diurna), el riesgo de incontinencia se ve aumentado por el estrés, el déficit de atención/hiperactividad o una infección urinaria.

Evaluación de la incontinencia urinaria en niños

En primer lugar, el médico trata de determinar si la incontinencia es simplemente un problema de desarrollo o bien si hay un trastorno asociado.

Signos de alarma

En los niños con incontinencia urinaria, ciertos signos y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Signos o sospechas de abuso sexual

  • Sed excesiva, volumen excesivo de orina y/o pérdida de peso

  • Incontinencia durante el día en niños de 6 años de edad o mayores

  • Cualquier signo de daño neurológico, especialmente en las piernas

  • Signos de una anomalía de la columna vertebral

  • Incontinencia de aparición reciente en niños que han permanecido secos durante más de 1 año

Los signos de lesión de los nervios de las piernas incluyen debilidad o dificultad para mover una o ambas piernas y las quejas de que las piernas "se duermen".

Los signos de una anomalía de la columna vertebral incluyen una depresión profunda o hoyuelo o una zona inusual de vello en la parte central de la región lumbar.

Cuándo acudir al médico

Los niños que presentan algún signo de alarma deben acudir de inmediato a un médico con experiencia en el tratamiento de niños, a menos que el único signo de alarma sea la incontinencia diurna en niños de 6 años de edad o mayores. En este caso, el niño también debe acudir al médico en algún momento, pero un retraso de una semana más o menos no es perjudicial.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del niño y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa de la incontinencia y las pruebas que pueden ser necesarias (véase tabla Algunas causas y características de la incontinencia nocturna en niños y la tabla Algunas causas y características de la incontinencia diurna en niños).

Cuando redacta la historia clínica, el médico pregunta sobre cuándo empezaron los síntomas, su periodicidad y su continuidad (es decir, si el goteo es constante o intermitente). Puede resultar útil que los padres registren en un diario el momento, la frecuencia y el volumen de orina (un diario miccional) y la frecuencia, el tamaño y la consistencia de las heces (un diario de las heces). Se puede anotar también la posición mientras se orina y la fuerza con que se emite el chorro de orina.

Algunos síntomas que sugieren una causa son

El médico también pregunta sobre los antecedentes de lesiones en el momento del parto o defectos congénitos (como la espina bífida), trastornos neurológicos, trastornos renales e infecciones urinarias.

También examina al niño para descartar la posibilidad de abuso sexual, que, a pesar de ser una causa poco frecuente, es demasiado importante como para pasarla por alto.

Debe mencionarse al médico la existencia de antecedentes familiares de enuresis o de cualquier trastorno urológico. El médico también suele preguntar sobre la existencia de cualquier factor estresante que haya tenido lugar cerca del inicio de los síntomas, como dificultades en la escuela, con los amigos o en casa (incluyendo preguntas sobre las dificultades conyugales de los padres). Aunque la incontinencia no es un trastorno psicológico, se puede producir un breve periodo de enuresis durante los momentos de estrés psicológico.

Los médicos preguntan sobre si el niño tiene debilidad de las piernas al correr o al permanecer en pie.

A continuación, realiza una exploración física. La exploración comienza de la manera siguiente:

  • Una revisión de los signos vitales en busca de fiebre (puede indicar una infección de las vías urinarias), pérdida de peso y sed excesiva (puede indicar diabetes) e hipertensión (puede indicar un trastorno renal)

  • Exploración de la cabeza y del cuello para descartar la presencia de amígdalas hipertróficas, respiración por la boca o crecimiento deficiente (puede indicar apnea del sueño)

  • Exploración del abdomen para descartar la presencia de masas que sugieran retención fecal o vejiga llena.

  • Exploración de los genitales en las niñas para descartar adherencias (cuando los labios de la vagina se pegan), cicatrices o signos que sugieran abuso sexual.

  • Examen de los genitales de los niños varones para detectar cualquier irritación o lesión en el pene o alrededor del ano o del recto

  • Exploración de la columna vertebral para descartar defectos (por ejemplo, un mechón de pelo o un hoyuelo en la base de la columna vertebral)

  • Exploración neurológica para valorar la fuerza de las piernas, la sensibilidad, los reflejos osteotendinosos y otros reflejos; para esto último, el médico toca ligeramente el ano para ver si se contrae (el llamado reflejo anal o guiño anal) y, en los niños varones, pasa la mano suavemente por la cara interna del muslo para ver si el testículo asciende (el llamado reflejo cremastérico)

  • Durante la exploración física se puede practicar un tacto rectal para detectar estreñimiento o una disminución del tono rectal

Tabla
Tabla

Pruebas complementarias

A menudo el médico puede diagnosticar la causa mediante el historial clínico, la exploración física, un análisis de orina y un urocultivo. Los médicos pueden solicitar otras pruebas según los hallazgos durante la evaluación (véase la tabla Algunas causas y características de la incontinencia nocturna en niños y la tabla Algunas causas y características de la incontinencia diurna en niños). Por ejemplo, para diagnosticar la diabetes mellitus y la diabetes insípida, se utilizan análisis de sangre y de orina para verificar los niveles de glucosa y de electrólitos. Para diagnosticar una infección de las vías urinarias, los médicos realizan un análisis de orina y un cultivo de orina.

Prueba analítica

Si se sospecha un defecto congénito, pueden ser necesarias una ecografía de los riñones y la vejiga y radiografías de la columna vertebral. La ecografía también se puede utilizar para determinar el tamaño del recto. Se puede indicar una radiografía del abdomen para confirmar la presencia de una gran cantidad de heces.

También puede ser necesario un tipo especial de radiografía de la vejiga y los riñones denominado cistouretrografía miccional. Para la realización de esta prueba, se inyecta un medio de contraste radiopaco en la vejiga mediante una sonda; este medio permite perfilar en la radiografía la anatomía de las vías urinarias, así como la dirección del flujo de orina.

Tratamiento de la incontinencia urinaria en niños

Disponer de información acerca de las causas y el curso de la incontinencia ayuda a disminuir el impacto psicológico negativo de los escapes de orina. El médico pregunta cómo está viviendo el niño la incontinencia, ya que podría afectar a la decisión de tratamiento.

El tratamiento de la incontinencia depende de su causa. Por ejemplo, una infección suele tratarse con antibióticos. Los niños con defectos congénitos o anomalías anatómicas pueden necesitar cirugía.

El tratamiento exitoso de la incontinencia urinaria también depende de la participación de los padres y del niño en el plan de tratamiento. Si el niño es inmaduro, no le molesta la enuresis o no está dispuesto a participar en el plan de tratamiento, este plan debe posponerse hasta que el niño esté listo para participar.

También pueden tomarse otras medidas en función de si la incontinencia (enuresis) es nocturna o diurna.

Incontinencia nocturna (enuresis o mojar la cama)

Los médicos suelen indicar a los padres que comiencen con las modificaciones de comportamiento de su hijo. Las modificaciones incluyen las siguientes:

  • Limitación de la cantidad de líquido que el niño bebe por la noche: el 80% de los líquidos diarios deben consumirse antes de las 5 PM

  • Limitación de líquidos 2 horas antes de dormir

  • Orinar 2 veces consecutivas antes de dormir (lo que se denomina doble micción)

  • Controlar el estreñimiento adecuadamente

La estrategia más eficaz a largo plazo es una alarma de enuresis (también llamada alarma de pipí). Aunque es un proceso laborioso, la tasa de éxito puede alcanzar el 70% cuando el niño está motivado para dejar de orinarse en la cama y la familia es capaz de seguir el plan. Pueden pasar hasta 4 meses de uso nocturno de la alarma hasta que los síntomas se resuelven por completo. Los padres no deben castigar a los niños por orinarse en la cama. El castigo solo desautoriza el tratamiento y causa una baja autoestima.

Cada año, la enuresis tiende a resolverse sin tratamiento en aproximadamente el 15% de los niños afectados a medida que crecen.

Algunos fármacos administrados por vía oral, como la desmopresina y la imipramina, pueden disminuir el número de episodios de enuresis nocturna. Sin embargo, la enuresis se reanuda en la mayoría de los niños cuando se suspenden los medicamentos. Los padres y los niños deben ser advertidos de esta posibilidad para que el niño no se sienta frustrado si la enuresis vuelve a aparecer. En la actualidad la imipramina se administra en casos contados porque puede causar muerte súbita (aunque con muy poca frecuencia).

Incontinencia diurna

Las medidas generales pueden consistir en

  • Intentar la realización de ejercicios de contención de la necesidad imperiosa de orinar (para fortalecer el esfínter urinario)

  • Ir espaciando gradualmente el número de visitas al baño (si se cree que el niño puede tener un músculo de la vejiga débil o micción disfuncional)

  • Cambiar el comportamiento (por ejemplo, retrasando la micción) a través del refuerzo positivo y la micción programada

  • Recordar al niño que tiene que orinar mediante un reloj que vibra o que emite una alarma (preferible a que sea un progenitor quien asuma el papel recordatorio)

  • Utilizar métodos que dificulten la retención de orina en la vagina (por ejemplo, sentarse mirando hacia atrás en el inodoro o con las rodillas muy separadas)

  • Para promover la micción coordinada (utilizando biorretroalimentación), enseñar a los niños a ejercitar y controlar los músculos del suelo pélvico (el útero, la vagina, la vejiga, la uretra y el recto) y los músculos del abdomen

Los ejercicios de contención de la necesidad imperiosa de orinar implican decirle al niño que vaya al baño tan pronto como sienta ganas de orinar de forma urgente. Pero, una vez en el baño, se les pide que retengan la orina tanto tiempo como les sea posible. Cuando ya no la pueden retener más, deben comenzar a orinar pero luego parar y empezar a orinar cada pocos segundos. Este ejercicio fortalece el esfínter urinario y también da a los niños la confianza de que pueden llegar hasta el cuarto de baño antes de tener un escape de orina. Este ejercicio se debe enseñar después de que el niño haya sido valorado por un médico.

A las niñas con adherencias se les administra una crema que contiene estrógeno.

Ciertos medicamentos administrados por vía oral pueden ayudar a los niños con incontinencia diurna. La oxibutinina y la tolterodina pueden ser eficaces si el problema de origen es el espasmo de la vejiga. Solifenacina, darifenacina y mirabegrón pueden ayudar a los niños que tienen una vejiga hiperactiva.

Conceptos clave

  • Entender por qué el niño es incontinente es esencial para la respuesta del niño y su bienestar.

  • Muy a menudo, la incontinencia no está causada por un trastorno orgánico.

  • El tratamiento consiste en cambios de comportamiento, cambios en la dieta para controlar el estreñimiento y, a veces, medicamentos.

  • Las alarmas son el tratamiento más eficaz para la enuresis nocturna.

  • La mayoría de las enuresis nocturnas (mojar la cama) mejoran a medida que el niño madura.

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