El síndrome piriforme es la compresión del nervio ciático por el músculo piriforme (un músculo aplanado que se localiza en la región glútea, cerca de la cadera), y que causa dolor en las nalgas y en ocasiones dolor ciático.
(Véase también Introducción a las lesiones deportivas.)
El músculo piriforme se extiende desde la superficie pélvica del gran hueso triangular que se sitúa en la base de la columna vertebral (sacro) hasta la prominencia ósea (trocánter) del extremo superior del fémur. Durante la marcha o la sedestación, este músculo puede comprimir el nervio ciático en la zona en la que emerge desde debajo del piriforme para situarse sobre los músculos rotadores de la cadera. El síndrome piriforme no es frecuente.
Síntomas del síndrome piriforme
Un dolor crónico persistente, hormigueo o entumecimiento que comienza en el glúteo y puede extenderse hacia abajo por la cara posterior del muslo y la pantorrilla, y algunas veces alcanza el pie. El dolor empeora cuando se presiona sobre el piramidal contra el nervio ciático (por ejemplo, mientras se está sentado en el inodoro, en el asiento del coche o en un sillín estrecho de bicicleta o mientras se corre).
Diagnóstico de síndrome piriforme
Evaluación médica
Con frecuencia el médico puede diagnosticar el síndrome piriforme basándose en los síntomas de la persona afectada y en los resultados de la exploración física. El médico puede mover la pierna o pedir al paciente que se flexiones ya que el síndrome piramidal se diagnostica cuando determinados movimientos específicos causan dolor.
Tratamiento del síndrome piriforme
Reposo
Rehabilitación
Se debe interrumpir temporalmente cualquier actividad que cause dolor. Si el dolor se agrava al estar sentado, se debe permanecer en pie o cambiar de posición con frecuencia para eliminar el punto de presión sobre el glúteo. Pueden ser útiles los ejercicios de estiramiento específicos de la parte posterior de la cadera y del piramidal. Para calmar el dolor se utilizan antiinflamatorios no esteroideos (AINE) u otros analgésicos. A veces, el médico inyecta un corticoesteroide cerca de la zona en la que el músculo piramidal cruza el nervio ciático para proporcionar alivio temporal del dolor. La cirugía no suele ser necesaria.
1. Túmbese sobre el lado afectado.
2. Mantenga los hombros y las caderas alineados con los tobillos ligeramente por detrás del cuerpo con las rodillas flexionadas aproximadamente 90°.
3. Mantenga los pies juntos mientras eleva la rodilla hacia el techo.
4. Bájela y repita.
5. Repita el ejercicio acostado sobre el lado no afectado.
6. Realice 3 series de 10 repeticiones, 3 veces al día.
7. Instrucciones especiales
a. Para una mayor resistencia, colóquese una banda alrededor de las rodillas, comenzando con la de menor resistencia.
Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; y Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
1. Túmbese de espaldas con las rodillas flexionadas y los pies sobre el suelo/una mesa.
2. Contraiga los abdominales y el glúteo mayor y levante las nalgas del suelo.
3. Mantenga las piernas en posición neutra (manteniendo las caderas, las rodillas y los dedos de los pies alineados y los hombros separados).
4. Regrese a la posición inicial.
5. Realice 3 series de 10 repeticiones, 1 vez al día.
6. Instrucciones especiales
a. Mantener la columna vertebral neutra.
b. Para una mayor resistencia, colóquese una banda elástica justo por encima de las rodillas. Comience con la banda de menor resistencia.
Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; y Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
