Las infecciones meningocócicas

PorLarry M. Bush, MD, FACP, Charles E. Schmidt College of Medicine, Florida Atlantic University
Revisado/Modificado sep. 2022 | Modificado sep. 2023
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Las infecciones meningocócicas están causadas por la bacteria Neisseria meningitidis (meningococo) e incluyen la meningitis y la sepsis.

  • La infección se disemina por contacto directo con secreciones nasales y de garganta.

  • Habitualmente las personas se sienten enfermas y presentan otros síntomas, a menudo graves, dependiendo de la zona infectada.

  • La identificación de bacterias en sangre o en una muestra del tejido infectado confirma el diagnóstico.

  • La vacunación contribuye a evitar las infecciones meningocócicas.

  • Se deben administrar, tan pronto como sea posible, antibióticos y líquidos por vía intravenosa.

Más de 90% de las infecciones meningocócicas son

  • Meningitis: infección de los tejidos que recubren el encéfalo y la médula espinal (meninges).

  • Septicemia: infección del torrente sanguíneo (denominada meningococcemia cuando está causada por meningococos)

Se pueden producir infecciones de los pulmones, las articulaciones, los ojos, el corazón, el recto y los órganos del sistema reproductor y urinario, pero son menos frecuentes.

En los climas templados, la mayoría de las infecciones meningocócicas se presentan durante el invierno y la primavera. Se dan brotes locales, con mayor frecuencia en el África Subsahariana, entre Senegal y Etiopía. Esta zona, que comprende 26 países, se conoce como cinturón de la meningitis.

Los meningococos residen en la garganta y la nariz de algunas personas sin llegar a causar síntomas; A estas personas se las conoce como portadoras. Las personas suelen convertirse en portadoras después de los brotes. Sin embargo, la infección generalmente se produce más en personas que no han estado expuestas previamente a meningococos que en personas portadoras. La infección se disemina por contacto directo con secreciones nasales y de garganta de una persona infectada (incluidos los portadores).

Las personas infectadas con mayor frecuencia son

Tales infecciones también son más frecuentes entre

  • Adolescentes y adultos jóvenes (de 16 a 20 años de edad)

  • Reclutas militares

  • Estudiantes de primer año de universidad que viven en residencias de estudiantes

  • Viajeros a lugares donde la enfermedad meningocócica es frecuente

  • Personas que viven con infección por VIH

  • Personas cuyo bazo ha sido extirpado o dañado

  • Las personas que toman eculizumab o ravulizumab (medicamentos que bloquean un componente del sistema inmunitario llamado sistema del complemento)

  • Microbiólogos que trabajan con meningococos

  • Contactos cercanos de personas que sufren una infección meningocócica

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de una infección meningocócica se encuentran contraer una infección vírica, vivir en una casa llena de gente, sufrir una enfermedad crónica y fumar o exponerse al humo de cigarrillos de otras personas (fumar pasivamente).

Los brotes de infección meningocócica son poco frecuentes en Estados Unidos y representan solo un pequeño porcentaje de los casos. Los brotes tienden a ocurrir entre las personas que pasan tiempo o habitan en recintos en los que se encuentran cerca de otras personas, por ejemplo, en residencias, escuelas o guarderías, y mayoritariamente afectan a personas de 16 a 23 años de edad.

Síntomas de las infecciones meningocócicas

La mayoría de las personas con una infección meningocócica se sienten muy enfermas.

La meningitis suele causar fiebre, dolor de cabeza, erupción de color rojo y rigidez en el cuello. También puede provocar náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz.

Los lactantes pueden presentar problemas de alimentación y llanto débil, además de poder mostrarse irritables y torpes.

Las infecciones del torrente sanguíneo causan erupciones caracterizadas por manchas rojas o púrpuras. Una infección grave puede causar un descenso peligroso de la presión arterial (choque), tendencia a sangrar y disfunción (insuficiencia) de muchos órganos (como los riñones y el hígado).

Con muy poca frecuencia, la infección meningocócica causa una enfermedad crónica que provoca síntomas leves y recurrentes que afectan principalmente las articulaciones y la piel.

Diagnóstico de infecciones meningocócicas

  • Examen y cultivo de muestras de sangre u otros tejidos infectados, incluyendo líquido cefalorraquídeo obtenido por punción lumbar

  • A veces, técnica de reacción en cadena de la polimerasa

El médico sospecha una infección meningocócica en las personas que presenten síntomas característicos, especialmente si los síntomas aparecen durante un brote.

Para confirmar el diagnóstico, se toman muestras de sangre u otros tejidos infectados o se hace una punción lumbar para obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo. Las muestras se examinan al microscopio para verificar la presencia de bacterias e identificarlas, y se envían también al laboratorio, donde las bacterias pueden ser identificadas después de cultivarlas o bien se pueden llevar a cabo otras pruebas de laboratorio.

Si la bacteria es difícil de cultivar o los resultados de otras pruebas no son concluyentes, los médicos solicitan pruebas para identificar fragmentos del material genético de la bacteria. Las pruebas que detectan material genético en microorganismos se denominan pruebas basadas en ácidos nucleicos. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es un ejemplo de este tipo de examen. La técnica de PCR se realiza sobre muestras de líquido cefalorraquídeo, sangre u otros tejidos infectados. Se utiliza para producir muchas copias de un gen de la bacteria, lo que facilita su identificación.

A veces, los médicos realizan análisis de sangre para detectar anticuerpos contra las bacterias o contra la cápsula que las envuelve. Sin embargo, los resultados deben ser confirmados mediante un cultivo.

También se analizan las bacterias para determinar qué antibióticos son eficaces frente a ellas (prueba de sensibilidad).

Pronóstico de las infecciones meningocócicas

En general, entre el 4 y el 6% de las personas que sufren meningitis meningocócica mueren. Hasta el 40% de las personas con infecciones meningocócicas graves del torrente sanguíneo y choque séptico mueren.

Entre el 10 y el 20% de las personas que se recuperan de la meningitis meningocócica presentan complicaciones graves, como pérdida de audición permanente, discapacidad intelectual o convulsiones. Las complicaciones de las infecciones del torrente sanguíneo incluyen gangrena de los dedos de las manos o de los pies o gangrena de las extremidades, que puede requerir amputación.

Prevención de las infecciones meningocócicas

Después de exposición a la meningitis

Los familiares, el personal médico y cualquier persona que esté en estrecho contacto con pacientes afectados por infección meningocócica necesitan someterse a tratamiento preventivo con un antibiótico para prevenir el desarrollo de la infección. Los antibióticos pueden administrarse por vía oral o por inyección. Con la mayoría de los antibióticos recomendados, solo se requiere una dosis única o como máximo 2 días de tratamiento.

Durante un brote, la vacuna antimeningocócica se administra también (además de los antibióticos) a quienes estén en contacto o tengan una relación de proximidad con un afectado por una infección meningocócica.

Vacunación

Para obtener más información, véase también Vacuna meningocócica y los calendarios de vacunación para children (niños) y adults (adultos) de los Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades [CDC por sus siglas en inglés]).

Las vacunas meningocócicas protegen contra tipos específicos (llamados serogrupos) de meningococos que causan la mayoría de las enfermedades meningocócicas: los serogrupos A, B, C, W e Y.

En Estados Unidos se comercializan dos tipos de vacuna meningocócica:

  • Vacunas MenACWY: estas vacunas protegen contra los serogrupos meningocócicos A, C, W e Y. Forman parte del calendario infantil de vacunación y se recomiendan para todos los niños entre 11 y 12 años con una dosis de refuerzo a los 16 años de edad. Estas vacunas también se recomiendan para algunos lactantes y para los adultos que presentan mayor riesgo.

  • Vacunas MenB: estas vacunas protegen contra el serogrupo B meningocócico, que es un tipo de bacteria de la meningitis que se ha vuelto común en los brotes entre los estudiantes universitarios. Estas vacunas también se recomiendan para personas de 10 años o más que corren un mayor riesgo de meningitis causada por el serogrupo B.

Tratamiento de las infecciones meningocócicas

  • Antibióticos administrados por vía intravenosa

  • Sueros por vía intravenosa

  • Posiblemente corticoesteroides

Las personas infectadas ingresan en una unidad de cuidados intensivos y reciben antibióticos y líquidos por vía intravenosa tan pronto como sea posible, antes de que el médico obtenga el resultado de los cultivos que identifiquen al organismo causante de la infección.

Si se confirman los meningococos, el médico cambia los antibióticos por otros más eficaces contra las bacterias, por lo general ceftriaxona o penicilina. Estos fármacos se administran por vía intravenosa.

Pueden administrarse corticoesteroides (como la dexametasona) tanto a niños como a adultos con meningitis. Estos fármacos ayudan a evitar el daño cerebral.

Más información

Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de estos recursos.

Visite los siguientes sitios web gubernamentales para obtener información exhaustiva sobre múltiples temas, desde actualizaciones sobre brotes y factores de riesgo hasta materiales educativos y enlaces rápidos a temas relacionados:

  1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Meningococcal Disease

  2. CDC: Child and Adolescent Immunization Schedule

  3. CDC: Adult Immunization Schedule

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