Síndromes del estrecho torácico

PorMichael Rubin, MDCM, New York Presbyterian Hospital-Cornell Medical Center
Revisado/Modificado abr. 2022 | Modificado sep. 2022
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Los síndromes del estrecho torácico (también denominados síndromes del estrecho torácico superior, síndromes de la abertura torácica superior o síndromes de compresión del plexo torácico) son un grupo de trastornos causados por la compresión de nervios, arterias o grandes venas en su paso entre el cuello y el tórax. Cuando se ejerce presión sobre los nervios, se producen sensaciones de hormigueo (parestesias) en la mano, el cuello, el hombro y el brazo. Cuando se ejerce presión sobre las arterias, los brazos se vuelven pálidos y fríos. Cuando se ejerce presión sobre las venas, los brazos se hinchan y la piel que las recubre puede verse azulada.

  • Los nervios y los vasos sanguíneos son comprimidos al pasar por el estrecho pasillo que va del cuello al tórax.

  • Inicialmente se sienten dolor y sensación de hormigueo en la nuca y el hombro, que luego se extienden por el brazo.

  • Se realizan varias pruebas diagnósticas para buscar las posibles causas, pero ninguna confirma el diagnóstico.

  • La fisioterapia, el ejercicio y los analgésicos ayudan por lo general a aliviar los síntomas, pero a veces es necesaria la cirugía.

(Véase también Introducción al sistema nervioso periférico.)

El estrecho torácico superior es el pasillo entre el cuello y la cavidad torácica por el cual discurren los vasos sanguíneos principales y por muchos nervios que se dirigen hacia el brazo. Como este pasillo está muy concurrido, los vasos sanguíneos y los nervios que van hacia el brazo pueden quedar comprimidos entre estructuras (como una costilla, la clavícula o un músculo suprayacente), lo que causa problemas. Sin embargo, la causa exacta de los trastornos del estrecho torácico superior a menudo está poco clara.

Con muy poca frecuencia, la causa es una anomalía anatómica evidente como las siguientes:

  • Una pequeña costilla adicional en el cuello (costilla cervical) que ejerce presión sobre una arteria

  • Una costilla anormal en el tórax

  • Una fractura mal curada de la clavícula

Los síndromes del estrecho torácico son más frecuentes en las mujeres y suelen desarrollarse entre los 35 y los 55 años de edad.

Síntomas del síndrome del estrecho torácico

Si se ejerce presión sobre los nervios, el síndrome de la salida torácica causa dolor y sensaciones de hormigueo que suelen comenzar en el cuello o el hombro y que luego se extienden a lo largo de la superficie interna del brazo hacia la mano.

Si se ejerce presión sobre una de las arterias subclavias (situadas debajo de la clavícula), el flujo sanguíneo hacia el brazo disminuye y el brazo se vuelve pálido y frío.

Si se comprimen las venas, la mano, el brazo y el hombro del lado afectado, se hinchan o la piel que los recubre adquiere un aspecto azulado (un proceso denominado cianosis) debido a la insuficiente irrigación sanguínea. Con muy poca frecuencia, la compresión es tan importante que causa el síndrome Raynaud, en el cual los dedos se vuelven pálidos o azulados y suelen entumecerse al exponerse al frío.

Diagnóstico de síndromes del estrecho torácico

  • Evaluación médica

  • Por lo general, estudios de conducción nerviosa y electromiografía

  • Por lo general, resonancia magnética nuclear

  • Radiografía del cuello

  • A veces angiografía

Los médicos basan el diagnóstico de síndrome del estrecho torácico en los síntomas, en los resultados de la exploración física y en varias pruebas diagnósticas. Sin embargo, ninguna de estas pruebas confirma o descarta definitivamente el diagnóstico de síndrome del estrecho torácico.

Se realizan habitualmente las siguientes pruebas:

En una arteria que está siendo comprimida por estructuras cercanas, con la ayuda de un fonendoscopio colocado sobre la clavícula o cerca de la parte superior de la axila se auscultan ruidos que indican un flujo sanguíneo anormal (soplos). O bien se pueden obtener radiografías del cuello para buscar una costilla adicional a nivel de la columna cervical.

Para detectar un flujo sanguíneo anormal también se lleva a cabo una angiografía de las arterias del brazo (arterias braquiales). Esta prueba consiste en realizar radiografías después de inyectar en el torrente sanguíneo una sustancia visible con rayos X (agente de contraste radiopaco).

Tratamiento del síndromes del estrecho torácico

  • Fisioterapia y ejercicio

  • Algunas veces, fármacos antiinflamatorios no esteroideos y antidepresivos

  • En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica

En la mayoría de las personas con síntomas del síndrome del estrecho torácico la fisioterapia y el ejercicio producen mejoría. También son beneficiosos los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los antidepresivos administrados en dosis bajas.

Si se confirma la existencia de una anomalía anatómica o de presión sobre los grandes vasos sanguíneos o bien si los síntomas siguen progresando, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Sin embargo, debido a que es difícil establecer un diagnóstico definitivo y a que los síntomas con frecuencia persisten después de la cirugía, los médicos suelen consultar a un especialista con experiencia, que puede ayudar a determinar si la cirugía es necesaria.

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