(Véase también Introducción al trasplante.)
Las células madre (progenitoras) son células no especializadas que dan lugar a otras más especializadas. Las células madre se pueden obtener de
Como fuente de células, se prefiere la sangre a la médula ósea, ya que el procedimiento de obtención es menos invasivo y el número de células sanguíneas (hemograma) vuelve a la normalidad con más rapidez. Por lo general, las células madre de cordón umbilical solo se utilizan con niños porque la sangre del cordón umbilical no contiene suficientes células madre para su administración en adultos.
El trasplante de células madre puede formar parte del tratamiento de trastornos hemáticos (como la leucemia), algunos tipos de linfoma (incluida la enfermedad de Hodgkin), la anemia aplásica, la talasemia, la enfermedad de células falciformes (anemia depranocítica o drepanocitosis) y algunos trastornos metabólicos o inmunodeficiencias congénitas (como la enfermedad granulomatosa crónica).
También se pueden trasplantar células madre a personas que han recibido dosis altas de quimioterapia o de radioterapia para tratar ciertos tipos de cáncer. Tales tratamientos destruyen la médula ósea, que es la que produce células madre. De vez en cuando, los trasplantes de células madre se pueden utilizar para reemplazar células de la médula ósea que han sido destruidas durante el tratamiento de cánceres de órganos, como el cáncer de mama o el neuroblastoma (un cáncer frecuente en la infancia que se origina en el tejido nervioso). La comunidad médica está estudiando cómo usar el trasplante de células madre para tratar algunos trastornos autoinmunitarios, como la esclerosis múltiple.
Un porcentaje situado aproximadamente entre el 30 y el 40% de las personas que padecían linfoma y entre el 20 y el 50% de las que padecían leucemia se mantienen sin cáncer después de los tratamientos, incluido un trasplante de células madre. Además, este procedimiento prolonga la vida en pacientes con mieloma múltiple, aunque es menos eficaz en el cáncer de mama.
Procedimiento
Las células madre pueden ser
Si los pacientes con cáncer reciben sus propias células madre, estas deben recolectarse antes de la quimioterapia o de la radioterapia, ya que estos procedimientos pueden dañarlas. Las células se vuelven a inyectar en el organismo después del tratamiento.
Si las células madre proceden de un donante, el receptor debe tomar medicamentos que inhiben el sistema inmunitario (inmunosupresores) antes del trasplante de las células.
Del torrente sanguíneo
También se pueden obtener de la sangre de personas adultas durante un procedimiento ambulatorio. Primero, unos cuantos días antes de la obtención de las células madre, se administran al donante fármacos que inducen a la médula ósea a que libere más células madre al torrente sanguíneo (conocidos como factores estimuladores de colonias). A continuación, se extrae sangre con ayuda de un catéter insertado en un brazo y se la hace circular por una máquina que separa de ella las células madre. El resto de la sangre se devuelve al donante mediante un catéter introducido en el otro brazo. Por lo general, se requieren unas 6 sesiones de entre 2 y 4 horas cada una a lo largo de varios días para obtener una cantidad suficiente de células madre. Estas se pueden conservar congeladas para su uso posterior.
Desde la médula ósea
Al receptor
Después del trasplante de células madre (progenitoras)
Después del trasplante, se administran medicamentos para prevenir complicaciones (véase más abajo).
Los receptores de un trasplante de células madre suelen permanecer en el hospital durante 1 o 2 meses.
Tras ser dados de alta del hospital deben acudir a visitas de control programadas cada cierto tiempo. La mayoría de las personas tardan por lo menos 1 año en recuperarse.
Complicaciones
Infecciones
El trasplante de células madre es peligroso porque la quimioterapia y la radioterapia han destruido los glóbulos blancos (leucocitos) del receptor o provocado que su número disminuya. Como resultado, el riesgo de infección es muy elevado durante aproximadamente 2 o 3 semanas, hasta que las células madre donadas son capaces de producir suficientes glóbulos blancos (leucocitos) para proteger al organismo contra las infecciones.
El riesgo de infección se puede reducir manteniendo al receptor aislado durante cierto tiempo (hasta que las células trasplantadas empiecen a producir células sanguíneas). Durante este tiempo, todos aquellos que entren en la habitación del receptor deben usar máscaras y batas y lavarse las manos cuidadosamente.
Al receptor se le administran
Enfermedad del injerto contra el huésped
La nueva médula ósea obtenida de otra persona puede producir células que atacan a las células del receptor, lo que causa la enfermedad de injerto contra huésped. Esta enfermedad causa la muerte de aproximadamente el 20 al 40% de las personas que la desarrollan.
Por tanto, si la médula ósea provino de otro donante, a los receptores se les administran inmunodepresores con el fin de prevenir la enfermedad de injerto contra huésped y el rechazo.