Gastritis

PorNimish Vakil, MD, University of Wisconsin School of Medicine and Public Health
Revisado/Modificado mar. 2023
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Datos clave

La gastritis es la inflamación de la mucosa interna del estómago (mucosa gástrica).

  • La inflamación puede ser debida a muchos factores, como una infección, estrés como consecuencia de una enfermedad grave, lesiones, consumo de aspirina (ácido acetilsalicílico) y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), alcohol y trastornos del sistema inmunitario.

  • Cuando aparecen síntomas de gastritis, estos incluyen dolor o malestar abdominal y, a veces, náuseas o vómitos.

  • El diagnóstico suele basarse en los síntomas, pero a veces el médico necesita explorar el estómago con una sonda flexible de visualización (endoscopia alta).

  • El tratamiento consiste en la administración de fármacos que reducen el ácido gástrico y en ocasiones antibióticos.

(Véase también Introducción a la gastritis y a la úlcera gastroduodenal.)

La mucosa gástrica resiste la irritación y habitualmente puede soportar la acción de un ácido muy fuerte. Sin embargo, en la gastritis, la mucosa gástrica se irrita y se inflama.

La gastritis se divide en dos categorías en función de su gravedad:

  • Erosiva

  • No erosiva

La gastritis erosiva es más grave que la gastritis no erosiva. Esta forma produce tanto inflamación como desgaste (erosión) de la mucosa gástrica. La gastritis erosiva suele evolucionar de forma repentina (lo que se conoce como gastritis erosiva aguda), aunque también puede desarrollarse lentamente (lo que se denomina gastritis erosiva crónica), por lo general en personas que están por lo demás sanas.

Gastritis crónica
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Las placas de color rojo y rosado oscuro representan áreas de inflamación profunda y crónica de la mucosa gástrica.
Foto proporcionada por David M. Martin, MD.

La gastritis no erosiva se caracteriza por alteraciones en la mucosa gástrica que van desde el desgaste (atrofia) a la transformación del tejido gástrico en otro tipo de tejido intestinal (metaplasia). A menudo, varios tipos de glóbulos blancos se acumulan en el estómago y provocan diversos grados de inflamación. La inflamación puede ocurrir en todo el estómago o solo en ciertas partes.

Causas de la gastritis

Los tipos específicos de gastritis están causados por muchos factores, como una infección, estrés como resultado de una enfermedad grave, lesiones, ciertos medicamentos (como la aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos [AINE]), alcohol y trastornos del sistema inmunitario.

La gastritis erosiva en general se produce a causa del alcohol, el estrés derivado de enfermedades graves y sustancias irritantes como fármacos, especialmente la aspirina (ácido acetilsalicílico) y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Las causas menos comunes incluyen enfermedad de Crohn, radiación, infecciones por bacterias y virus (como citomegalovirus) y lesiones directas (por ejemplo, por la inserción de una sonda nasogástrica). En algunas personas, incluso una aspirina (ácido acetilsalicílico) infantil tomada diariamente puede dañar la mucosa gástrica.

La gastritis no erosiva generalmente está causada por infección por Helicobacter pylori.

Las gastritis Infecciosas no causadas por Helicobacter pylori son muy poco frecuentes.

La gastritis vírica o micótica se puede desarrollar en personas que han tenido una enfermedad prolongada o una alteración del sistema inmunitario, como quienes padecen sida o cáncer o quienes toman fármacos inmunosupresores.

La gastritis aguda por estrés, una forma de gastritis erosiva, está causada por una enfermedad o una lesión repentina. Dicha lesión puede que no esté localizada en el estómago. Por ejemplo, son causas típicas las quemaduras extensas de la piel, los traumatismos craneales y las lesiones que producen hemorragias graves. No se sabe exactamente por qué una enfermedad grave puede causar gastritis, pero podría estar relacionado con una disminución del flujo de sangre hacia el estómago, con un aumento de la cantidad de ácido en el estómago y/o con un deterioro en la capacidad del revestimiento gástrico para protegerse y renovarse a sí mismo.

Gastritis aguda
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Los pequeños puntos rojos dispersos son áreas inflamadas del revestimiento del estómago causadas por la infección por Helicobacter pylori.
Foto proporcionada por David M. Martin, MD.

La gastritis causada por radioterapia puede producirse cuando la radioterapia se ha administrado al cuadrante inferior izquierdo del tórax o la mitad superior del abdomen, lo que puede irritar la mucosa gástrica.

La gastritis postgastrectomía aparece en personas que han sufrido una extirpación quirúrgica de parte del estómago (un procedimiento llamado gastrectomía parcial). La inflamación generalmente se localiza donde se ha suturado el tejido. Se cree que la gastritis postgastrectomía se produce cuando la intervención quirúrgica deteriora el flujo de sangre que irriga la mucosa gástrica o la expone a una gran cantidad de bilis (el líquido digestivo amarillo verdoso producido por el hígado).

La gastritis atrófica provoca un adelgazamiento importante de la mucosa gástrica (atrófica) y la pérdida de muchas o todas las células productoras de ácido y enzimas. Esta enfermedad se produce cuando los anticuerpos atacan la mucosa gástrica (la denominada gastritis atrófica con metaplasia autoinmunitaria). La gastritis atrófica también puede darse en algunas personas que tienen una infección crónica debida a la bacteria H. pylori. También tiende a presentarse en las personas a quienes se ha extirpado parte del estómago.

La gastritis eosinofílica puede aparecer como consecuencia de una reacción alérgica a una infestación por lombrices intestinales, pero la causa suele ser desconocida. En este tipo de gastritis, los eosinófilos (un tipo de glóbulos blancos) se acumulan en la pared gástrica.

La enfermedad de Ménétrier, una enfermedad rara cuya causa se desconoce, es un tipo de gastritis en la cual las paredes del estómago desarrollan pliegues grandes y gruesos y quistes llenos de líquido. La enfermedad puede ser debida a una reacción inmunitaria anómala y también ha sido asociada con la infección por Helicobacter pylori.

Síntomas de la gastritis

La gastritis, por lo general, no causa síntomas. Cuando se presentan, varían dependiendo de la causa y pueden consistir en dolor o malestar, o en náuseas o vómitos, problemas que con frecuencia se conocen como indigestión (dispepsia).

Las náuseas y los vómitos intermitentes pueden ser el resultado de formas más severas de gastritis, como por ejemplo la gastritis erosiva y la gastritis por radiación.

Puede aparecer indigestión, especialmente en la gastritis erosiva, la gastritis por radiación, la gastritis por postgastrectomía y la gastritis atrófica. La indigestión muy leve también ocurre con la gastritis aguda por estrés.

Complicaciones de la gastritis

Las complicaciones de la gastritis son

  • Hemorragia

  • Úlceras

  • Estrechamiento de la salida del estómago

La gastritis aguda por estrés puede derivar en hemorragia a los pocos días de una enfermedad o lesión, mientras que la hemorragia tiende a evolucionar más lentamente en el caso de la gastritis erosiva crónica o la gastritis por radiación. Si la hemorragia es leve y lenta, es posible que la persona no presente síntomas o que solo note un color negruzco en las heces (melena) que tiene su origen en el color oscuro de la sangre digerida. Si la hemorragia es más rápida, la persona puede vomitar sangre o puede pasar sangre a las heces. La hemorragia persistente causa síntomas de anemia, como cansancio, debilidad y aturdimiento.

La gastritis puede derivar en la formación de úlceras estomacales (úlceras gástricas) y provocar un empeoramiento de los síntomas. Si una úlcera atraviesa (perfora) la pared del estómago, el contenido gástrico se esparce en la cavidad abdominal, produciendo inflamación y frecuentemente infección del revestimiento de la cavidad abdominal (peritonitis) y enfermedad grave, con un empeoramiento súbito del dolor.

Algunas complicaciones de la gastritis evolucionan lentamente. La cicatrización y el estrechamiento de la salida del estómago, que puede ser consecuencia de la gastritis, especialmente en la gastritis por radiación y eosinofílica, pueden causar náuseas intensas y vómitos frecuentes.

En la enfermedad de Ménétrier puede producirse retención de líquidos e hinchazón de los tejidos (edema) a causa de la pérdida de proteínas de la mucosa gástrica inflamada.

La gastritis postgastrectomía y la gastritis atrófica provocan síntomas de anemia, tales como cansancio y debilidad, a causa de la disminución de la producción del factor intrínseco (una proteína que se une a la vitamina B12, permitiendo que la vitamina B12 sea absorbida y utilizada en la producción de glóbulos rojos).

En un pequeño porcentaje de personas con gastritis atrófica, el tejido gástrico se transforma en otro tipo de tejido del tracto digestivo (metaplasia). En un porcentaje aún menor de casos, la metaplasia deriva en un cáncer de estómago.

Diagnóstico de gastritis

  • Endoscopia digestiva alta

El médico sospecha de la existencia de una gastritis cuando una persona tiene malestar, dolor o náuseas en la zona superior del abdomen. Generalmente, no se requieren pruebas. Sin embargo, si el médico tiene dudas sobre el diagnóstico, o si los síntomas no desaparecen con el tratamiento, el médico puede llevar a cabo una endoscopia alta.

Durante la endoscopia digestiva alta, el médico utiliza un endoscopio (un tubo flexible de visualización) para examinar el estómago y parte del intestino delgado. Si es necesario, el médico puede realizar una biopsia (extracción de una muestra de tejido para su examen al microscopio) de la mucosa gástrica.

Tratamiento de la gastritis

  • Fármacos que reducen la producción de ácido y antiácidos

  • A veces, antibióticos que tratan la infección por H. pylori

  • Tratamientos para detener la hemorragia

Sea cual sea la causa de la gastritis, los síntomas de gastritis se pueden aliviar con fármacos que neutralicen o reduzcan la producción de ácido gástrico e interrumpiendo el tratamiento con aquellos fármacos que causan los síntomas. (Véase también Medicamentos para el tratamiento del ácido estomacal.)

Fármacos para la gastritis

Cuando los síntomas son leves, generalmente basta con tomar antiácidos, que neutralizan el ácido que ya ha sido producido y liberado en el estómago. Casi todos los antiácidos pueden adquirirse sin prescripción médica y están disponibles en forma de comprimidos, masticables suaves o líquidos.

Los antiácidos son: hidróxido de aluminio (que puede causar estreñimiento), hidróxido de magnesio (que puede causar diarrea) y carbonato de calcio. Como los antiácidos pueden interferir con la absorción de muchos fármacos, las personas que toman otros fármacos deben consultar a un farmacéutico o hablar con su médico antes de tomar antiácidos.

Medicamentos que reducen la producción de ácido incluyen

Los bloqueantes de la histamina (H2) suelen ser más efectivos que los antiácidos para aliviar los síntomas y muchas personas los consideran más idóneos. Los médicos suelen prescribir inhibidores de la bomba de protones para la gastritis asociada con la hemorragia. Por lo general las personas afectadas necesitan tomar estos medicamentos reductores de ácido durante un periodo de 8 a 12 semanas.

El médico puede recetar sucralfato, que ayuda a revestir y curar el estómago y también previene la irritación.

Cuando la gastritis está causada por una infección por H. pylori, también se prescriben antibióticos.

Gastritis erosiva

Las personas con gastritis erosiva deben evitar tomar fármacos que irritan la mucosa gástrica (como los antiinflamatorios no esteroideos [AINE]). Se recetan inhibidores de la bomba de protones o bloqueantes H2 para ayudar a proteger el revestimiento del estómago.

Gastritis aguda por estrés

La mayoría de las personas con gastritis aguda por estrés se recuperan totalmente cuando se logra controlar la enfermedad, la lesión o la hemorragia subyacentes. Sin embargo, un pequeño porcentaje de las personas que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos sufren un sangrado abundante como consecuencia de la gastritis aguda por estrés, que puede ser mortal. Por esta razón, el médico trata de prevenir la gastritis aguda por estrés después de enfermedades, lesiones o quemaduras graves. Para ello, después de una intervención quirúrgica y en las unidades de cuidados intensivos, suelen administrarse fármacos que reducen la producción de ácido. También se utilizan estos fármacos para tratar cualquier úlcera que se forme.

En personas que presentan hemorragias importantes por gastritis aguda por estrés se ha utilizado una amplia variedad de tratamientos, pero pocos son totalmente efectivos. Los puntos sangrantes pueden sellarse temporalmente por aplicación de calor (cauterización) durante la endoscopia, pero, por lo general, la hemorragia puede reaparecer si la enfermedad subyacente persiste. Si la hemorragia continua, puede ser necesario extirpar una parte del estómago como una medida para evitar la muerte del paciente, si bien esta situación es muy poco frecuente.

Otros tipos de gastritis

No existe cura para la gastritis postgastrectomía o la gastritis atrófica. Las personas con anemia causada por la disminución de la absorción de vitamina B12 debida a la gastritis atrófica deben recibir inyecciones de suplementos de dicha vitamina durante el resto de su vida.

Para la desobstrucción de la salida del estómago producida por la gastritis eosinofílica hay que recurrir a los corticoesteroides o a la cirugía.

La enfermedad de Ménétrier puede curarse mediante la extirpación parcial o total del estómago. No existe medicación eficaz para la enfermedad de Ménétrier.

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