El citomegalovirus es un virus común que generalmente causa pocos problemas o ninguno, si bien puede provocar una enfermedad grave en los lactantes que están infectados antes del nacimiento o alrededor del momento del nacimiento.
La infección por citomegalovirus está causada por un virus.
La mayoría de los recién nacidos no presentan síntomas, pero algunos sí los presentan dependiendo de cuándo se infectaron.
Los médicos diagnostican la infección mediante la identificación del virus en una muestra de orina, sangre, saliva u otros tejidos.
Los recién nacidos pueden desarrollar problemas neurológicos como la pérdida de audición.
El lavado de manos puede ayudar a prevenir el contagio del virus.
La infección por citomegalovirus no se puede curar, pero algunos medicamentos antivíricos pueden limitar los problemas causados por la infección.
(Véase también Introducción a las infecciones de los recién nacidos e Infección por citomegalovirus (CMV) en adultos.)
La infección por citomegalovirus (CMV) es muy frecuente. Se ha demostrado, a partir de los resultados de los análisis de sangre, que entre el 60 y el 90% de los adultos han sufrido una infección por CMV en algún momento. El virus nunca desaparece por completo y permanece latente (inactivo) de por vida en varios tejidos. A veces, el virus se reactiva.
Las mujeres embarazadas que nunca han tenido citomegalovirus pueden contraer la infección fácilmente por contacto con personas infectadas, por lo general niños pequeños. Las mujeres también pueden tener CMV activo debido a una reactivación previa de una infección latente. En cualquier caso, la mujer puede no presentar ningún síntoma.
Cuando un bebé contrae una infección por CMV en el útero, se denomina infección por CMV congénita. Cuando un bebé desarrolla la infección inmediatamente antes, durante o poco después del nacimiento, se llama infección por CMV perinatal. La infección por CMV es la infección vírica congénita más frecuente.
Una mujer puede transmitir el virus a su feto durante el embarazo si el virus atraviesa la placenta (el órgano que proporciona alimentación al feto) e infecta al feto. Los recién nacidos también pueden infectarse durante el paso a través del canal de parto, a través de la leche materna que contiene el virus o a través de una transfusión de sangre contaminada.
Los bebés prematuros corren un mayor riesgo de desarrollar síntomas de la infección por CMV porque la probabilidad de que tengan anticuerpos protectores de su madre es menor.
La infección por CMV puede causar diferentes problemas en los recién nacidos dependiendo de si se infectaron antes o después del nacimiento.
Síntomas de la infección por citomegalovirus (CMV) en recién nacidos
Solo cerca del 10% de los recién nacidos que fueron infectados por CMV antes del nacimiento presentan síntomas.
En recién nacidos infectados antes del nacimiento, los posibles síntomas incluyen
Bajo peso al nacer
Ictericia (piel amarilla)
Pequeños moretones en la piel
Aumento del tamaño del hígado y del bazo
Inflamación pulmonar u ocular
En los recién nacidos infectados durante o después del nacimiento, los posibles síntomas incluyen
Aumento del tamaño del hígado y del bazo
Un recuento elevado de glóbulos blancos (leucocitos)
Algunos recién nacidos presentan todos estos síntomas.
Diagnóstico de infección por citomegalovirus (CMV) en recién nacidos
Análisis de muestras de orina, saliva o tejido
Prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) con orina, saliva, sangre o tejidos
Para diagnosticar una infección por citomegalovirus, el médico obtiene muestras de la orina, la saliva o los tejidos del recién nacido. Las muestras se envían al laboratorio con el fin de identificar el microorganismo causante de la infección.
Los médicos también llevan a cabo la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en muestras de orina, saliva, sangre o tejidos del recién nacido. Esta técnica de laboratorio, que produce muchas copias de un gen para conseguir que sea más fácil de detectar, se puede utilizar para detectar el virus CMV en el ADN del recién nacido.
Se realizan otras pruebas adicionales en busca de infección e inflamación, así como para determinar la gravedad de los síntomas. Los médicos pueden realizar otras pruebas para descartar otras infecciones presentes al nacer que causan síntomas similares al CMV.
Pronóstico de la infección por citomegalovirus (CMV) en recién nacidos
Un porcentaje significativo de recién nacidos infectados por CMV que presentan síntomas mueren. La mayoría de los lactantes con síntomas que sobreviven tendrán algunos problemas neurológicos, como
Problemas de visión
Alrededor del 5 al 15% de los recién nacidos que no presentan síntomas finalmente desarrollan problemas neurológicos, pero por lo general son leves en comparación con los problemas desarrollados por los recién nacidos que sí presentan síntomas. El problema más frecuente es un cierto grado de pérdida de audición.
Prevención de la Infección por citomegalovirus (CMV) en recién nacidos
Las mujeres embarazadas deben tratar de limitar su exposición al virus. Por ejemplo, debido a que la infección por CMV es común entre los niños que asisten a guarderías y se propaga fácilmente, las mujeres embarazadas siempre deben lavarse bien las manos después de la exposición a la orina y la saliva de los niños en la guardería.
Tratamiento de la infección por citomegalovirus (CMV) en recién nacidos
Ganciclovir o valganciclovir para recién nacidos que presentan síntomas
La infección por CMV no tiene cura.
Ganciclovir y valganciclovir son medicamentos que combaten ciertas infecciones víricas (medicamentos antivíricos) y pueden ayudar a aliviar algunos síntomas.
Los recién nacidos deben someterse repetidamente a pruebas de audición durante el primer año de vida.