Masa cervical

PorMarvin P. Fried, MD, Montefiore Medical Center, The University Hospital of Albert Einstein College of Medicine
Revisado/Modificado may 2023
Vista para pacientes

Los pacientes o sus familiares pueden notar una masa en el cuello o el médico puede descubrir una masa durante la exploración habitual. La masa cervical puede ser indolora o dolorosa, según la causa. Cuando es indolora, puede pasar mucho tiempo antes de que los pacientes busquen atención médica.

Etiología de las masas cervicales

Son muchas las causas de masa cervical, como infecciosas, cancerosas y congénitas (véase tabla Algunas causas de masa cervical). La mayoría de las masas cervicales son ganglios linfáticos agrandados.

Tabla
Tabla

Las causas más comunes de tumor cervical en pacientes más jóvenes son las siguientes:

  • Adenitis reactiva

  • Infección bacteriana primaria del ganglio linfático

  • Infecciones sistémicas

La adenitis reactiva se produce en respuesta a la infección viral o bacteriana en algún sitio de la bucofaringe. Algunos ejemplos de infección bacteriana primaria de los ganglios linfáticos son la enfermedad por arañazo de gato, la toxoplasmosis, la linfadenitis tuberculosa y las actinomicosis. Algunas infecciones sistémicas (p. ej., mononucleosis, HIV, tuberculosis) causan agrandamiento de los ganglios linfáticos cervicales, con más frecuencia generalizados que aislados.

Los trastornos congénitos pueden causar una masa cervical, en general de larga data. Los más comunes son los quistes del conducto tirogloso, los quistes branquiales o los quistes dermoides o sebáceos.

Las masas cancerosas son más comunes entre los pacientes mayores, pero pueden aparecer en los más jóvenes. Estas masas pueden representar un tumor primario local o el compromiso de un ganglio linfático por un cáncer primario local, regional o distante. Cerca del 60% de las masas del triángulo supraclavicular corresponde a metástasis de sitios primarios distantes. En otros lugares en el cuello, el 80% de las adenopatías cervicales cancerosas se origina en el aparato respiratorio o digestivo superior. Sitios de origen probables son el borde posterolateral de la lengua y el piso de la boca, seguido por la nasofaringe, la amígdala palatina, la superficie laríngea de la epiglotis y la hipofaringe, incluyendo los senos piriformes.

La glándula tiroides puede estar aumentada de tamaño en diversas afecciones, como el bocio simple no tóxico, la tiroiditis subaguda la enfermedad tiroidea nodular y, con menor frecuencia, el cáncer de tiroides.

Una glándula salival submandibular puede aumentar de tamaño si está bloqueada por un cálculo, se infecta, o desarrolla un cáncer.

Evaluación de una masa cervical

Anamnesis

La anamnesis de la enfermedad actual debe registrar desde cuándo se notó la masa y si es dolorosa. Los síntomas agudos asociados importantes son dolor de garganta, síntomas de infección de las vías respiratorias superiores y odontalgia.

Revisión por aparatos y sistemas: debe interrogarse acerca de la dificultad para tragar o hablar y los síntomas de enfermedad crónica (p. ej., fiebre, pérdida de peso, malestar general). Los cánceres regionales y distantes que producen metástasis en el cuello en ocasiones causan síntomas en su órgano de origen (p. ej., tos en el cáncer de pulmón, dificultad para deglutir en el cáncer de esófago). Dado que muchos cánceres pueden producir metástasis en el cuello, es importante realizar la revisión completa de los sistemas para ayudar a identificar el origen.

Antecedentes personales: debe interrogarse acerca de infección conocida por HIV o tuberculosis y factores de riesgo para ellas. Se evalúan los factores de riesgo para cáncer, como consumo de alcohol o de tabaco (en especial, rapé o mascado de tabaco), prótesis dentales o dentaduras postizas que no ajustan bien y candidiasis bucal crónica. La higiene bucal deficiente también puede representar un riesgo.

Examen físico

Se palpa la masa cervical para determinar la consistencia (es decir, si es blanda y fluctuante, pastosa o dura) y la presencia y el grado de dolor a la palpación. También debe determinarse si la masa se mueve libremente o aparece fijada a la piel o al tejido subyacente.

El cuero cabelludo, los oídos, las fosas nasales, la cavidad bucal, la nasofaringe, la bucofaringe, la hipofaringe y la laringe se inspeccionan con especial atención para establecer signos de infección y cualquier otra lesión visible. Se realiza la percusión suave de los dientes para detectar el dolor exquisito de una probable infección de la raíz. Se palpan la base de la lengua, el piso de la boca y las glándulas tiroides y salivales para determinar la presencia de masas.

Asimismo, se palpan las mamas y la próstata para establecer la presencia de masas y el bazo por un posible agrandamiento. Se evalúan las heces en busca de sangre oculta, un posible hallazgo en el cáncer del tracto gastrointestinal.

Se palpan otros ganglios linfáticos (p. ej., axilar, inguinal).

Signos de alarma

Los siguientes hallazgos en pacientes con una masa cervical deben considerarse preocupantes:

  • Masa dura y fija

  • Una nueva masa en pacientes mayores

  • Presencia de lesiones bucofaríngeas (distintas de la faringitis simple o la infección dental)

  • Un antecedente de roquera persistente o disfagia

Interpretación de los hallazgos

Importantes factores que sirven para la diferenciación de una masa cervical (véase tabla Algunas causas de masa cervical) son el tiempo de aparición, el dolor espontáneo y a la palpación, la consistencia y la movilidad.

Una masa nueva (es decir, que se desarrolla en sólo algunos días), en especial después de síntomas de una infección de las vías respiratorias superiores o faringitis, sugiere una linfadenopatía reactiva benigna. Una masa dolorosa sugiere una linfadenitis o un quiste dermoide infectado.

Una masa crónica en pacientes más jóvenes sugiere un quiste. Una masa que no se encuentra en la línea media en pacientes mayores, en especial en los que tienen factores de riesgo, debe hacer pensar en la posibilidad de un cáncer hasta que se demuestre lo contrario; una masa en la línea media podría proceder de la tiroides y puede ser benigna o maligna.

El dolor espontáneo o a la palpación en la masa sugiere inflamación (en especial infecciosa); una masa indolora, un quiste o un tumor. Una masa dura, fija e indolora sugiere un cáncer; la consistencia elástica y la movilidad sugieren una causa benigna.

La adenopatía generalizada y la esplenomegalia sugieren mononucleosis infecciosa o un cáncer linforreticular. La adenopatía generalizada sin otros signos puede sugerir infección por HIV, en especial en aquellos con factores de riesgo.

Las placas rojas y blancas de la mucosa en la bucofaringe (eritroplasia y leucoplasia) pueden ser lesiones malignas responsables de la masa cervical.

La dificultad para deglutir puede deberse al agrandamiento de la glándula tiroides o a cáncer que se origina en diferentes sitios del cuello. La dificultad para hablar sugiere un cáncer que afecta la laringe o el nervio laríngeo recurrente.

Estudios complementarios

Si se evidencia fácilmente la naturaleza de la masa del cuello (p. ej., linfadenopatía causada por faringitis reciente) o es en un paciente joven y sano con una hinchazón reciente sin otros hallazgos, entonces no será necesario realizar ningún estudio complementario inmediato. No obstante, el paciente debe reexaminarse en forma periódica; si la masa no se resuelve, se necesita otra evaluación.

A la mayoría de los otros pacientes se les debe realizar un hemograma completo y una radiografía de tórax. A los que presentan hallazgos que sugieren causas específicas, se les deben realizar pruebas para esos trastornos (véase tabla Algunas causas de masa cervical).

Si el examen revela una lesión bucal o en la nasofaringe que no comienza a resolverse en el transcurso de 2 semanas, los estudios complementarios pueden incluir TC o RM y biopsia con aguja fina de esa lesión.

En pacientes jóvenes sin factores de riesgo para el cáncer de cabeza y cuello y sin otras lesiones aparentes, se puede obtener una imagen de la masa cervical, posiblemente seguida de biopsia.

En los pacientes mayores, sobre todo en los que tienen factores de riesgo para desarrollar cáncer, se requieren pruebas adicionales para identificar el sitio primario; la biopsia de la masa cervical puede revelar simplemente un carcinoma epidermoide indiferenciado sin revelar su origen. Estos pacientes requieren laringoscopia, broncoscopia y esofagoscopia directas con biopsia de todas las áreas sospechosas. Los ejemplares identificados como carcinoma epidermoide deben someterse a evaluación para HPV (human papillomavirus). Es probable que se precisen una TC de cabeza, cuello y tórax y, tal vez, una gammagrafía de tiroides. En los niños se prefiere ecografía del cuello para evitar la exposición a la radiación; puede ser utilizada en los adultos si se sospecha un tumor en la tiroides. Si no se encuentra un tumor primario, debe hacerse la biopsia por aspiración con aguja fina de la masa cervical; es preferible a una biopsia por incisión ya que no deja una masa seccionada en el cuello. Si la masa cervical es cancerosa y no se ha detectado el tumor primario, debe considerarse la realización de una biopsia al azar de la nasofaringe, las amígdalas palatinas y la base de la lengua.

Tratamiento de las masas cervicales

El tratamiento de un tumor cervical es específico de la causa. En los niños, la infección es la causa más común de masas cervicales, por lo cual en los niños en general se inicia con una prueba de antibióticos para ver si la masa desaparece.

Conceptos clave

  • Una masa cervical aguda en pacientes jóvenes suele ser benigna.

  • Se debe considerar la posibilidad de cáncer cuando se detecta un tumor cervical en pacientes mayores, en particular con factores de riesgo para el cáncer.

  • Hacer un examen bucofaríngeo completo.

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