Linfadenitis

PorWingfield E. Rehmus, MD, MPH, University of British Columbia
Revisado/Modificado jun. 2023 | Modificado sep. 2023
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La linfadenitis es la infección de uno o más ganglios linfáticos que, por lo general, se hinchan y se vuelven muy sensibles.

(Véase también Introducción a las infecciones bacterianas de la piel.)

La linfa es un líquido que rezuma de los vasos sanguíneos más finos y forma parte del sistema inmunológico del organismo. El líquido pasa entre las células y aporta alimento, además de llevarse sustancias como las células dañadas, las células cancerosas y los microorganismos infecciosos. Toda la linfa pasa a través de los vasos linfáticos a los ganglios linfáticos, ubicados de manera estratégica. Los ganglios linfáticos y los glóbulos blancos especializados de los ganglios linfáticos eliminan estas sustancias y las partículas extrañas del cuerpo. (Véase figura Sistema linfático: una defensa contra la infección.)

La linfadenitis casi siempre está provocada por una infección, que puede ser debida a bacterias, virus, parásitos u hongos. Por lo general la infección se extiende hasta un ganglio linfático a partir de una infección de la piel, el oído, la nariz o los ojos, o como consecuencia de infecciones como mononucleosis infecciosa, infección por citomegalovirus, infección estreptocócica, tuberculosis o sífilis. La infección puede afectar a numerosos ganglios linfáticos o únicamente a los que están localizados en una zona determinada del cuerpo.

Síntomas de la linfadenitis

Los ganglios linfáticos infectados aumentan de tamaño y suelen ser hipersensibles y dolorosos. En ciertos casos, la piel que los cubre está inflamada, tiene un color rojizo y se nota caliente. Algunas personas pueden tener celulitis. Las personas afectadas con frecuencia tienen fiebre, y en algunas ocasiones se forman bolsas llenas de pus (abscesos).

Los ganglios linfáticos aumentados de tamaño que no producen dolor, sensibilidad ni enrojecimiento pueden indicar la presencia de una enfermedad grave, como un linfoma. Estos ganglios linfáticos requieren atención médica.

Linfadenitis
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Esta foto muestra ganglios linfáticos inflamados (linfadenitis) en un niño.
© Springer Science + Business Media

Diagnóstico de la linfadenitis

  • Evaluación médica

  • A veces, aspiración y cultivo o una biopsia de tejido

Por lo general, la linfadenitis puede diagnosticarse a partir de los síntomas, y su causa es una infección cercana evidente.

Cuando la causa no se puede identificar con facilidad, el médico inserta una aguja en un ganglio linfático y extrae líquido. A continuación, la muestra de líquido se envía a un laboratorio para su cultivo (dicha muestra se coloca en un medio de cultivo que estimula el crecimiento de los microorganismos). El cultivo permite identificar el microorganismo que produce la infección. Como alternativa, el médico puede realizar una biopsia (extracción y examen de un fragmento de ganglio linfático al microscopio).

Tratamiento de la linfadenitis

  • Antibióticos

El tratamiento de la linfadenitis depende del microorganismo que causa la infección. En el caso de una infección bacteriana, se administra habitualmente un antibiótico por vía intravenosa u oral. Se administran otros medicamentos para una infección fúngica o parasitaria.

Las compresas calientes y humedecidas pueden contribuir a aliviar el dolor de los ganglios linfáticos inflamados. Por lo general, cuando la infección ha sido tratada, los ganglios linfáticos disminuyen lentamente de tamaño y el dolor desaparece. En algunas ocasiones, los ganglios que han aumentado de tamaño siguen duros pero ya no son dolorosos a la palpación.

Los abscesos deben drenarse quirúrgicamente y las personas afectadas deben recibir antibióticos por vía intravenosa. En los niños, se requieren con frecuencia antibióticos intravenosos.

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