Las personas de edad avanzada tienen más probabilidad de ingresar en un hospital o en un centro de cuidados, donde el riesgo de contraer una infección grave es mayor. En los hospitales, el uso generalizado de antibióticos favorece el crecimiento de los microorganismos resistentes a estos, de modo que las infecciones por estos gérmenes suelen ser más difíciles de tratar que las adquiridas en el domicilio o en la comunidad (ver Infecciones adquiridas en el hospital).