(Véase también Generalidades sobre la secreción de ácido y Generalidades sobre la gastritis).
Las causas frecuentes de gastritis erosiva son
Las causas menos frecuentes incluyen
Hay erosiones superficiales y lesiones puntiformes de la mucosa. Estas pueden aparecer ya a las 12 h de la lesión inicial. En casos graves o no tratados, puede haber erosiones profundas, úlceras y en ocasiones perforación. Por lo general, las lesiones se localizan en el cuerpo, pero también pueden comprometer el antro.
La gastritis aguda por estrés, una forma de gastritis erosiva, afecta a alrededor del 5% de los pacientes en estado crítico. La incidencia aumenta con la duración de la estadía en unidad de cuidados intensivos y de la falta de alimentación enteral. Es probable que la patogenia implique hipoperfusión de la mucosa digestiva, que determina alteración de las defensas de la mucosa. Los pacientes con traumatismo craneoencefálico o quemaduras también pueden tener aumento de la secreción de ácido.
Signos y síntomas
Los pacientes con gastritis erosiva leve suelen ser asintomáticos, aunque algunos refieren dispepsia, náuseas o vómitos. A menudo, el primer signo consiste en hematemesis, melena o sangre en la aspiración nasogástrica, en general de 2 a 5 días después del evento desencadenante. Por lo general, la hemorragia es de leve a moderada, aunque puede ser masiva en caso de ulceración profunda, en particular en la gastritis aguda por estrés.
Diagnóstico
Tratamiento
En la gastritis grave, la hemorragia se trata con líquidos IV y transfusión de sangre según sea necesario. Debe intentarse la hemostasia endoscópica y recurrir a la cirugía (gastrectomía total) como última alternativa. Es improbable que la angiografía detenga la hemorragia gástrica profusa, porque el estómago está irrigado por numerosos vasos colaterales. Debe iniciarse tratamiento con inhibidores de la secreción ácida si el paciente todavía no los recibe.
En la gastritis más leve, la eliminación del agente nocivo y el uso de fármacos para reducir la acidez gástrica (ver Tratamiento farmacológico de la acidez gástrica) con el fin de limitar la lesión adicional y promover la curación pueden ser lo único necesario.
Prevención
La profilaxis con fármacos inhibidores de la secreción ácida puede reducir la incidencia de gastritis aguda por estrés. Sin embargo, esto beneficia a ciertos pacientes de unidad de cuidados intensivos de alto riesgo, como aquellos con quemaduras graves, traumatismos de cráneo, coagulopatía, shock séptico, politraumatismos, ventilación mecánica durante > 48 h, insuficiencia hepática o renal, disfunción multisistémica y antecedentes de úlcera péptica o hemorragia digestiva.
La profilaxis consiste en la administración de bloqueantes H2 IV, inhibidores de la bomba de protones o antiácidos orales para aumentar el pH intragástrico a > 4,0. No se requiere determinación reiterada del pH ni titulación del tratamiento. La alimentación enteral temprana también puede disminuir la incidencia de hemorragia.
No se recomienda la inhibición de la secreción ácida en pacientes que sólo toman medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, a menos que hayan presentado antes una úlcera.