Linfoma de Burkitt

(Linfoma de Burkitt)

PorPeter Martin, MD, Weill Cornell Medicine;
John P. Leonard, MD, Weill Cornell Medicine
Revisado/Modificado jun. 2022 | Modificado sep. 2022
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    El linfoma de Burkitt es un linfoma no hodgkiniano de crecimiento muy rápido, un cáncer de glóbulos blancos que se origina a partir de los linfocitos B.

    Los linfomas (véase y también Introducción a los linfomas) son cánceres de un tipo específico de glóbulos blancos (leucocitos) denominados linfocitos, que ayudan a combatir las infecciones. Los linfomas pueden desarrollarse a partir de los linfocitos B y de los linfocitos T, los dos tipos principales de linfocitos. Los linfocitos T son importantes en la regulación del sistema inmunitario y para combatir las infecciones víricas. Los linfocitos B producen anticuerpos, que son esenciales para combatir algunas infecciones.

    Puede desarrollarse a cualquier edad, pero es más habitual en niños y adultos jóvenes, especialmente en los varones. A diferencia de otros linfomas, tiene una distribución geográfica específica: es muy frecuente en África Central y muy raro en Estados Unidos. La infección por el virus de Epstein-Barr se asocia con el linfoma de Burkitt. También es más frecuente en las personas con infección por el VIH.

    El linfoma de Burkitt crece y se disemina rápidamente, con frecuencia hacia la médula ósea, la sangre y el sistema nervioso central. Cuando se extiende, produce debilidad y cansancio. En los ganglios linfáticos y los órganos abdominales pueden acumularse grandes cantidades de células del linfoma y causar inflamación. Si las células del linfoma invaden el intestino delgado pueden dar lugar a una obstrucción o una hemorragia. Pueden inflamarse el cuello y la mandíbula, a veces con dolor intenso. Para establecer el diagnóstico, los médicos realizan una biopsia del tejido anormal y solicitan otras pruebas para determinar el estadio de la enfermedad.

    Sin tratamiento, el linfoma de Burkitt es rápidamente mortal. En algunos casos poco frecuentes es necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar segmentos de intestino obstruidos, hemorrágicos o perforados. La quimioterapia intensiva, que incluye la administración de antineoplásicos en el líquido cefalorraquídeo (quimioterapia intratecal) para prevenir la extensión de la enfermedad al cerebro y la médula espinal, puede conseguir la curación de más del 80% de los casos.

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